La Realidad empieza a arruinar mi vida.

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Narra Ruben:

Mangel se encontraba una noche mas en el sofá de mi casa junto a mi, como siempre, jugando a vídeo juegos, Rainbow Six, para ser exactos, cada día más disfrutaba de su presencia junto a mi, desde hace mucho es que siento algo más que amistad por el, pero me da miedo decirlo, me da miedo el perderlo; siempre hemos jodido con eso del Rubelangel, pero más allá de una joda a Mangel no le caerá bien, y para mejor, el tiene una amiga, de la cual, hace días está enamorado según el me ha dicho, intento actuar lo más normal posible para enfrentar esa situación, soy alguien muy celoso, lo reconozco, aunque nunca pensé que de mi mejor amigo.
Pero esta tarde, específicamente, Mangel al llegar de notaba jodidamente distraído, aún más de lo que normalmente es, me preocupaba que pasaba por su mente, pero no me atrevía a preguntárselo.

-Le pediré a Beatríz que sea mi novia.
Escuché a Mangel decir mientras sus ojos estaban aún concentrados en la pantalla frente a el. Mi piel se erizó al escucharlo, por lo que rápidamente le puse pausa al juego.

-¿Qué tu harás que?.
Dije en un tono frío, de lo cual me arrepiento porque mis celos saldrían a la luz, pero en este momento, no me importa más, ¿qué más puedo perder?

-Joder macho, ¿Por qué lo has pausado? Si yo iba ganando.
Dijo algo nervioso, claramente como una excusa para no contestarme, pero no me evitaría.

-Contestame Mangel, ¿cómo lo harás?
Esta vez dije con un tono más tranquilo y aliviado, Mangel me contestó en seguida, algo que no esperaba.

-Hace tiempo que ya te había dicho que estoy loco por ella, flipas.
Sentí mi corazón romperse en mil pedazos cuando me dijo esa frase, "estoy loco por ella" siguió sonando en mi cabeza constantemente, este hijo de puta me pone mal, me pone a un grado de que no quiero saber de nadie más.

-Pues... Suerte con eso.
Le respondí girándome a la pantalla de nuevo y regresando el juego, no quería seguir escuchando más su conversación. "estoy loco por ella" definitivamente esa frase se iría conmigo a la tumba.

Mientras fijaba mi mirada en el juego, completamente serio, perdiendo una y otra vez contra Mangel, mis ojos retenían las más de mil lágrimas que de me cristalizaban en ellos, nunca había sentido esto por nadie, ni por ninguna chica, a decir verdad, no me considero gay, Sólo he sentido algo más por Mangel, es el único hombre, pero aún así, mis gatas y yo somos los únicos en saberlo, no me atrevía a decírselo a nadie más, pero ahora, perderé a Mangel...

-No.
Dije en voz alta sin darme cuenta, vaya que la acababa de cagar.

-¿No que?
Me dijo Mangel mirándome, lo se porque pude sentir sus penetrantes ojos en mi.

-Nada, Mangel, debes irte.
Le dije de una forma borde poniéndome de pie y apagando la consola, estaba decidido, no perdería a Mangel, debía decirle lo que sentía, pero no puedo hacerlo de una manera simple, debo prepararlo.

-¿Pero que te ocurre?
Me dijo sorprendido mientras se ponía de pie y alzaba sus brazos en señal de disgusto, pero no me importó, caminé hacia la puerta y abrí la perilla para darle paso a que saliera, mientras más se quede acá menos tiempo tendré para prepararle algo.

-Lo siento. Acabo de recordar que tengo algo importante que hacer.
Mangel me miró confundido, claro, lo entendía, pero gracias al señor es alguien muy comprensivo, pocas veces me hace preguntas, sabe que soy muy olvidadizo y ocupado, así que sólo frunció el ceño y salió afirmando con la cabeza.

-Hasta luego.
Me dijo para salir de la casa por fin, obviamente se había enojado, pero me la suda, mañana lo haré feliz.

-Hasta mañana, Mangel.
Dije en un tono bajo mientras cerraba la puerta y me dirigía a mi cuarto y buscar en el closet el traje más elegante que encontrarla y ponerlo encima de la cama.

-Se que dije que nunca volvería a usar traje, pero... Esto lo requiere.
Le dije a Wilson, quien se encontraba sentado en la colcha mirándome fijamente .

-Los humanos estáis locos.
Dije en un tono agudo tratando de imitar la voz de Wilson como si es que fuera que me hablara.

-Sin locura, no hay vida.
Le contesté al momento con una sonrisa entre dientes, me dirigí esta vez hacia mi sala de estar, en donde coloqué muchas hojas blancas y una pluma, debía escribirle algo a Mangel, porque se que mis palabras simplemente no saldrían de mi boca.

-¿Cómo empezar esto?
Me dije mordiendo el final de la pluma de una manera suave para no hacerla estallar.

Cuando me di cuenta al acabar, ya era de día, las 9:00 am. Me sobresalté, debía apresurarme a ir con Mangel, corrí a la ducha quitándome todo lo que llevaba puesto y entré rápido, si no lo hacía, tal vez lo llegaría a perder, en un abrir y cerrar de ojos ya me encontraba con la toalla envuelta a la cintura fuera del baño comenzando a colocarme la ropa interior, seguido del traje, al acabar, corrí de nuevo al baño sólo para arreglarme rápidamente el cabello en el espejo.

9:50 marcaba el reloj, comencé a ponerme los nervios de punta y salí con las hojas en la mano izquierda, el traje puesto, y una sombrilla en la mano derecha, pero al salir del portal olvide que había dejado el móvil ahí.

-Ya es tarde, no importa.
Dije corriendo hacia el departamento de Mangel, de lo cual me arrepiento, si tan solo me hubiera detenido para regresar por el y leer ese mensaje, nada de lo que me esperaba habría pasado.

Decidí ni si quiera tomar un taxi, iba tan rápido que llegué sin darme cuenta, toque su puerta, esperando respuesta mientras cerraba la sombrilla y la arrojaba al piso, pero al hacerlo, todas las hojas que había escrito salieron volando.

-Mierda.
Me dije y me agache para recogerlas lo más rápido posible antes de que Mangel abriera la puerta, pero era tarde, la puerta hizo un rechinido al abrirse, levanté ligeramente la mirada para ver a Beatríz observándome confundida y con una rosa y una carta en la mano, al darme cuenta de ello mis ojos se pudieron en blanco y comencé a retener una vez más las lágrimas.

-¿Rubiuh?
Escuché desde detrás de ella, Mangel se asomó con una copa de vino en una mano y abrazo a Beatríz por el hombro.

-Mangel.
No podía, me dolía verlo así, verlo junto a ella, tan feliz... Había llegado tarde.

-¿Qué haces aquí?
Me preguntó sorprendido mientras me ayudaba a levantarme, no podía hablar, no salían las palabras de mi, me digne a llevarme una mano a mi nuca y apretar los dientes.

-Yo...
No pude resistir mas y comencé a llorar, Mangel y Beatríz quedaron boquiabiertos mirándome.

-Me cago en la puta.
Dije en voz alta mirándolos a los dos mientras me daba la vuelta y me iba corriendo, lo más rápido que pude devuelta a mi departamento, escuché los gritos de Mangel por detrás llamándome, este gilipollas me estaba persiguiendo en la lluvia, me sentía como en una de esas películas cursis y románticas, pero absurdas, seguí corriendo a más no poder, hasta que dejé de escuchar los gritos de Mangel, llegué a mi edificó y entre rápido accionando el botón del elevador, más rápido que imaginarme llegué a la puerta de mi departamento y entré cerrando la puerta y recostándome en ella a la vez que caía al piso completamente avergonzado.

-Fue demasiado tarde para mi, te perdí.
Dije con la cabeza entre las piernas y con las manos jalando mi cabello.

Me había decidido, yo ya no tenía nada más que hacer en esta vida, tenía fama y personas que me querían, pero sin el... Yo no me sentía nada, nada...





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Hola! Esta es una nueva novela que estoy creando, será de terror, viene la idea gracias a la famosa cuenta de "Salseo City" que se esta haciendo tan famosa, en específico la idea salió gracias al audio de Rubelangel que salió de la misma, la historia tiene que ver con el audio, o más bien, tendrá que ver con el.

Gracias a las personas que me están ayudando con ella, a toda la #PeñaSquad y a Poly. <333

Espero y les guste, este sólo es un pequeño principio, lo de terror comenzará con el segundo capítulo, esta historia no será muy larga, t bueno, creo que es todo.

&quot;M&quot; - Rubelangel -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora