Entradas de emergencia

Como las pajas con papel de lija

¿Recuerdas cuando aprendiste a curarte las heridas?
Decías que te habían disparado tantas veces
que las balas, como entraban, salían.
Odiabas las injusticias,
la burocracia,
los ojalá,
los quizá.
Hablabas de desastres,
de cenizas, de ruinas,
de luchas contra todo y contigo.
Tú,
que antaño eras hielo
y eras fuego.
Nunca dejarás de quemar

Ojalá te abracen tan fuerte que todos tus trozos vuelvan a unirse.

¿Recuerdas cómo querías volarlo todo por los aires?
¿Cómo veías caer por tu ventana las bombas que tu misma lanzabas?

Edificaste murallas que no dejaban entrar luz a esa piel a la que solías llamar hogar
construiste futuros inciertos sobre los cimientos de un pasado a oscuras
para volver a derribarlos y caminar sobre los restos
y corrías
y corrías
intentando disimular que no sabías dónde coño ibas
Te recuerdo borrando las huellas,
con cuidado por si te seguían,
te recuerdo pidiendo siempre socorro
gritando
sin que nadie lo supiese
no pretendías dar pena
porque preferías cargar sola con ella
como el niño que carga con sus juguetes de un lado a otro
tropezándose todo el rato

Nunca creíste en la magia a pesar de irradiarla
siempre dije que hay desastres que duelen menos cuando sonríen
pero a ti siempre te sonó a cuento chino
que hay personas que hacen menos frío el invierno
que te calan los huesos para darte abrigo
pero ya ves
a la gente le gusta las personas rotas
Lo mas bonito de alguien triste
es su capacidad para compartir la tristeza
de no taparse la cara para llorar
de retorcer sus muñecas e invitarte a pasar

Recuerdo que lo mas bonito de ti
era verte arder en medio del glaciar
derritiéndolo todo
recuerdo que lo mas bonito de ti
era verte enseñar las heridas de tus manos frente a un público exigente
sin máscaras, desnuda, transparente
recuerdo que eras el cigarro del después del después
ese
que nunca quieres terminar de consumir

ese

que nunca apagas.