Siempre estoy contigo. Estuve ahí, en el momento en que naciste. Estuve en la sala de partos, mirándote, antes de que pudieras abrir los ojos. Tus padres, tus familiares y los doctores no pudieron verme ahí en la esquina, mirándote con ojos nublados... pero, yo estuve ahí desde el momento en que naciste. Y, te seguí a casa. Estuve siempre contigo, fui tu compañía constante. Mientras jugabas solo, con tus juguetes, yo te observaba desde todos los ángulos de los espejos más cercanos; mi pelo enmarañado, cubierto con sudor aceitoso resbalaba de mi abollada frente como pegamento. Fui tu compañía constante, sentándome en la parte trasera del coche de tu madre en tu trayecto al prescolar. Creías que eras el único en el cuarto de baño, pero... yo estaba al otro lado de la puerta, silbando a través del agujero de mi garganta. Mis brazos colgaban, se salían de su lugar mientras me inclinaba al otro lado de la cortina de la ducha. Te espero y te sigo, siempre voy atrás de ti. No soy visto, soy casi inexistente en la luz. Nunca me viste en las mañanas, cuando estuve sentado contigo durante el desayuno, y un coagulo rojo brillante que colgaba de un alveolo vacío, se abría grotescamente hacia ti. A veces me pregunto si sabes que estoy aquí. Sé que estas consciente, pero nunca sabrás cuan cerca estoy. Gaste horas y horas de tu día, sin hacer nada más que respirarte en los oídos. Anhelo estar cerca de ti, y para siempre envolver tu cuello con mis brazos mutilados. Cada noche, me recuesto cerca de ti, y mis ojos nublados contemplan -por debajo de tu cama- , tu durmiente rostro en la oscuridad... Y, sí, me atrapaste observándote ocasionalmente, entonces tus padres vinieron corriendo a tu habitación tras escuchar tus gritos. Querías comenzar a hablar, pero lo único que pudiste hacer fue gritar: "Hay un hombre, un hombre en mi habitación" y creíste que nunca podrías olvidar cuando me descubriste, con mi mandíbula colapsada, colgando a mi pecho, balanceándose adelante y atrás. Me dirigí a tu armario... y tu madre no pudo verme a pesar de que me señalaste una y otra vez. Creíste que no olvidarías cuando tus padres se fueron esa misma noche, miraste la puerta del armario crujiendo suavemente y a mí dirigiéndome hacia tu cama a gatas, arrastrando mis pies en movimientos espasmódicos, empujándome debajo de tu cama con mis miembros desarticulados. Aprendiste una nueva palabra para mí: "boogeyman" pero no es el monstruo que pensabas que yo era. Yo solo te espero y sigo siempre, tocando tu cara con mis anudados dedos cuando duermes. Me verás de nuevo, pronto... Llegaré contundente y brutal. Un día, caminarás a través de la carretera y creo que te golpeare rugiendo y chillando. Rodarás por el pavimento, rodarás bajo las ruedas, la fuerza del guardafangos metálico y mis dedos tocando tu cara una y otra vez. Y te quedarás sobre el frio pavimento, con los ojos nublados, el pelo enmarañado, coágulos colgando en tu cara y la mandíbula desquiciada girando hacia tu pecho. Me verás aproximándome. Nadie me verá. Mirarás dentro de mis ojos... más allá de ellos y yo te miraré a ti. Por primera vez en tu vida, algo parecido a una sonrisa aparecerá sobre mi cara, y juras que estas mirando dentro de un espejo, las burbujas coaguladas de nuestras bocas. Me inclino a recogerte con mis torcidos brazos, más allá de los médicos y las personas histéricas.
Y... nuestros rostros se tocaran, desplegare mis alas, y entonces... tendrás que seguirme.
Siempre estarás conmigo... Con tu ángel guardián.
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Creepypastas Cortos.
RandomCreepypastas extraídos de diferentes fuentes,alguna que otra,hecha por mi.