- ¿Por qué tiene que ser gay? -dramaticé- ¿Por qué? -sacudía a Every por los hombros.
- Ya cállate, he perdido la cuenta de cuántas veces lo has dicho, no le gustan las vaginas, superalo -contesta ella irritada.
- Katherine Parker y Every Evans por favor dirigirse el aparcamiento en seguida -se oye en los altavoces.
- Oh no, mi auto -sale Every disparada dejándome con las cosas a mi. Maldita.
Tomé todo como pude para dirigirme a lo que sea que estuviese sucediendo en el estacionamiento, rogando para que no fuera nada malo, no hoy, por favor.
- Every me has dejado todo a mi, eres un... -no veía a mi amiga- ¿Every? Maldita sea, no hagas esto -miré a todo mi alrededor pero seguía sin verla.
- Esto no es un robo, cumpleañera -esa voz la reconozco.
- Por qué mierda no pueden ser normales? -rieron- ¡Pensé que te habían llevado, Every, te odio! -grité- Y me has dejado con todo -bufé.
- Ese pastel no estaba en el plan, amor -habló Bruck.
- Se lo ha dado un chico -ella levanta sus hombros, y por el rabillo de mi ojo veo a Esteban tensarse.
- Era gay -lloriqueé, en seguida sus músculos se relajaron.
¿Qué estaba pasando aquí?
- ¡Feliz cumpleaños! -dijo Bruck viniendo a mi con un oso panda entre sus brazos dentro de una canasta con muchos chocolates.
- ¡Oh, por dios! -respondí- Si así es mi regalo no quiero imaginar cómo será para Every -la miré- Sigo odiándote, eh? -revoleó sus ojos.
- Y bien, te gustó? -preguntó dudoso Bruck.
- ¡Es hermoso, es hermoso, es hermoso! -salté encima de él- Gracias, Bruck.
- ¡Es Bracke! -dijeron los tres al unísono.
- No me importa, para mi es Bruck -dije sin dejar de ver el oso panda, es tan lindo- Ya te dije gracias? -él asintió divertido- Púes gracias de nuevo.
- Siguiente regalo -cuestiona Every, abro mis ojos como platos- Sí, Kathe, hay más -aclara mi duda mientras me empujaba al auto de Esteban y este abría la puerta del copiloto.
- Every sé que quieres echarme ya, pero no es neces... Oh por dios -susurré llevando mi mano a mi boca al ver lo que había.
- Feliz cumpleaños, orgullosa - dice Esteban con su perfecta sonrisa.
- Son hermosas -se acerca y me susurra como tú. Mierda, siento un calor en las mejillas- Every te lo dijo, cierto? -me crucé de brazos, él río negando.
- Ella no es la única que está de mi lado, Kathe -responde, y aquí está el verdadero Esteban.
- Nosotros debemos irnos -avisa Bruck- Nos veremos más tarde, cuñadita -me guiña el ojo, le sonrío entrando al auto mientras Esteban se queda con ellos diciéndoles algo para después hacer lo mismo que yo.
- Una pregunta -hablé- Era necesario lo del altavoz en el centro comercial? -pregunté desconcertada a lo que él ríe encogiéndose de hombros.
- La chispa, tu sabes -sonríe.
- G-Gracias por las rosas -contuve el rubor en mis mejillas- Me dirás quién te lo dijo?
- No, pero es bueno saber que te vuelven loca las rosas blancas.
No solo las rosas blancas.
Me retracto, yo no acabé de decir eso.
YOU ARE READING
Separados por el Destino ©
Romance¿Quieres una descripción de mi vida? No podría dártela por ahora, ¿por qué? Porque simplemente para que te des cuenta de quién, que pasó, o qué está a punto de suceder, tienes que saber mi historia completa. Así que entra, te invito a...