9. Enamorada

46 6 0
                                    

Sentir sus labios tan cerca de los míos me dejaba hipnotizada, idiotizada y me hacía sentir cada milímetro de mi cuerpo revolotear. Yo no se lo dije, pero estaba sintiendo exactamente lo que él describió de sus sentimientos. Aunque realmente las palabras se quedaban cortas para tratar de describir tales sensaciones. Taylor era el único chico que me haría sentir algo, había una inexplicable fuerza que me atraía como imán hacia él.

Podía sentir el fresco aliento que desprendía de sus labios cuando hablaba, no sé cómo logró mantenerse tan cerca de mis labios durante tantos interminables segundos sin besarme, porque yo estaba casi retorciéndome deseando que dejara de hablar y terminara de darme ese beso que me había pedido.

"Bésame de una vez", pensaba casi sin fuerza de voluntad para contenerme de saborear sus gruesos y apetecibles labios.

Mi cuerpo temblaba por el esfuerzo que estaba haciendo por no besarlo. Quería que él me besara a mí, no pensaba volver a ser rechazada por él, así que aguardé con un inmenso esfuerzo. Taylor pegó su cuerpo al mío, y cada contacto me daba una sensación placentera, tomó mi rostro entre sus suaves manos, mi cuerpo no paraba de temblar, el roce de sus manos acariciando mis mejillas hacia que me derritiera. Era demasiado impresionante estar sintiendo tantas cosas al mismo tiempo y por primera vez. Ahora sí que ya no podía más con mi ímpetu de voluntad, si Taylor no me besaba rápido yo saltaría a devorarme aquellos labios.

Tenía mi mirada fija en su pecho para no tener que mirar sus labios sabiendo que no iba a contenerme, hasta que Taylor se animó a dar el siguiente paso y levantó mi rostro para mirarme a los ojos, fue acercándose con tanto desespero como el mío y al fin sus labios tocaron los míos. El primer contacto lo hicimos ambos con los labios cerrados, y yo casi sufro un paro cardiaco al sentirme de forma tan inusual, me estaba derritiendo casi literalmente, mi cuerpo se debilitaba y empezaba a dejar de responder, su beso fue sobrenatural en absoluto.

Me aferré a él como nunca lo hubiera hecho, una de mis manos haló su camisa a nivel de su pecho y la otra descansaba en su hombro, yo lo apretaba con fuerza temiendo caerme o desvanecerme por la debilidad que su beso le había causado mi cuerpo. El tocar sus labios con los míos fue incluso aún mejor que cualquier otro contacto, nunca nadie me había dado un beso siquiera la mitad de bueno, jamás podría compararse tal perfección.

Taylor empezó a morder mis labios y luego se adentró hasta mi boca acariciándome con su lengua. Me aferré con más fuerza a su camisa cerrando mis puños y clavando mis dedos en su fuerte hombro. Perdí los sentidos, mi corazón estaba enloquecido como jamás podría haberlo estado y latía tan rápido y fuerte que incluso podría decir que cualquiera podría escuchar esos latidos a metros de distancia. Mi respiración estaba agitada y el movimiento de mi pecho al expandirse y contraerse delataba mi desesperación y mi falta de aliento.

Su beso pasó a ser más apasionado y desesperado tal como si fuera el último y primero, aunque probablemente sí lo era. Exploré su boca casi por completo y saboreé sus labios con impaciencia y además los tuve entre mis dientes. Este era el primer beso que yo daba en mi vida, muchos me habían besado, pero yo nunca les respondía devolviendo el beso, esta vez sí tuve la oportunidad por primera vez de juguetear con mis labios y de besarlo como no había besado a nadie. Me deleité con su sabor suculento y exquisito, era como un manjar de dioses. Noté que la excitación era mutua cuando él también se aferró a mi cuerpo bajando sus manos a mi cintura y presionándome contra su cuerpo. En ese momento ya mi organismo no respondía, escuché la respiración de Taylor sacudida también. Intentando recuperar el aliento respiré como pude de forma audible y tan entrecortadamente que el sonido se asimiló a un gemido.

Mis brazos y piernas no daban más, estaba tan temblorosa y suavizada que no pude evitar soltarme de mi agarre con Taylor. Lancé mis manos a ambos lados de mi cuerpo, casi literalmente me derretí en sus brazos, ya mi cuerpo no daba respuesta alguna y aunque quería seguir besándolo me desvanecí entre su cuerpo. Taylor me agarraba con fuerza para no dejar que cayera, luchando por seguir pegada a sus labios pasé mis brazos alrededor de su cuello pero no fue suficiente, mi cuerpo quedó prácticamente desmayado en brazos de Taylor de manera inexplicable. ¿Cómo un beso podría hacer tal cosa? Taylor me levantó para cargarme mejor y agarró cada una mis piernas para engancharlas por alrededor de sus caderas.

Mi cuerpo no reaccionaba pero podía hablar, apoyé mi cabeza en el hombro de él con las últimas fuerzas que me quedaban. Mantuve mis brazos alrededor del cuello perfecto de Taylor.

– ¿Taylor que me hiciste? – dije en su brazos.

– No lo sé. ¿Estás bien? ¿Te lastimé? – se escuchó bastante preocupado.

– No. – contesté tratando de aliviar su preocupación. – Taylor después de esto no podré vivir sin ti.

– Tienes que regresar con Lucas, Emmerson. – dijo mientras volvía conmigo en brazos hasta la puerta de entrada del casino.

Se detuvo justo al frente de la entrada del lugar, yo estaba colgada en sus brazos e increíblemente idiotizada como para mover mi cuerpo. Era como si el beso de Taylor me hubiera drogado, si era ese el caso entonces me volvería drogadicta porque ya deseaba volver a besarlo una y otra vez.

– ¿Ya estás bien? – preguntó mientras me colocaba en el suelo, y yo increíblemente logré mantenerme de pie. 

– Taylor quiero volver a besarte. – le confesé. 

Él sonrió de forma instantánea. 

– Ahora no. – contestó manteniendo su sonrisa. – Ve con Lucas, yo debo ocuparme de ciertas cosas.

– No me dejes con ese monstruo. – supliqué en voz baja.

– Te prometo que nos veremos luego, Emmerson.

– Júralo. – toqué su fuerte pecho. 

Arrugué su camisa entre mi puño. 

– Te lo juro. – tocó mi puño y lo retiró con delicadeza. 

Mi corazón no paraba de palpitar con desespero. Ya no deseaba separarme ni un milímetro, ni un segundo de Taylor, ya no deseaba ir con Lucas. El que Taylor me haya besado, me marcó de forma permanente, ahora sentía que le pertenecía y me creaba la necesidad de tenerlo siempre conmigo. Incluso me había vuelto adicta a sus besos con tan solo haberlos probado por primera vez.

– ¿Qué esperas? Entra. – habló un Taylor imperativo.  

– No quiero. – me quedé de pie inmóvil. 

– Por favor. – suplicó con una mirada penetrante.

Me di por vencida. Con enojo me acerqué a las puertas y puse mi mano sobre esta para empujarla, antes de abrir miré por última vez el angelical rostro de Taylor que mantenía su sonrisa. Con mucho esfuerzo volví a entrar al escandaloso casino. Mi mirada se entristeció cuando vi a Lucas celebrando alegremente con el resto de sus amigos, tomando y riéndose a carcajadas sabiendo que en esos momentos yo podría estar siendo violada por Arthur. ¿Es que acaso yo no le importaba en lo más mínimo? Lo miré desconsolada hasta que él me descubrió observándolo a lo lejos. 

Se acercó hasta mí lentamente.

– ¿Qué haces aquí? – preguntó Lucas extrañado. 

– Mataron a Arthur. – recordé.

– ¿Qué?

– Alguien le clavó un cuchillo en la espalda y murió. – expliqué. – Debe de seguir tirado en la calle.

– ¿Estás loca o qué? – masculló Lucas.

– No. – dije de inmediato. – Es cierto, Arthur está muerto.

– ¿Estás segura?

Asentí con la cabeza. Lucas me jaló del brazo y salió a la calle conmigo.

– ¿Dónde está? – inquirió con calma luego de que estuvimos afuera. 

Yo miré a todas partes pero increíblemente ya el cadáver no estaba por ninguna parte, no quedaba ni el más mínimo rastro de su sangre derramada en el asfalto. 

– Ya no está. – siseé.

Lucas me miró enojado como si pensara que yo le estaba mintiendo, y efectivamente así era. Segundos después me llamó "mocosa mentirosa" y no creyó una sola palabra de la que yo dije.


¡Oh Dios! ¡La besó! Yo no me esperaba un beso como ese *O* *me desmayo lentamente* jajaja x3 me fascinó el capítulo. Estoy como Emmerson, yo también quiero que se vuelvan a besar. 



Ángeles vs. Demonios (Taylor Lautner)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora