-Capítulo 42. Nosotros.

3 0 0
                                    

- Suéltame -le pedí. 

- Podrías decirme qué es lo que te pasa? -preguntó suavizando su agarre en mi brazo.

- A quién? -miré a mi alrededor como señal de que buscaba a alguien- A mi? Nada, ahora si me disculpas nos están esperando -culminé para darle la espalda e irme. 

- Tú no te vas hasta que no hablemos -volvió a tomarme del brazo.

- Tú y yo no tenemos nada de qué hablar, para ya -contesté.

- Yo parar? Para tu, crees que estoy jugando? 

- A caso yo lo hago? -resoplé.

- Estoy comenzando a creer que si, he intentado hablar en todo el camino y ni me prestas atención.

- Llamas a eso juego? Que no haya querido responderte no quiere decir eso Esteban -abrió sus ojos sin poder creer lo que acababa de decir. 

       Mierda. Piensa antes de hablar, Katherine.

- Sabes? Te creí mucho más madura en este tipo de ocasiones. 

- Perdón? Me llamas inmadura cuando el que actúa como si nada hubiera pasado es otro? Vaya, parece que la inmadura si soy yo -me burlo.

- Ahora resulta que si quieres hablar del tema? -se sorprendió- Pensé que saldrías con algo como "esto fue un error, no se repetirá" o "se me subió el alcohol a la cabeza y ya" -dijo tratando de imitarme- Pero es diferente, esto si que es nuevo.

       Bien, admito que en otro caso si hubiese tomado eso como excusas para salir del paso, pero esta vez no sería así.

- Me retracto de lo que dije, Kathe. Veo que si eres lo suficientemente madura como para aceptar que ese beso no fue solo porque el momento se prestó, sino porque de verdad querías que sucediera. Y corrígeme si me equivoco -negué y agradecí que fuera de noche y no se lograra ver tanto lo ruborizada que me encontraba al haber aceptado que si quería besarlo- Ahora hablo por mi... No te imaginas de verdad cuánto anhelaba poder hacerlo  y aunque no lo creas todo este tiempo creí que nunca lo lograría, no me las has puesto fácil.

       ¿Y ahora se supone que yo debo decir algo o cómo?

- Kathe, creo que ya es momento de hablar sobre esto.

- Ehm... Si, claro -miré hacia el suelo- Eh, Esteban -susurré dudosa si preguntar  o no mientras me colocaba un mechón de cabello detrás de la oreja-

- Si, Kathe? -se acercó un poco.

- Sobre qué debemos hablar? -le pregunté, él sonrió.

- Sobre nosotros -tomó mis manos- He tomado una decisión.

      Que lindo se escuchaba ese nosotros viniendo de sus labios. 

- De qué estás hablando? -pregunté sin entender.

- Estoy dispuesto a todo con tal de conocer absolutamente todo lo que tenga que ver contigo -lo miro perpleja.

- Que esa sea tu decisión no implica esa también sea la mía. 

      Como siempre tan directa.

- Kathe -lo miro- Soy la mejor decisión que aún no te atreves a tomar. Es que mira, a ti se te da muy bien pelear, estar a la defensiva, responder feo y demás, pero en expresar lo que sientes eres patéticamente fatan, no? -se burló sivertido. 

- Púeees -comenzó a sonar un teléfono. 

        Salvada por la campana. Kathe.

- Antes de que digas algo, ya llegamos -se adelantó Esteban al contestar- Sólo hablábamos, Math -clavó sus ojos en mi y decidió encender el altavoz- Ella está en el blanco.

Separados por el Destino ©Where stories live. Discover now