Capitulo 7

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Punto de vista de Zoe

No podía dormir más porque sentía que si lo hacía iba a explotar, así que me levanté con delicadeza y tome mi teléfono para ver qué hora era y para darme cuenta de que eran las seis de la mañana y que no tenía por qué estar despierta.

Después de colocar unas suaves pantuflas sobre mis pies, camine hacia el cuarto de televisión para ver si Andrés estaba ahí, pero no estaba, lo cual me preocupo demasiado. Nerviosa y esperando que Valentina no hubiera visto a Andrés vagando por las calles, tomé mi teléfono y decidí que saldría a buscarlo.

Abrí la puerta del apartamento con delicadeza para no hacer ruido y así mismo la cerré. Desafortunadamente me encontré con Andrés tirado en el piso afuera del apartamento, dormido. Lo comencé a jalar suavemente hasta que despertó y se levantó con mucha sensibilidad, como si sus piernas fueran a romperse.

-Andrés, ¿Qué paso? ¿Por qué estabas dormido en el piso?-pregunte intrigada mientras lo detenía del brazo porque sentía que se iba a caer.

Andrés no podía abrir bien los ojos, pero después de mucho esfuerzo incluso lucía despierto.

-No quería despertarlas.

-¿A dónde te fuiste? Y, ¿a qué hora llegaste?

-La verdad es que no sé a dónde fui ni a qué hora llegue-dijo Andrés.

No necesitaba ser policía para saber que se había ido a un bar, que había llegado muy tarde y que estaba muy tomado.

-Andy, Valentina te mata si te ve así-le dije con cariño.

Andrés recargo su cabeza en mi hombro, dejándose caer un poco en mí, pero aun deteniéndose por sí solo.

-Ya lo sé-dijo él como si muriera de tristeza-Llévame a tomar café por favor-dijo como si necesitara de él para vivir.

Comencé a caminar sin soltar su brazo porque sentía que si lo soltaba se iba a caer y tomé el elevador para ir a la cafetería de él edificio. Andrés lucía cansado y no muy bien, de hecho lucía terrible. Afortunadamente llegamos rápido a la cafetería e inmediatamente pedí el café más cargado que vendían para que así Andrés despertara por completo. Tomamos asiento en las cómodas sillas en una mesa de dos, estoy segura de que decididos a hablar de cosas muy importantes.

-No me agrada mucho tu “amigo”-dijo don sarcasmo refiriéndose a Liam mientras dejaba caer su cabeza hacia atrás.

En aquel momento llego el mesero y le entrego a Andrés su café extra súper cargado y a mi té chai caliente. Tome un poco del té y Andrés al contrario se acabó casi todo al principio, porque supongo, quería despertar. Después de aquel fuerte trago, Andrés se sentó civilizadamente y me miro directamente a los ojos.

-Tal vez fuimos un poco inocentes al creer que nuestra relación no se afectaría para nada mientras estábamos tan lejos-dijo él con esa seguridad que lo caracterizaba.

-Pero se vale soñar, ¿no?-dije nerviosa.

Andrés acerco su silla a la mesa y después estiro su mano a través de la mesa para juntarla con la mía. Era increíble lo mucho que lo quería y lo mucho que sabía que no quería lastimarlo.

-Tal vez ese fue nuestro problema, solo soñamos y no pusimos los pies en la Tierra-dijo rompiendo mi corazón.

Algunas lágrimas salieron de mis ojos pero apreté muy fuerte mi corazón para no llorar más.

-Princesa…-dijo él con tristeza en su voz-te amo…pero en una relación se necesitan dos.

Solté algunas lágrimas más, porque en verdad lo amaba, tal vez no como ambos queríamos pero lo amaba y mucho, y ese tono en su voz me estaba matando, esa tristeza en sus ojos era mi tristeza y esa fuerza que intentaba demostrar, yo, mejor que nadie, sabía que no era real.

365 díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora