11. Nuevo demonio

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    – Ya vuelvo. – anunció Lucas cuando llegamos a una casa descuidada y fea escondida en un callejón. – Iré a hablar con un tipo peligroso, será mejor que te quedes aquí afuera Emmerson. Tú, Nicholas, vienes conmigo. – hizo un ademán indicando que lo siguiera. 

– Lucas, no pensarás dejarme sola. – intervine sosteniéndolo del brazo. ¿Cómo me atreví a hacer eso?

– Yo puedo quedarme si te da miedo estar sola. – se ofreció Nicholas. 

– He dicho que vendrás conmigo. – repuso Lucas con enojo. – ¿Que acaso eres sordo?

– No quiero estar sola, todo está oscuro y me da mucho miedo.

– Cállate y quédate aquí, no te muevas. – me ordenó Lucas todavía más airado. 

Lucas y Nicholas se acercaron a la fea casucha y Lucas llamó a la puerta golpeándola con el puño cerrado repetitivamente. En seguida la puerta se abrió y un haz de luz proveniente de la casa iluminó la calle. Lucas junto con Nicholas entraron sigilosamente y la puerta se cerró.

Me quedé sola. Yo estaba a lo lejos atenta para ver a Lucas y Nicholas salir, las calles no abundaban de personas, y de vez en cuando se escuchaban ruidos de autos pasar a toda velocidad por la avenida. Seguía de pie como una idiota estatua sola esperando, cuando escuché a lo lejos el ruido aparente de una motocicleta seguido de un espantoso grito de miedo de una mujer. Me asusté tanto que estuve a punto de correr hasta la casucha aquella y rogar que me abrieran la puerta, pero en lugar de eso me senté al final del callejón, en el sucio suelo de un rincón, casi escondida. Escuché pasos acercarse corriendo y no sabía de donde provenían los sonidos.

Tan de repente como un escalofrío, vi el cuerpo de Taylor aterrizar en el suelo después de haber saltado de un tejado, pero no estaba solo, llevaba en sus brazos a una mujer de cabellos castaños y largos, la mujer llevaba un corto vestido rojo de fiesta y estaba como desmayada. Fue impresionante la forma en la que Taylor aterrizó sigilosamente y sin esfuerzo con la mujer en sus brazos, se asimilaba a una pantera saltando del alto tejado de la fea casa aquella. Él estaba igual de perfecto que siempre, vestido de negro con un largo abrigo que le llegaba hasta los pies, parecía una sombra a la mitad de la noche, su corto cabello negro ondeaba por efecto de la briza y lo hacía lucir aún más perfecto. 

Él no me vio, yo estaba bien arrinconada detrás de un bote de basura de metal y escondida en la oscuridad. ¿Qué hacía Taylor subido al techo y como logró saltar de allí sin sufrir ningún rasguño? ¿Por qué llevaba a esa mujer cargada? Me preguntaba una y otra vez. Estaba realmente confundida. Contuve el aliento para que Taylor no escuchara el sonido de mi respiración y no me descubriera allí escondida. La mujer que llevaba Taylor empezó a patalear y comprendí que no estaba inconsciente. Ella comenzó a gritar como si estuviera aterrorizada, Taylor no parecía él mismo, se notaba furioso y en sus ojos había fuego, su mirada ardía. Soltó a la mujer que cayó sobre el suelo sentada. Esta mujer empezó a gatear para alejarse como si supiera que él iba a hacerle daño.

Él caminaba paso a paso acercándose a la chica con mirada asesina, ella se arrastraba por el suelo intentando escapar de él. Cuando la mujer intentó ponerse de pie vi a Taylor saltar sobre ella, igual que un león cuando ataca a su presa. Cayó encima del cuerpo de ella y la inmovilizó, sin decir nada Taylor tomó su rostro entre sus manos haciendo que ella lo mirara a los ojos. Los ojos de Taylor cambiaron a un color verde amarillento brillante igual que los ojos de los gatos, me aterroricé. Taylor ya no parecía un chico común, se asimilaba a algo maligno y oscuro, de verdad podría jurar que iba hacerle daño a esa mujer.

Ella aun tumbada en suelo con Taylor encima, abrió la boca de par en par involuntariamente y un humo negro se desprendió de su interior. Taylor aspiró con su boca aquel humo tragándoselo por completo y dejó a la mujer sin vida en segundos con tan solo haber hecho eso.
Él respiraba agitado, con la mujer fallecida y aplastada debajo de su cuerpo. Mientras parecía intentar recuperar el aliento, yo respiré tan entrecortadamente por el miedo y de forma tan ruidosa que Taylor lo escuchó y volvió su mirada justo en dirección a mí. 

Ángeles vs. Demonios (Taylor Lautner)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora