Diamonds

3.2K 403 551
                                    


Harry no está intrigado.

En absoluto, claro que no.

Bueno, talvez un poco.

Puso la rosa en un jarrón con agua en el centro de su mesa, y ha estado observándola toda la semana intentando descifrar cómo demonios lo hizo.

Normalmente no le daría tanta importancia, pero le ha sido imposible de ignorar cuando todavía no ha dado con la respuesta. Lo comparó con trucos que se sabe de memoria, lo ha googleado, e incluso ha visto un video de veinte minutos esperando develar su secreto sin éxito.

No le ha quedado más remedio que regresar al show el día siguiente, y el otro, y el otro, solo para ver si el chico repite el truco. Se ha memorizado su rutina, y cada vez que realiza un acto nuevo, nota el secreto al instante, lo que solo lo frustra un poco más. Los niños ríen y los peatones se maravillan, pero Harry parece fuera de lugar con su ceño fruncido cada vez que el show acaba, sin tener lo que buscaba.

No puede negar que lo disfruta, en cierto modo; es entretenido resolver el rompecabezas que esconde cada ilusión hecha en escena, lo suficiente como para quedarse desde el principio hasta el último aplauso. Harry negaría estar obsesionado, pero vamos, ha descubierto sin error centenares de trucos antes, y este parece tan simple que lo está volviendo loco, la inofensiva flor desafiante en el medio de su sala.

Ha llegado a la temporal conclusión de que debe ser un truco relacionado con la atención. El joven mago es cautivador, capaz de mantener a toda la audiencia pendiente de cada palabra, enredados en su dedo. Harry debió distraerse con los magnéticos ojos del chico como para no prestarle suficiente atención a sus manos. Era un azul demasiado intenso y los miró por un segundo demasiado largo. Sí, debió ser eso.

"Harry."

"¿Mhm?"

Puede ver el improvisado escenario montado al otro lado de la calle, el mago riendo con un chico castaño mientras acomodan algo detrás de una mesa. Es algo temprano, pero suelen ser bastante puntuales.

"¿Qué debería elegir?" pregunta Niall mientras él se remueve, intentando ver mejor.

"La segunda opción, definitivamente," responde sin siquiera mirarlo.

Hay algo de gente acumulándose. Probablemente debería ir ahora.

"Okay," suspira con resignación el rubio. "Tendré que rasurarle la cabeza a Gemma entonces."

Eso lo saca de su cabeza.

"¿¡Qué!?" exclama el rizado, girándose abruptamente, con los ojos enormes. Casi puede visualizar a su hermana mirándolo de forma asesina.

Niall lo observa para nada impresionado.

"Llevo diez minutos hablando mierda y no te diste cuenta hasta ahora," dice alzando una ceja, con los brazos apoyados en el mostrador e ignorando completamente el llamado de alguien en una de las mesas. "¿En qué piensas?"

"Nada. Cosas de la universidad, es todo," niega con nerviosismo.

"Ajá," responde, totalmente incrédulo.

Harry le resta importancia antes de volver su vista a la ventana, pretendiendo contemplar el paisaje, pero sintiéndose con algo de prisa cuando comprueba que la multitud se ha congregado. Ojea la hora en su celular, pero se detiene cuando siente la mirada atenta de Niall sobre él.

"¿Se te ofrece algo?" le pregunta, fingiendo indiferencia.

"Es la tercera vez en la semana que vienes en mi turno" señala sospechosamente, y okay, talvez necesitaba una excusa para sí mismo con respecto a los shows de magia. Si se decía que le quedaba de paso al regreso no sonaba tan obsesivo.

Heart On My Sleeve || l.s.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora