Capítulo 2. Estamos solos...

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Comenzó el anochecer y como en cada ocasión comienzo a preguntarme porque nunca me han hecho daño, llevo siglos aquí y estoy completa, no me falta ni un pequeño pedazo, a veces desearía que me dejaran en estado deplorable para ver si así llego al fin de esta existencia tan sin sentido, pero hoy a diferencia de otras noches no puedo desearlo con la misma fuerza y es por él, por mi primer amigo, si es que puedo llamarle de esa forma, deseo desaparecer, pero a la vez quiero quedarme justo ahí para el, las horas seguían transcurriendo, y cada segundo estaba más ansiosa por la llegada de Geun Suk... si no mal recordaba ese era su nombre.

Cuando al fin llego el amanecer sentía como mi ser se revolvía, mi cuerpo no podía moverse, nunca podría hacerlo, pero mi ser, mi esencia, mi alma, no sé cómo definirlo, pero se revuelve inquieto, no podía entender de donde venia tanta ansiedad pero no podía soportarla, era algo nuevo para mí. El lugar comenzó a despertar perezosamente cuando el sol proyectaba mi sombra haciéndola larga, los locales y la gente comenzaba con su andar, de aquí para allá, de aquí para allá, pero el no aparecía, mientras se hacía más corta mi sombra más me entristecía, quizá el no volvería, quizá estaría nuevamente sola y olvidada, estaba tan centrada en la tristeza que no note que alguien se había sentado justo a mi lado.

─ Buenos días ─era él, era su voz, me alegre y sentí que podía revolotear como los pájaros, pero una vez más mi cuerpo de mármol me limitaba─ llegue algo temprano ─dice, yo tenía ganas de decirle que más bien se había tardado demasiado, pronto el prosiguió─ dije que vendría hoy, pero nunca te dije una hora... supongo que asumí que esperarías verme hasta el medio día como ayer ─explica, me sentí emocionada al pensar que quizá captaba mi pensar pero las siguientes palabras me decían que era en vano mi ilusión─ no te molestes por que llegue temprano, la verdad es que se supone que son vacaciones pero parece que me la paso de aquí para allá escondiéndome de las chicas ─hizo una pausa y decidí que solo escucharía, no fingiría tener una conversación con el, sería menos doloroso así─ no deberías ponerte celosa eres la mujer más bella que he visto jamás ─dijo colocándose frente a mí y sonriendo y por primera vez pude ver su rostro con detenimiento pues no se movió, era delgado y de cara con facciones finas, sus ojos era... eran pequeños y rasgados... nunca había visto ojos así, de color café, sus labios se veían suaves, el color de su piel era claro y se veía tersa, llevaba el pelo recogido en su nuca y la ropa se veía más ligera que ayer─ de verdad que parezco un loco ─dice ahora dejando de sonreír y sentándose nuevamente a mi lado─ pero no tengo con quien hablar, y tampoco tengo un lugar al cual ir, ayer me di cuenta que nadie se acerca a ti y por eso vine, aquí nadie me molestaría pero... estoy solo ─nuevamente el silencio se apodero del espacio, y me di cuenta de que lo entendía, sabia como se sentía y quería ayudarlo, pero nada podía hacer─ hasta cierto punto me ayuda hablar contigo ─me dice─ y fingir que estas viva me hace sentir menos solo... mi vida como artista en ocasiones es agobiante.

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Me sentía tan tonto, ¿Por qué le hablaba a una estatua?, tenia infinidad de personas que seguramente se morían por solo escucharme, pero no los quería, porque seguramente me juzgarían y dirían en tus dramas pareces diferente y no encuentro la forma educada de decirles ¡es que soy diferente!, no soy igual a aquellos personajes que interprete, no soy ellos, solo los interpreto, esos seres no existen y aun así en ocasiones no me conocen más que por ellos; creo que por eso quiero hablar con la estatua, para poder sacar toda la frustración que tengo, amo mi vida, amo a mis fans, amo cantar, amo lo que hago, pero hay días en los que simplemente quisiera que alguien me escuchara.

─ Creo que te volverás mi nueva amiga, vendré a verte mañana también ─dije colocándome frente a ella y sonriendo, si ella iba a escuchar todo lo que sentía debía tratarla como a un humano, al menos así no me sentiría tan loco.


Un Nuevo DíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora