Capítulo 8

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Al acostarme no podía dormir, aquella chica no salía de mi cabeza como había ocurrido la vez en la que su mamá fue llevada en una ambulancia. Pero esta vez estaba preocupada por ella y para ser sincera lo estaba mucho más ahora.

De todo lo ocurrido el día de hoy me había llegado una gran idea para la historia. Lo que Lauren había propuesto anteriormente era una libélula que conoce a una mariposa, para después juntas tener grandes aventuras pero en este momento yo tenía algo más en mente. Me levante tome mi laptop, comencé a escribir hasta que el sueño llego a mí.

La mañana siguiente fue diferente para mí. Ahora estaba arreglándome para ir a la escuela, aquella imagen de Lauren llorando apareció de repente en mi mente. Me apresure lo más que pude y pronto salí de casa.

Iba a caminar directo a la escuela, pero me detuve a mirar la casa de Lauren, saque mi celular de mi mochila para enviar un mensaje.

Camila: Buenos días! Quería saber si podemos ir juntas a la escuela :)

6:34 a.m.

No obtuve respuesta por parte de ella. << ¿Estará enojada por lo de ayer? >> Me pregunte a mí misma. Comencé a caminar de nuevo cuando Lauren me alcanzo.

-Buenos días- saludo con su mano- Me vestí lo más rápido que pude cuando vi que ya te ibas a ir- su cabello estaba mojado.

-Me sorprendes- reí tapando mi boca.

-Me gusta cuando ríes de esa manera- revelo Lauren mirándome de una manera diferente la cual no entendía.

-A mí me gustan tus ojos verdes- no resistí en decírselo.

Agacho su cabeza y parecía haberse sonrojado. Caminamos en silencio pero esta vez no era incomodo a veces la miraba y ella hacia lo mismo. Algo extraño paso conmigo porque pensé en voz alta.

-Eres muy hermosa- dije deteniéndome apenada por aquellas palabras.

-Eso lo sé- comenzó a reír.

Estaba nerviosa viendo a aquella chica reír de una manera tierna. No había mentido porque de verdad ella me parece una hermosa chica. Sus ojos son cautivadores, su cabello largo y sedoso, su nariz muy fina, unos labios muy carnosos que incluso podría besar. <<Espera, ¿Qué?>>

Pronto la imagen de Lauren besándome vino a mí. Nunca antes bese a alguien porque ahora quiero que ella lo haga. Mi mente viajaba a mil por hora hasta que Lauren llamo mi atención.

-¿En qué piensas?- se acercó a mí. Tenía que disimular.

-En que tienes el ego muy alto Lauren- reí un poco y camine.

-Bueno, me veo todos los días en el espejo- hablo seriamente, no podía apartar la mirada de ella- Se lo que tengo- comenzamos a reírnos.

De un momento a otro la risa había desaparecido y nos mirábamos fijamente, le sonreí, una sensación en mi estómago me invadió, era parecida a cuando te siente feliz pero algo era extraño.

-Tu eres la persona más hermosa que vi hasta ahora- entrelazo nuestros dedos índices como la noche anterior.

No quería soltarla me gustaba sentir el pequeño roce de su piel con la mía. Llegamos a la escuela y no me soltó, caminamos así hasta el salón y al entrar Dinah nos miró lo que provoco que Lauren me soltara.

Camine hacia mi amiga y la chica de ojos verdes fue al final del salón sin mirarme más.

-¿Qué demonios fue eso?- pregunto molesta Dinah.

-¿De qué hablas? Pase por Lauren y caminamos juntas hasta aquí- dije despreocupada.

- ¿Ahora Rauren es tu amiga?- la miro.

-¿Estás celosa?- me reí, Dinah negó con la cabeza- Lo estas puedo notarlo.

-No entiendo cómo puedes hablarle a ella después de todo lo que vimos aquel día- dijo en tono burlón.

-¡No sabes nada!- apreté mi mandíbula por el enojo- ¡No puedes juzgar¡- di media vuelta y camine hasta Lauren.

Dinah se refería a la vez que la vimos salir y gritar tras su mamá, yo nunca mencione el tema antes con mi amiga, pero ella siempre creía que ella era extraña.

-¿Que paso con tu amiga?- me pregunto  Lauren confundida.

-La quiero, pero a veces suele ser una estúpida- mi ceño estaba fruncido y Lauren rió.

-Incluso enojada eres muy hermosa- dijo tomando mi mochila y poniéndola en el lugar que estaba junto al de ella.

-¿Ya no estás molesta por lo de ayer?- de nuevo abrí la bocota.

-No hablemos de eso- contestó calmada.

-Me preocupo y quiero...- no me dejo terminar.

-¿De verdad te preocupas por mí?-levanto las cejas.

-Me preocupo por mis amigas- dije y ella negó con la cabeza- ¿Qué?

-No digas que somos amigas- seguía negando.

-Yo quiero que seamos eso- le reproche.

-Yo no quiero ser tu amiga Camila- cruzó sus brazos.

Cuando iba a decir algo el profesor Will entro al salón. Su clase era una de mis favoritas pero eso no importaba ahora << ¿Porque Lauren no quiere ser mi amiga? >> Es en lo único que pensaba hasta que el profesor habló.

-Hola- sonrió ampliamente- Muy bien, estoy muy contento por seguir siendo su profesor que impartirá la clase de español- yo entendía a la perfección pues papá es Mexicano y mi madre Cubana así que aprendí poco a poco con ellos.

Los demás se veían entre sí, incluso Dinah volteo a verme porque sabía que yo podía explicarle después pero la ignore, aún seguía molesta con ella.

-Camila es un gusto tenerte como alumna otra vez- me sonrió.

-Gracias, yo estoy emocionada por su clase- contesté y él asintió.

-Lauren- le hablo a la chica junto a mí y preste atención- Algo que me parece extraño es que las respuestas de tu examen eran totalmente erróneas y no pude hacer nada para ayudarte- rasco su cabeza.

-No estudie mucho supongo que por eso no aprobé y aquí sigo- escuche su voz.

Me había tomado por sorpresa el saber que ella hablaba español. Ahora entendía porque creía que a mamá no le agradaba, ella nos había comprendido a la perfección. Su voz tenía un acento cubano maravilloso, lo sabía porque el de mi madre es así. Al parecer yo no era la única sorprendida porque todos la estaban observando. Lauren me miro y me mordí el labio para evitar una enorme sonrisa, agacho su cabeza mientras jugaba con sus dedos.

La clase siempre era igual, primero el profesor Will nos explicaba las reglas gramaticales y después nos ponía a hablar para así practicar lo aprendido.

-Porque no me dijiste que hablas español- más que pregunta fue un reclamo.

-Mis padres eran cubanos así que aprendí desde pequeña- rascó su cuello.

-Tu acento es muy bonito- le dije sincera.

-No más que tu- respondió con un brillo en sus ojos.

Ya no había duda ella me hacía sentir cosas que nunca había experimentado, pero me gustaba, era una buena sensación.

Salvando a una Libélula (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora