Antes del día de hoy, era una chica normal de preparatoria, no era nada especial era lo más normal del mundo, con lo único que contaba era con un amigo mi único amigo al que más he querido.
No hace más de cuatro días mi vida era normal, hacia esgrima y arquería en el parque no lejos de casa, él siempre pasaba por mí o por lo menos intentaba ir por mí. Lo conocía desde hace mucho tiempo, me salvó muchas veces de problemas de salud la mayoría.
El día que conocí a Dante tan solo tenía 10 años cuando caí encima de él por intentar andar en bicicleta, desde entonces siempre estamos juntos, es el único amigo que tengo desde que me adoptaron...
Hace 5 días fuimos ambos a la escuela, pero se sentía algo diferente al resto, el olor del petricor daba una fría sensación de soledad, era extraño afuera no cantaban pájaro alguno, en la mañana Dante había dicho que era por el frío que no salían.
-¡Hey rara! - me aventaron una bola de papel - deja de pensar en tu novio -Henry era el chico más idiota que podía haber en la escuela no sólo porque me molestara sino que tenía mala fama en la escuela por ser un chico muy atrevido con las chicas, no sólo les pellizcaba las piernas a beses se ponía debajo de las escaleras para ver las bragas de las chicas que pasaban por debajo. Henry había retado varias veces a Dante pero él nunca lo ha hecho por protegerme a mí.
Ignoré el comentario, me levante del asiento para salir e ir a buscar a Dante para regresar a casa.
Al pasar por las taquillas del pasillo e ir a donde estaba la mía la 217 para sacar mis cosas, cuando abrí la taquilla color verde cayeron algunas notas que había guardado hace dos semanas en los cuadernos, me agaché para levantarlos, alado de mi apareció una mano que reconocería en cualquier lado.
-Gracias Dante - Él se levantó y me dio la mano para que me levantara, metió los papeles en una caja de madera que tenía donde debería de guardar el maquillaje que nunca he comprado.
-Se más ordenada ¿quieres? - dijo mirado supuesto taquilla que estaba alado de la mía al igual que yo saco sus cosas- vamos -cerro las taquillas cuando vio que ya había sacado todo lo que necesitaba para regresar a casa, caminamos por los pasillos hasta donde habíamos dejado las bicicletas, arroje mis cosas a la canasta, quitamos las cadenas y empezamos andar hacia la salida de la escuela, nos subimos a las bicicletas y empezamos a andar.
-¿Tomaremos un atajo te parece? - miro hacia atrás
-Claro - lo seguí hasta el camino que cruzaba el bosque, los árboles de esa zona eran siempre naranjas o café, el pueblo decía que era por la contaminación o cosas por el estilo, cuando entramos el camino se hizo rugoso por las piedras, eso no fue lo extraño sino que fue que en ese momento pareció que solo estábamos Dante y yo en todo el mundo, se sentía una soledad inmensa.
-Dante voy a caerme si no paramos - grite pero no paro
-Tranquila no pasara nada - fue lo último que recuerdo haber oído.
Lo último que recuerdo fue como su cuerpo se tambaleó de lado a lado hasta que callo desmayado boca abajo, de haber intentado frenar y al no poner caer a lado de él. También está el recuerdo estirar mi mano hacia el para tocarlo, lo intente pero parecía como si estuviera a kilómetros de mí, vi su rostro dormida hasta que me desmayé en el rocoso camino del medio del bosque.
¡Despierta! Ah... ¿Que? ¿Dónde estamos? Y ¿Dante?
Mis ojos... No logro ver nada, Dante estaba en el suelo, ojala no sé.... ¿Qué demonios hacemos aquí?
-Dante, despierta... Dante -le empecé a dar jalones- Dante despierta te necesito -puse mi oído en su pecho intentando escuchar algo. Logre escuchar el sonido de su corazón. Dante abrió sus ojos algo mareado, se notaba que no estaba 100% consciente.
-¿Eh? ¿Q-que pasa? ¿Dónde estamos? -Dijo Dante desorientado.
-No se ¿Estás bien? Lo último que recuerdo fue que te desmayaste -me puse alado de él- ¿Te puedes levantar?
-Si... me puedo levantar -Dijo levantándose como podía- ¿Dónde demonios estamos? Esto es sumamente raro... Estos árboles... No los había visto antes -él miraba hacia dónde estaban los árboles mirando todos.
-¿Los árboles? - mire a los árboles que habían dejado de ser naranjas. - es cierto, son diferentes - me levanto
-Ni siquiera tienen frutos... ¿Qué demonios pasa? -Dijo Dante acomodase la ropa acercándose a un árbol para tocarlo.
-Es extraño, no pueden cambiar en tan poco tiempo... ¿Cuánto llevamos dormidos? -miré a Dante inquieta
-No menos de... No fue un golpe fuerte debieron ser al menos 3 horas... no más de eso
-Tranquila, dudo mucho que tengan algo, además, no pasa nada ¿Si? Todo va a estar bien -Dijo Dante abrazándome, sentí su calor y protección.
- bueno si tú lo dices - lo abrace también - ¿Y qué hacemos ahora?
-Buscar cómo salir se aquí... Ni siquiera sé dónde estamos
-Estamos en el bosque, el camino más o menos mide un kilómetro estamos como a 300 metros de donde entramos, si caminamos por ahí deberíamos salir -
-Entonces estamos a 500 metros no es mucho
-Claro que no es mucho... El problema es donde ir
-Hacia el contrario de donde miran las bicicletas
-Esta bien, yo te sigo, vamos -Dijo Dante tomando su bicicleta-
-Si vamos -tomó la bicicleta y empezamos a caminar hacia dónde veían las bicicletas. Los árboles no cambiaban a su habitual color naranja, el bosque parecía sin salida o sin final, después de haber caminado los 500 metros parecía el bosque no cambiar en nada ni siquiera en los árboles era como si diéramos vueltas en círculos.
-Te lo dije... Bueno... Vamos a otra dirección... ¿Trajiste agua? ¿No? Busquemos un río
-si traje, pero ya va a anochecer no lo podremos buscar, nos podríamos caer por algún risco
-No lo creo... Espero hayas traído tu linterna
-¿eh? Bueno...eso.... La deje en la escuela...
-Ah... Está bien, tengo la mía
- bien, entonces ¿Buscamos el río o empezamos a hacer algún lugar donde quedarnos?
-Sí, debemos ponernos cerca de un río. No en la orilla, si no cerca.
-Bien vamos ¿hacia dónde?
-Hacia... Am...Oye... Mi brújula se volvió loca -Dante me mostró su brújula la cuál giraba a todos lados muy rápido-
Tome la brújula para verla, era cierto giraba a todos lados
-¿Qué hacemos?
-No lo sé... Creo que lo único que queda es seguir nuestros instintos.
-Supongo, hay que ser rápidos
-Si, demasiado, ahora... No creo que necesitemos las bicis. Debemos ir a pie
-Si aun así hay que dejarlas dónde podríamos encontrar otra vez
-Esta bien, dejémoslas... en este árbol
- si - recargamos las bicicletas en el árbol - ¿y ahora?
-Pues es hora de seguir, ojala sea cerca... Vamos por -Dante señalo una dirección- Aquí
-bien -caminamos por la dirección que él dijo, mientras caminábamos el sol se empezó a ocultar, dejando un intenso aire gélido, el cielo era extraño no se veía alguna ave o avión, solo se veían las nubes grisáceas que tapaban lo que hubiera detrás de ellas.
-Esto es raro... Hasta el cielo es diferente... Todo en este lugar es muy diferente -Dante estaba inquieto, él era muy nervioso-
-¿Apenas te das cuenta? No es normal
-No había analizado el lugar... Esto es muy malo
-Lo es, está anocheciendo y empieza a hacer frío
-Lo sé, pero no nos queda de otra más que seguir buscando. Tengo por ahí un suéter en mi mochila -Dante me dio su mochila- Ten
-Gracias - busco el suéter para ponérmelo, el suéter color carmín aun que me quedaba grande me cubría bien del frío
-Bueno, ya escucho agua fluir. Ojala sea el río, estamos cerca
-Genial corre - empiezo a correr hacia dónde se escucha el agua
-o-oye espérame -Dante siguió detrás de mí- Te va a hacer daño si corres
- claro que no - me empiezo a cansar y me detengo
-Te lo dije ¿Trajiste tu inhalador?
- s-si...s-i -Saque mi inhalador y lo presione contra mi boca - estoy...bien
-Espero eso aguante el tiempo que estaremos aquí... -Dante vio el río- Aquí es, podremos beber agua. Es agua cristalina y dulce
-¿Tiempo? ¿Piensas que estaremos mucho aquí? - me puse enfrente de él impidiendo su paso
-La verdad si, ahora déjame pasar que debo llenar las botellas de agua
me quito de enfrente - no creo que quede mucho - susurro para no preocuparlo
-Ven, vamos... Estás en tu día de suerte, te los quería dar en la escuela, pero traje 5 de los botecitos que usan tu inhalador. Te los iba a regalar para que no gastaras
- gracias, espero que salgamos de aquí antes de que se acabe el último
-Eso espero... Duraran unos días me imagino o semanas... No sé
- solo me da cuando corro mucho o me pongo muy nerviosa así que durarán un tiempo
-No corras de nuevo y sobre todo, trata de calmarte si hay algún animal cerca
-si no te preocupes, estaré bien o eso espero -me senté en la orilla del río donde había pasto creciente.
-Sabes... No sé qué demonios pasó... No debimos haber caído, esto es mi culpa...
-no es tu culpa, te desmayaste
-Ah... Si lo es -Dijo Dante muy desanimado- Lo siento
-porque es tu culpa - me levante - no es tu culpa tú no la tienes
-claro que si la tengo
- ¿Por qué lo piensas?
-Porque si te hubiera hecho caso... No habría pasado esto
- ya déjalo, ya no importa mejor busquemos que comer
-Por mi está bien -Dijo mirándome, sus ojos reflejaban su culpa... Dante- Vamos
Caminamos por los alrededores del bosque buscando algún animal de caza, la espesura del bosque se hacía más gruesa conforme nos alejábamos del río.
- no deberíamos de alejarnos, puede haber lobos o perros salvajes
-Eso nos podemos comer
- ¿nosotros a ellos o ellos a nosotros?
-Pues... Lo más seguro es ellos a nosotros. Pero quien sabe
- regresemos tengo miedo
-está bien, regresemos
- vamos - regresamos al río, sin darnos cuenta que ya había oscurecido y apenas y se veía algo
-Tocara hacer una casa de campaña improvisada... Por aquí tengo mi manual
-¿No sería mejor subir a los árboles donde no nos alcancen los lobos?
-Pero... Me puedo caer... Me muevo mucho al dormir
- aun así, mira ese árbol tiene más o menos hojas y las ramas están bien puestas
-No creo sea conveniente. Y si... ¿Buscamos una cabaña o algo así?
- bueno busquemos una, enciende la linterna -en el suelo había varias ramas sueltas, tome la más gruesa que pude encontrar - vamos
-Yo diría mañana... Hoy hagamos una fogata
- bueno hagamos una, iré a buscar algunas ramas y piedras
-Esta bien, yo buscare la tienda. Estaba en mi bici, sabes que siempre llevo una
- ¿Por qué no la trajiste desde antes? Si regresas te perderás
-estaré bien, te lo prometo
- ¿Seguro? Regresa ¿sí?
-Sí, tranquila. Regresare -Dante me dio su linterna- Me llevare este mechero
- bien no tardes ¿sí? - lo abrace antes de que se fuera
-Esta bien, no me tardaré. Lo juro -Sonrió y empezó a caminar por ese espeso bosque-
Me había quedado en la orilla buscando piedras y ramas, haciendo la fogata antes de que le volviera.
Dante había regresado con las bicis.
-Mejor me las traje. No servirán mejor, quien sabe. Si las desarmamos tendremos armas.
-Eso espero, hay que defendernos de los animales- tome la mía dejándola alado - ven siéntate hace frío
-No tengo frío... No llene las botellas, iré a llenarlas ¿ok?
-bien ve me quedaré aquí
-Esta bien, busca en las mochilas cosas que nos sirvan.
- claro - busque en las mochilas, encontrando solamente galletas y chocolates
Dante trajo las botellas de agua llenas y se sentó a mi lado.
-Que tonto... Tenía una de esas pajillas que se venden que purifican el agua. De hecho son 2
- ¿no las utilizaste?- le di las galletas - ten es lo que encontré
-Bueno... Esto servirá... Espero que encontremos algo que comer
- Si ¿será muy difícil?
-No lo sé... No he visto ningún animal
- ni yo, será mejor que durmamos mañana encontraremos en camino a casa
-Esta bien.... Yo cuidare, no puedo dormir
- yo intentaré dormir, si pasa algo despiértame ¿ok?
-Está bien, descansa
Me había acostado alado de él poniendo mi cabeza sobre sus piernas, antes de dormir lo último que pasó por mi mente fue el camino de árboles naranjas llenos de vida
A lo lejos Dante veía una cortina de humo seguida por unas grandes llamas
-Oye... Mira eso -Dijo moviéndome-
Cuando mire... El humo formaba criaturas deformes, horribles, grotescas y no descubiertas por la humanidad.
-Es estúpido... Pero puede haber gente.... ¿Vamos?...
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Los Dioses Del Kiferhudes
Science FictionDos amigos, Elizabeth y Dante están apunto de conocer mas de lo que deberían, ambos, un día van a pasear por un parque y un accidente hace que cosas extrañas y horribles pasen en ese bosque que nadie conoce. Por: Eduardo Gil y OkumuraRin20