Heart On My Sleeve || l.s.

Hearts

Harry lo estuvo pensando. Lo ha estado haciendo por las últimas treinta y siete horas, dándole vueltas al momento, incapaz de sacarlo de su cabeza sin llegar a alguna especie de conclusión. Y llegó a una.

Lo entiende, y va a respetar su decisión. Porque sí, está agonizando por amor, pero si Louis va a quererlo, quiere que sea porque él lo elige, y no porque va a forzarlo cuando le dijo que no se siente cómodo con estar juntos.

A Harry le duele, pero sabe que lo mejor es darle su espacio y dejar atrás el asunto. Si quiere pensarlo de forma simple, la solución más práctica sería olvidar a Louis, esperar que la incomodidad del recuerdo se borre, e intentar mantener todo en un nivel de amistad completa y absolutamente platónico. Harry estaría conforme con ese desenlace, bien incluso, si no fuera por un mínimo detalle.

Louis lo quiere.

Y justamente por eso es que Harry no va a olvidarlo, ni va a rendirse, ni va a dejar que todo se quede en la nada. No cuando Louis se está privando del amor por miedo, o porque cree que no lo merece. No va a quedarse de brazos cruzados y dejar que ese hermoso chico piense que el amor no es algo que pueda permitirse.

Va a respetar su decisión, no va a empujar, y va dejar que las cosas fluyan. Pero se va a asegurar de que en ningún momento deje de sentir el amor que se merece.

***

Harry había pensado que la próxima vez que lo viera no se sentiría tan nervioso como evidentemente se siente ahora. Cree que Louis se lleva todo el crédito, aunque siempre lo hizo, pero nunca deja de sorprenderlo lo fácil que es para él atrapar todas las miradas, como si fuera la creatura más dulce y hermosa que hayan visto alguna vez. Supone que no pudo haber elegido mejores palabras para decirle hoy.

Cuando el show acaba y la gente se dispersa, el ambiente se envuelve de una familiaridad que le facilita a Harry dar un paso tras otro en dirección al ojiazul. Él lo nota antes de que esté preparado, y sus gestos se ralentizan de una forma que sugiere que esperaba verlo. El casi imperceptible sobresalto de su expresión sugiere que tampoco está listo para hablar de nuevo.

Harry toma aire, y le ofrece una sonrisa suave, porque talvez estén en un momento incómodo, pero nunca podría no ser suave con Louis.

"Hola, Lou."

"Hola" responde, casi como un susurro, pero sonando lo suficientemente amable como para darle más confianza.

"Gran show" dice, cabeceando al casi totalmente desmontado escenario. Louis sonríe para sí, bajando la vista.
"Gracias," admite, jugando con el cierre de su mochila. "Fue un público bastante animado."

"Si, así es," asiente. Tamborilea sus dedos contra la tela de sus jeans, con ojos nerviosos. "Uhm. ¿Lou?" llama cuando él retoma su tarea, esperando su breve sonrisa para continuar. "Solo quería decirte que... Está bien. Lo del otro día, está bien."

Sus acciones casi se detienen, y su mirada vaga un instante antes de posarse en él.

"Hazza..." frunce los labios en una línea, contemplando una idea. Exhala, con voz arrepentida. "Lo siento, por uhm, gritarte eso e irme así. No... No era la manera, lo siento."

"Descuida," lo detiene, porque realmente no lo culpa por eso. "Pensé en lo que dijiste y... Te entiendo, aunque pienso distinto. Solo, ¿podemos seguir hablando como antes?" pregunta, arriesgando una pequeña sonrisa que sale temblorosa. "Extraño a mi amigo."

Louis se le queda viendo por un segundo que parece tan largo como para que Harry casi se arrepienta y comience a balbucear explicaciones.

"Claro, Haz," admite, finalmente, algo anonadado. Se remueve en el lugar mientras le devuelve el gesto, curvando sus labios con evidente sorpresa y sutil alivio. "Yo... Me gustaría eso."