Capítulo 1

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Mi vida no es como los de los demás, con una familia unida y amorosa, con muchos amigos, que cada día esta con un que otro chico o se va de fiesta. Diría que es todo lo contrario, soy muy cerrada con mis sentimientos, nunca hablo sobre mi vida y mucho menos lo que mas me atormenta cada día, sobre mi pasado

Mi pasado es lo que me volvió fuerte, es lo que me hizo a no confiar en la gente, que nada ni nadie es lo que aparenta o lo que dice. Que la vida te presenta momentos difíciles de vivir y que en algunos casos, lo puedes superar. Pero, en el mío, no. Jamás podré superarlo.

Mi pasado es un túnel oscuro en donde tal vez, no encuentres la salida. Un laberinto en donde siempre pases por el mismo sitio una y otra vez hasta perder la cabeza y volverte loca. Un lugar en donde nunca pude ni podré escapar. Donde no hay salida del dolor, de los recuerdos, de ella.

Siempre creí de niña que todo era como un cuento de hadas, de color rosas, que yo era una princesa y que en algún momento, como en las películas, encontraría a mi principe azul que vendría en busca de mi rescate. Pero, me di cuenta de que nada es como yo pensaba, ¿por qué? Porque la vida me lo demostró de la manera más cruel. Que ingenua era.

Recuerdo cuando mis padres se separaron y mi madre después de 3 años volvió a casarse con otro hombre. El hombre era británico así que con mamá tuvimos que mudarnos a Londres, lejos de nuestra querida España.

Ella no sabia que al mudarnos todo se volvería un infierno, yo tampoco lo supuse, pero al pisar a penas la casa nos dimos cuenta de que todo era un gran error.

Mi madre murió cuando yo tenia 11 años, murió de la peor manera posible.

Recordar todo aquello me partía el alma, pero no puedo evitarlo. Es como darle replay en un momento de la película que te gusta y no puedes parar, pero en mi caso no es parte favorita y lo hago con dolor en mi corazón.

A pesar de lo ocurrido sigo viviendo en Londres, no pienso marcharme de aquí, se volvió mi hogar a pesar de todo. Me hace pensar en mi madre, que una parte de ella se ha quedado conmigo y creo que eso es lo que me condena a quedarme en este lugar.

Me mude a unas cinco cuadras de mi antigua casa en donde vivía con mi mamá y con el hombre de mis pesadillas. Sigue siéndolo, no lo negaré, porque fue lo peor que pudo cruzarse en mi camino y en el de mi madre.

Papá pensó que lo mejor era que vendiéramos la casa, yo también pensé lo mismo. No quería quedarme allí por nada en el mundo. Desde el primer momento aborrecí ese lugar, no lo consideré ni un segundo en que se vendiera.

Todo ha cambiado demasiado. Mi padre trabaja a cada hora de todos los días, viaja de aquí para allá, nunca está en casa y si ésta, es un milagro o no lo sé. Muy raras veces lo encuentro en casa pero casi no nos dirigimos palabra.

Mi hermano, Aaron, ha cambiado muchísimo desde lo sucedido con mamá, pero sigue siendo aquel hermano cariñoso y sobre protector.
Él ha sido el único que me entendió, papá también lo hace, pero que no este a mi lado no hace que sea lo mismo.


Siento que perdí su cariño, aquel cariño que un padre le tiene a su hija, a su niña. Ya ni me sonríe, no me abraza, ni siquiera me regala uno de sus 'te quiero, mi princesa' como solía hacerlo antes.

Odio tanto esta vida que tengo ahora, odio en lo que me convertí. Mi forma de pensar, en ver la vida, mis sentimientos, todo.

Duele esto, deseo con todas mis fuerzas volver al pasado y remediar todos los errores. De volver al pasado y arreglar aquellos momentos de sufrimiento que vivía con mi madre, siento que todo es culpa mía. No hay dia en el que este echándome la culpa de todo, si tan solo la hubiera insistido en quedarnos y no irnos nunca.

Extraño ser una niña, cuando mis padres seguían juntos y yo jugaba felizmente con Aaron.

Eramos tan pequeños y traviesos, andábamos de un lado para el otro, tanto que teníamos a nuestro padre detrás nuestro persiguiéndonos como un loco y a mamá observándonos con una sonrisa de oreja a oreja mientras nos cocinaba algo delicioso para devorar luego.

Todas las tardes eran así, tan lindas y perfectas. Tan reales que ahora envidio de aquellos momentos que no podré revivirlos nunca más.
Extraño mi vida, extraño a mamá, extraño a mi familia.

Y ahora mi vida se basa en esto, en recuerdos. Yo vivo de recuerdos que hacen que me meta en un hueco que se encuentra en el fondo de mi ser.

















En mi mente solo estas túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora