Narra Mangel
Esa misma noche, en la que todo esto pasó, me quedé recostado en mi cama durante lo restante de la noche, intentaba cerrar los ojos y por fin concentrarme en mis sueños, esos sueños alejados de la realidad en los que podía pensar en mil y un cosas, esos sueños en donde yo podía ser quien quisiera ser, y no, no hablo de esa clase de cosas en plan... "Barbie cocinera, Barbie maestra, Barbie famosa, Barbie puta" no, me refiero a esos sueños... Antes de que todo pasará, en donde soñé más de una vez que el y yo podíamos estar juntos, juntos sin recibir críticas de los demás, en donde podíamos besarnos en cualquier lugar público sin necesidad al ser juzgados, eso siempre fue algo que a mi me vino chupando un huevo, pero a Ruben... Su imagen y los estereotipos siempre han sido en una posición alta para el... Pero en fin, en vez de soñar algo como es que yo lo quería, fue todo lo contrario, y ahora hasta lo perdí; seguí intentando conciliar el sueño, pero esa voz seguía jodiendo en mi cabeza.
-Mangel... Era real.
-¿Por qué me abandonaste?¿Por qué te abandoné?
Dije algo cabreado mientras me hablaba a mi mismo.
-No te abandoné, tu fuiste quien primero dejó de lado todo.
Me sorprendí de mis propias palabras, lo dije de una forma tan tranquila, como si es que el estuviera respirando aún a mi lado, su corazón latiendo a lo profundo, como si aún pudiera tocar su suave y delicado cabello inquieto... Creeía que ni siquiera el mismo diablo me lo podría devolver, igual, yo ni creeía en ese tipo de cosas, nada del "mas allá", pero lo que me pasó esa noche... Me haría dudar de hasta si la Tierra es plana.
-Mangel.
Escuché al fondo de la habitación, me sobresalté y me senté de inmediato, a lo que Johny también dio un brinco comenzando a "gruñir" y ponerse en guardia.
-¿Quién eh?
Pregunté como si de una típica película de terror se tratara, comenzándome a poner los lentes de una manera torpe para poder ver mejor, el darme cuenta de lo nervioso que Johny estaba me hizo darme cuenta de lo que despierto que estaba yo en ese momento, más temprano que tarde, sentí que toda mi habitación comenzó a bajar su temperatura, al grado de que el soplar, una pequeña nube de humo podía divisarse saliendo de mi boca.
-Te extrañé.
Escuché hablar a la voz de nuevo, me resultaba muy... Muy familiar, pero gracias a que el miedo se estaba apoderando de mi cuerpo no tuve tiempo ni para pensar detenidamente las cosas; al fondo de la habitación, en donde ahora se notaba una figura grande y delgada, pude lograr escuchar otras voces alrededor de todo el cuarto... O a eso me sonó... Como si fueran... Susurros, personas hablando a nuestras espaldas... Lo cual no era raro.
-¿Quién ereh?
Le repetí, me estaba congelando, no se si de miedo o de frío, pero, aunque en parte quería escuchar la respuesta por parte de el, en mi subconsciente, ya sabía cual sería su respuesta, lo escuché reír bajo y comenzar a acercarse a mi cama lentamente, paso a paso se seguía aproximando cada vez más, hasta que llegó a un punto en donde la poca luz de la luna que daba aquella noche entraba por mi ventana y le daba en la cara a quien estaba frente de mi. No pude decir palabra alguna, mi expresión fue una totalmente fascinada, sentí un escalofrío por todo mi cuerpo al verlo de pie frente a mi y con una sonrisa tierna en su rostro. Era pálido por completo, su piel era tan blanca como la nieve... De hecho, tenía piel de muerto, me removí ligeramente en la cama, mientras me temblaban las manos, el se acercó a mi rostro, sentándose junto a mi y suspirando mientras bajaba la mirada.
-Los dos cometimos errores.
Me di cuenta de que lo decía tapándose los ojos con su antebrazo a la vez que podía ver lágrimas rodar por sus mejillas hasta topar con el suelo del lugar, parecía tan real, pero ¿Lo era? ¿Lo que miraba era real? Me repetía una y otra vez en la cabeza, era completamente sorprendente lo que veía; el bajó su antebrazo a su posición original y me miró como antes lo hacía, con sus grandes y hermosos ojos color aceituna, que ahora se encontraban llenos de lágrimas mirándome profundamente a los míos, no pude pronunciar ni una sola palabra, sólo me quede mirándolo un poco más.
-Cometimos el error de enamorarnos el uno del otro.
Me dijo finalmente a la vez que yo volvía a la realidad fuera de mi mundito de color de rosa y unicornios que vuelan, giré mi cabeza y de un lado a otro con brusquedad y lo tomé a el por los hombros.
-No fue un error, y aunque así lo haya sido, entonces fue el mejor error de mi vida.
Ruben me miró con los ojos muy abiertos el se veía y sentía tan... Real... Aunque dentro de mi suponía y sabía que no lo era, sabía que sólo era una ilusión que mi mente era capaz de crear con tanto realismo.
-Mangel...
Me respondió sonriendo y bajo su mirada, sus mejillas se tornaron rojas y sonrió, se puso de pie inclinándose un poco y dándome un beso en la mejilla, sin decir nada, sólo se dio la media vuelta para salir de ni habitación y cerrar la puerta detrás suya, me quedé helado una vez más, pero corrí de nuevo para abrir la puerta rápidamente y tratar de alcanzarlo.
-No ehtá.
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"M" - Rubelangel -
Fanfiction"Todos nos vamos al infierno, pero nunca pensé que me iría al infierno por amar a alguien."