Capítulo 2

256 4 2
                                    

-¿Estás molesto, Dmitri?.- Preguntó mi hermano.

Negué levemente. Aunque en verdad sí estaba molesto. Mi padre no mostró interés alguno en mí y mi iniciación. Desde que tengo memoria esperé por este momento. Esto era muy importante para mí; y lo que más quería era ser el mejor en ello.

-Bueno, si tú dices.- Dijo Maxim.

-¿Y qué voy a aprender?- Pregunté.

Mis hermanos se rieron, prácticamente burlándose.

-En realidad, no hay nada que enseñarte, Dmitri.- Dijo Nikolas poniendo un cigarrillo entre sus labios.

-¿Pero entonces...?- Pregunté confundido.

-Si vas a estar en este negocio no hay nada mejor que la experiencia propia para aprender. Por ejemplo, no puedo enseñarte cómo matar a alguien, ni cómo tomar buenas o malas decisiones; ni yo, ni nadie.- Explicó Maxim.

-Pero papá dijo...- Repliqué.

Maxim me interrumpió.

-Papá exagera y hace una gran cosa de algo menor.

Sonreí a medias.

-Además, no sé qué te imaginabas, pero no íbamos a ser tus maestras.- Dijo Nikolas.

Bufé por las estupideces que tenía que escuchar.

-Ya sé, es sólo que esperaba más acción, emoción, adrenalina, peligro, ¿entienden?- Dije.

-Entiendo que ves demasiadas películas.- Dijo Nikolas.

Lo miré mal.

-Mejor vamos casa.- Dije fastidiado.

Entendí que ese día no iba a aprender nada, nada que provenga de ellos, al menos; además de que mis hermanos eran más estúpidos de lo que creía.

Los tres nos subimos a la Range negra de Maxim y nos fuimos de ese lugar, que a decir verdad no tenía idea de dónde quedaba.

Era un descampado seco, con pastos largos y amarillos. Había mucho viento y algunas colinas.

Ni bien arrancamos, un auto negro con los vidrios polarizados empezó a seguirnos. ¿De dónde salió?, quisiera saberlo también.
Esperé unos minutos antes de decirles a mis hermanos, no quería alarmarlos por nada. Podía ser un simple auto que hacía nuestro mismo recorrido, pero después de unos minutos me di cuenta de que no era así y dije:

-¿Se dieron cuenta que ese auto nos está siguiendo hace varias manzanas?

-¿Cuál auto?- Preguntó Maxim mirando por el espejo retrovisor.

Nikolas se dió vuelta para ver mejor.

-Tiene razón, nos siguen...- Dijo.

Él abrió el compartimiento del copiloto y me dió un arma cargada.

-¿Sabes usarla?- Preguntó.

-Sí.- Contesté. -¿Vamos a disparar?, no sabemos quiénes son.

Ninguno de los dos me respondió.

Maxim paró el auto en una calle desierta. Acto seguido el auto negro estacionó detrás nuestro.

-¿Vas a bajarte?- Pregunté.

-Sí, y basta de preguntas idiotas.- Dijo muy serio. -Nik, manténte atento.

Maxim se bajó. Segundos más tarde hizo lo mismo el conductor del auto misterioso. Ahí lo pude ver bien. Era un señor  que nunca antes en mi vida había visto; tenía la edad de mi padre y era regordete.

Mafia RojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora