Salida

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Mandé a la mierda la supervivencia
y me compré un billete
-solo de ida-
con caducidad en Noviembre.
Yo, que iba cuesta abajo y sin frenos
me estrellé
dejándolo todo perdido.
¿Sabes?
Sobrevivir no es procurar no morir
es cruzar por el andén cuando viene el tren
y sin mirar
Supervivencia es tener la vida en las manos
sin saber y sin miedo a derramarla
y quemarte.
Yo,
fui pasajera con caducidad en Noviembre
y cómo explicarte
que me pudrí hace años
cuando me rompía las uñas rascándome las entrañas
y después
no supe que hacer con las heridas.
Cómo explicarte
que me hice pedazos
sin perdón y con permiso
cuando implosioné
sentada en la esquina de mi cuarto
tirándome del pelo.
No quiero que entiendas este desastre
ni que te duermas en mi insomnio,
ni que te acunes en mis ojeras
ni que me beses los arañazos
y que si me arañas tu,
que sea follando y no llorando.
No quiero que entiendas el por qué de mi tristeza,
porque no podría explicártelo
sin reservarte un trozo de presente
para hablarte de un pasado a oscuras,
y aún así,
seguiríamos a ciegas.
Que siempre me he sentado cerca de las salidas de emergencia
y cuando con emergencia quise salir
se me habían acabado las vías de escape.
Que soy como un tren casi descarrilado
que va buscando una parada que no le de la espalda.
Le di la vuelta a todo,
incluyéndome yo,
para destruirlo
siendo terrorista en emociones
y cuando cesaron las explosiones
y todo fue niebla,
me hallé vacía
y no muerta,
pero tampoco viva.
Digamos,
que esta es la historia de un paisaje en  ruinas
que se hizo cenizas
y yo,

me hice humo.

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