Capítulo 1.1 "Primer Año"

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Allí se encontraba William Johsen tumbado en su cama, mirando por la ventana de su habitación, más nervioso que nunca.

Sabía que se pondría nervioso, ¿pero tanto?

Además ni si quiera habían llegado a la estación King's Cross y no partirían hacia allí hasta que la familia Malfoy llegará.

William era un niño de once años, de estatura media para su edad, castaño y ojos azules.

Era divertido, simpático y le gustaba estar con su mejor amigo Draco Malfoy. En fin, como todo niño de su edad. Pero olvidamos señalar que es que William es un mago. Es más, ¡toda su familia lo es! al igual que la familia Malfoy.

Su familia conocía a los Malfoy desde que los padres de William entablaron cierta amistad con los de Draco en la escuela Hogwarts, donde William y Draco disponían de plaza ese mismo año.

La familia Malfoy había quedado con los Johsen para llevar juntos a sus hijos a la estación y alli despedirse de ellos al ver salir el tren rumbo a Hogwarts.

William no aguantaba más en su cama y fue a ducharse y vestirse, a pesar de que quedaban tres horas para que su mejor amigo llegará a su casa acompañados de sus padres.

Tras darse una ducha, terminar de vestirse y peinarse bajo corriendo al gran salón de su mansión.

El hogar de los Johsen era muy grande pues al igual que los Malfoy, eran una familia de clase alta en el mundo mágico.

No era de extrañar que los Malfoy fueran amigos de esta familia, pues no tenían amistad con cualquier familia de magos.

Por fin llegó Draco y sus padres a casa de William, dando lugar a un Draco yendo corriendo a abrazar a su mejor amigo.

No se vieron en todo el verano, y aunque se escribieron cartas, entre ellas una notificándose de que ambos entrarían en Hogwarts el uno de septiembre, se echaban de menos.

Mientras los Malfoy hablaban con los Johsen, Draco acompañó a William a el jardín mientras hablaban de que esperaban en Hogwarts.

-¿En que casa quieres entrar? Preguntó Malfoy esperando una respuesta que ya sabía de su amigo.

-Slytherin, obviamente. Rió William mientras miraba a su amigo algo enfadado preguntándose si se le había olvidado que en su familia eran todos pertenecientes a esa casa.

-Lo sé, lo sé. Rió Draco al ver la expresión que puso William. -Yo también. Asintió Draco. -Seguramente entremos los dos en ella, no te preocupes.

-¿Quién dijo que estuviera preocupado? Preguntó William arqueando una ceja.

-Yo, se te nota. Volvió a reír el pequeño de los Malfoy.

-Quizás eres tu el que se preocupa. Le contestó William mientras comenzaba a reírse con su amigo.

-Ahora en Hogwarts, estaremos más unidos, porque haremos todo juntos, comer, dormir, ir a clases... Mencionó Draco.

-Tampoco te pases... que eres un verdadero pesado. Bromeó William.

Antes de que Draco pudiera contestar a la broma de su amigo oyeron a la madre de William, Anne, llamarlos para ir a la estación.

Anne, era una mujer alta, castaña, de ojos verdes y algo sería de cara a los que no la conocían, pero sus amigos y familiares sabían que era divertida.

El padre de William, Dylan, era rubio de ojos marrones y media un poco más que su esposa, al igual que su mujer, era algo serio aveces pero muy cariñoso con su familia.

Al llegar a la estación, la emoción invadió a William y a Draco, quienes estaban deseando de subirse a el Hogwarts Express.

Estaba a punto de empezar una vida totalmente diferente para ellos.

Tras despedirse de sus padres algo tristes, subieron al tren, sabiendo que Hogwarts iba a ser lo mejor que les iba a pasar.









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