Kyle
—Gracias—bebí un trago de la botella de agua que me acababa de dar Mark.
Me había pedido que fuera hablar con el después de terminar la pelea que gané. Sabía perfectamente de lo que me quería hablar.
Quería respuestas por el incidente de esta noche y seguramente no me dejaría en paz hasta obtenerlas. Conozco a Mark desde hace mucho tiempo, suficiente para conocer cada una de sus facetas.
—Sientate—me ordenó. Sólo me limité a quedarme de pie. No estaba dispuesto a que esta conversación se alargara más de lo previsto. Lo único que quería era volver a mi departamento para dormir, estaba agotado.
—Estoy bien aquí-sentencié —. Tu sólo dime lo que me tengas que decir.
Suspiró pesadamente. No iba a hacerle caso y eso le fastidiaba un montón. Él acostumbraba a dar órdenes y que la gente le hiciera caso.
—Como se que no quieres perder más tiempo iré directo al grano-se acomodó en la silla y colocó sus brazos por encima del escritorio—. ¿Quien era esa chica?
—¿Que?
—No te hagas el sordo conmigo Kyle—le dió un leve golpe en el escritorio, se estaba comenzando a impacientar—. ¿Quién era esa chica?
Permanecí en silencio por unos segundos meditando mi respuesta, no podía decir que Taylor sólo era una compañera mía con la que me había tocado hacer un trabajo. Sería realmente estúpido. Opte por decirle que sólo era una chica con la que quería pasar el rato pero descarte esa opción inmediatamente. Al igual que yo conocía a Mark el también me conocía a mi. Yo no era un chico de aventuras y él lo sabía.
Todas las chicas que se me habían acercado sin intenciones de hablar conmigo las había rechazado. No voy a negar que tuve algunas relaciones antiguas pero eso era hace dos años. Desde ahí ya no volví a tener más contacto con otra chica, hasta ahora.
—Kyle—gritó Mark, no me dí cuenta de lo distraído que estaba en estos momentos —. No te lo pienso repetir más ¿Quien era esa chica con la que viniste?
Tenía que contarle la verdad. De nada serviría contarle una versión falsa.
—Va a la universidad conmigo—confesé, sus ojos castaños me alentaron a que continúara—. Me tocó hacer un trabajo con ella.
—¿Y por eso la trajiste aquí?-rió retóricamente —. ¿Para hacer un trabajo en un lugar como este?
—No—negé—. No soy tan idiota.
—Lo eres—confirmo—. No me importa que te relaciones con gente, es más, que face de satisfacción que hagas eso, pero no quiero que traigas a gente a un lugar como este-tomó una respiración antes de continuar-. Menos si es una chica tan inocente como la que has traído hoy.
No dije ninguna palabra para contradecirle por que tenía toda la razón del mundo. Aunque ya era bastante tarde para remediarlo todo. Y de nada serviría poner excusas.
—Esta bien—suspiré—. Nos vemos mañana-abrí la puerta para irme pero su voz hizo que me deteniera.
—Espera—Mark se levantó de la silla y caminó en mi dirección hasta posicionarse enfrente de mi —. No le hagas caso a ese chico, Damian—posicionó su mano sobre mi hombro para darme apoyo —. Esta jugando contigo, y lo único que consigues siguiéndole el juego es satisfacerlo aún mas.
Asentí con la cabeza y salí por la puerta de su oficina. El reloj que colgaba por la pared marcaban casi las cinco de la mañana.
Lo que me faltaba.
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KYLE ©
ActionEsos ojos culpables no pueden pertenecen a un monstruo, Kyle Obra registrada en SafeCreative Codigo: 1604027133773