Heart On My Sleeve || l.s.

Roses

Harry nunca creyó en la magia.

Talvez lo hizo alguna vez, en la inocencia de la infancia, cuando su abuelo hacia aparecer misteriosas monedas de detrás de su oreja o la de Gemma.

Pero el encanto se pierde cuando quieres aprender a ser el mago, y descubres que todos los pequeños trucos que materializan objetos del aire y transforman cosas en otras distintos no son tan mágicos como creías.

Asique si alguna vez le preguntas a Harry si quiere acompañarte a un show de magia, probablemente te rechace con cortesía por una maratón de re-runs deFriends. 

Harry tampoco es un aguafiestas, y por supuesto que no le dirá a la niña del vestido de flores de la mesa 5 que su papá siempre tuvo la moneda en la mano, y que ella no es una alcancía viviente.

Parpadea, echándose para atrás cuando una mano aparece de la nada sacudiéndose frente a su cara.

"Hey, Tierra a Harry, ¿Me estás escuchando?"

El nombrado frunce la nariz mientras golpea sus dedos lejos. "Niall, ¿qué demonios te pasa?"

"Vaya, qué carácter," el muchacho rubio coloca una mano en su cadera, fingiendo indignación exagerada. "¿Así tratas al mejor de los mejores de tus amigos?"

Harry no puede evitar reír, centrándose en recibir una bandeja con tazas de té y una porción de pastel. "Eres un dolor en el trasero," le responde entre risas, leyendo cuidadosamente la mesa a la que corresponde la orden.

"Pero el mejor dolor en el trasero que podrías tener;" Niall sigue al rizado a través de las mesas, cuidadoso de no golpear a nadie con el trapeador que lleva en su brazo izquierdo. "¿Recuerdas esa vez que llegaste tarde a ese Festival de Verano y no pudiste participar de ese sorteo por la camiseta autografiada de Coldplay, entonces yo termine consiguiéndotela en una apuesta al chico que la ganó?"

Harry está impresionado de que dijera todo eso en un respiro. Le da una rápida mirada aburrida al chico. "Niall, tú me hiciste llegar tarde por cubrirte en tu turno. Me debías esa camiseta."

Niall bufa, agitando su mano en el aire. "Detalles."

Harry rueda los ojos y termina de colocar el pastel en la mesa antes de dirigirse al mostrador para recibir otra orden, Niall pisándole los talones.

"Okay, ¿pero recuerdas esa vez en 5to grado cuando Jamie Grammer te jaló del pelo llamándote bebé llorón y tú te defendiste, pero yo me presenté como culpable a la profesora para que no te castigaran?" Insiste el rubio, su voz impaciente y su acento irlandés resaltando.

Harry se detiene un momento recordando mientras un niño ansioso trata de alcanzar su helado en la bandeja que el rizado carga.

El ojiverde coloca el postre frente al niño antes de llegar a una conclusión. "Jamie era molesto."

"Jamie era un imbécil," resume Niall.

"¡Niall!" hace una cara de reproche hacia su amigo cuando lamadre del niño mira a Niall como si hubiera dicho la grosería más grande delmundo.    

El rubio no puede verse menos preocupado. "¿Qué? El niño escuchará cosas peores, no me estés jod--"

Harry lo interrumpe, corriendo hacia el lado opuesto del café y rogando por dentro que la mujer no escriba una queja "Okay, sí, ¿tu punto era?"