Me sentía extraño, hable todo el día con ella y aun así fue diferente a las otras ocasiones, debía ser mi imaginación, pero sentía que ella estaba molesta y quería una explicación, pero no se la iba a dar por que eran imaginaciones mías, me limite a hablar de mis planes, de mi futuro, de mis ganas de hacer algo más, pero esta vez sí sentí que le hablaba a un trozo de roca, estaba furioso y regrese al pensamiento de la tarde de ayer, me buscaría otra plaza con otra estatua, llegue al hotel y lo primero que hice fue buscar todos parque y plazas cercanos con estatuas en ellos, el Google Maps fui haciendo acercamientos para localizar una que pareciera poco atractiva y a la que no se acercarían las personas con facilidad, por alguna razón este pensamiento me molesto, Andrómeda no era para nada fea, solo que despedía una energía extrañamente atrayente para mi... nuevamente mis imaginaciones comenzaban a hacer de las suyas, sacudí mi cabeza y me moleste, debía de haberla dejado como una estatua anónima, no tenía que haber leído la placa que había en la parte inferior.
Pasadas unas horas de búsqueda encontré lo que estaba buscando, al día siguiente iría a visitar a mi nuevo mejor amigo... Dionisio.
La mañana no me sorprendió incluso le gane al sol en levantarme, aunque la verdad no había dormido nada, no entendía el porqué de esta inquietud, sentía como si estuviera traicionando a alguien, pero ¿a quién?, no tenía novia y mis amigas no son de esa clase que te cela, levante los hombros y salí directo en busca de un taxi para que me llevara a la siguiente plaza que sería mi lugar para pasar las horas reflexionando, en cosa de una hora llegue al lugar y localice a la estatua de Dionisio, era un regordete con una diadema de laurel, con una copa en mano y vides creciendo a sus pies, busque un rincón a su lado que me escondiera de ojos suspicaces me arrellane ahí y lo mire.
─ Hola ─salude y espere educadamente como si me respondiera─ sé que es un ser muy ocupado pero necesitaba quien me escuchara─ era extraño solo esperar en silencio, no fue como con Andrómeda que me sentía cómodo y realmente escuchado, así que decidí fingir que me contestaba.
"Zeus es quien escucha las oraciones"─ respondió altivo
─ Pero Zeus es un ser demasiado ocupado y lo que quiero hablar no son más que tonterías ─respondí en mi imaginaria conversación
"ósea que solo sirvo para escuchar sin sentidos, esto es indignante sucio mortal"
─ no era mi intención ofenderle ─titubee pues realmente sentía como si me regañara esa estatua
"¿no lo era?, sino has venido a ofenderme, ni a rendirme tributo no entiendo que haces aquí, ¿Qué pretendes mortal?"
─ esa es una buena pregunta
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Me sentía sola, pero a diferencia de otros días trate de verdad de observar el mundo nuevamente, cuando tenía solo un par de décadas me maravillaba mirando la vida pasar, después de un tiempo fue realmente doloroso el hacerlo, trate de veras y esto es lo que vi.
Un grupo de jóvenes, debían rayar los veinte años a lo sumo, iban vestidas con ropa ligera acorde al tiempo... comparados esos cortos pantalones y esas túnicas de tirantes, la ropa de hace siglos se ve como un exceso, aunque en mi opinión eran más lindas aquellas ropas, de hecho me habría gustado usarlas, esos largos vestidos que solo dejaban ver la punta de los zapatos, de tantos colores y tan hermosos que en las noches de fiesta esto parecía más un arcoíris que nunca, esa época en que los hombres usaban sombreros altos que los hacían parecer aún más altos, sin ninguna de esas cosas que usan ahora, solo vestidos por completo de negro o azul, incluso de un negro claro... esta parte me frustra demasiado... quisiera conocer más, expresarme de forma adecuada, conozco más colores, mas vestidos, mas noches, estrellas, gente, y aun así me siento una tonta, no saber los nombres de todo lo que me rodea me frustra... en ocasiones escucho una o dos cosas que me ayudan a sentirme menos ciega, pero la mayor parte de las cosas las desconozco... es demasiado frustrante... no podía continuar observándolas sin que la rabia creciera en mi ser, iba a volver la vista al cielo cuando una de ella le muestra a la otra una pintura algo grande... esa pintura... observe con calma y me di cuenta de que era mi amigo, el hombre pintado ahí era Jang Geun Suk. Me sentí eufórica, enojada, maravillada, avergonzada, fuerte, miedosa, demasiadas sensaciones se apoderaron de mi pobre y limitado ser, sentía que iba a desmoronarme si no controlaba la ola de emociones que acababa de revolcarme. Las chicas comenzaron a caminar en mi dirección y después de unos segundos de observarme se volvieron la una a la otra y se alejaron como si de un fantasma se tratase... ellas debían estarlo buscando... quizá estaba perdido, o le había sucedido algo, o lo habían robado y tirado a un callejón, o... o... quien sabe cuántas cosas más pudieron haberle sucedido en este mundo de locos... si pudiera respirar seguro en este momento me estaría ahogando por falta de aire, si tuviera corazón seguramente habría dejado de latir, si mis piernas sirvieran estaría corriendo de un lado a otro buscándolo y gritando su nombre, no como esas chicas que solo le buscaban con la mirada, la desesperación se apodero de mi... siempre me había parecido horrible mi existencia, pero ahora no solo me parecía horrible si no que era intolerable, no podía seguir así, cualquier cosa que me sostenga en este lugar deberá decidirse y hacerme desaparecer o dejarme vivir como un humano, no podía seguir así, con este torrente de emociones humanas que no logro comprender del todo, con esta limitada capacidad de ser un ser vivo... esto simplemente era insostenible.
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Un Nuevo Día
FanfictionCuenta la gente que para que una obra de arte sea perfecta esta debe cobrar vida... y yo era la prueba de que eso era cierto... bueno casi...