Deb.

[12]

Besos de humo, ojos delineados.
Mirale la sonrisa y preguntale que le dijeron mamá y papá.
Conviviendo con el enemigo.
Pero aún así es más valiente que vos.
Adoptando demonios debajo de su almohada que cuidaban el paraíso que forman sus sueños y lágrimas.
En su cuarto desordenado al igual que sus pensamientos,
su mirada perdida al igual que sus esperanzas.
Oh, querida,
el mundo te arrebató tu inocencia
y no pudiste soportarlo.
Cada noche te rompes en pedazos.
Deseas ser otra persona.
Reís histéricamente
mientras separas tu piel con un cristal roto
de alguna de tus botellas.
Y no soportabas verte en el espejo.
Amabas sentir tu cuerpo presionado contra el inodoro,
Tus huesos rompiendo tu piel,
Tus dedos violando tu garganta.
Te odiabas.
Te aferrabas en tus defectos eclipsando por completo
tus sorprendentes cualidades.
Los miras con ojos desafiantes animandolos a entrar en tus pensamientos
para ahogarlos con ellos
y verlos sufrir como vos lo hiciste.
Tu alma tan oscura como tus ojeras.
Tus sentimientos tan partidos como tus labios.
Tus anhelos tan enredados como tu pelo.
Tan hermosa y peligrosa como una flor venenosa.
Viste morir a los demás y corriste para salvar tu trasero.
Después de que te rompen el corazón
no importa nadie más que vos mismo.
Jugabas a ser madura,
consiente,
a ser profunda queriendo entender el dolor.
Jugabas y cada vez que perdías llorabas.
Saltaste etapas, la vida se te pasó volando.
Y no viviste.
Y no soñaste.
Y no reíste.
Y sí lloraste.
Al juego de la muerte quisiste jugar
y colgarte de una hamaca no te pareció tan divertido
y quisiste de tu cuello colgarte.
Un desafío más grande.
Y saltaste de tu banqueta.
Y...
¡Adivina qué!
Ganaste.

-Adaptación mía de algunos capítulos de Sad City, por @beautynights
Sus historias son hermosas.