Narra Hannah
Nunca me preocupe que Leocadio tuviera una batalla porque ya sabía lo fuerte que era, bueno eso pensaba porque con lo que acabo de ver aun no sabía que era aún más fuerte de lo que pensé. Esa inmensa luz violeta que dejo a todos ciegos y transmitía un tipo de calor agradable, pero más que eso me preocupaba su herida en su costado ya que era muy profunda, luego veo como cae al suelo y no pienso en nada más que correr hacia el para ayudarlo. Comienzo a gritar como una loca por la doctora para que le ayudase con la herida y no fuera a morir, veo que se acerca a nosotros Andrea y la miro, pero ella rápidamente dirige su mirada hacia Leocadio. No sé porque, pero me molesto su presencia y que mirara a Leocadio que siempre estuviese detrás del como un perrito con su amo. Es la primera vez que pienso en una cosa como esta hacia una persona esta no soy yo. Luego veo a Andrea hablando con el General, pero en eso llega la doctora y comienza a sanar a Leocadio.
- Ya está fuera de peligro, pero necesita descansar ya que ha perdido bastante sangre. Dijo la Doctora.
- ¡Qué bueno! Gracias Doctora Maya. Dijo Hannah sonriendo.
Me sentí aliviada de que Leocadio ya no estaba en peligro cuando veo a Andrea remover el cabello de Leocadio que tapaba una parte de su rostro, me quedo sorprendida y mirándola al igual que los muchachos. El General la levanta, toma su mano y le susurra algo al oído entonces ella se puso nerviosa, triste y pude ver que sus ojos se aguaron y comenzó a correr.
- ¡Andrea espera! Grite, pero ella no me escucho.
- ¿Qué fue lo que le dijo para que se fuera así General? Pregunto Ángel si quitar su mirada de los ojos de Xanas.
- Nada de lo que te interese muchacho. Mañana los siguientes son ustedes, espero que sean fuerte, así como el débil de Leocadio (Jajajaja) Dijo en forma de burla, mientras se marchaba caminando diciendo adiós con su mano.
- ¿Hannah estas bien? Pregunto Ángel.
- ¡Si lo estoy! ¿Por qué preguntas eso? Pregunte mientras me incorporaba.
- Porque es la primera vez que te vemos desesperada en algo. Era como si tuvieres miedo de perder a Leocadio. Dijo Ángel mirándola a los ojos.
- ¡Claro si es un amigo, es como si fuera mi hermano! Dije y miré a Cloud que estaba junto a su grupo.
- Oh ok eso era, pues entonces porque te molesta que Andrea lo busque. Sabes que ella está enamorada de Leocadio. Dijo Ángel mientras recogía el collar de Andrea que se le había caído.
- ¿Y cómo sabes eso o como puedes decirlo? Pregunte curiosamente.
- Fácil, ella siempre pregunto por él, y hoy la vi mientras ella hablaba algo con Leocadio y él le dijo algo que ella se puso a llorar y se marchó. Mas cuando bajo para verlo estaba angustiada y se tranquilizó cuando la doctora dijo que estaría bien y en la forma que lo miro y toco su rostro, no hay que ser adivino cuando alguien está enamorada de una persona. Dijo kiana
Me quede sorprendida al escuchar esas palabras de Kiana, ella tenía toda la razón porque así soy yo con Cloud, pero últimamente no puedo creer que no me gusta verla a ella cerca de Leocadio. Comienzo a caminar con ellos hacia afuera.
- Leocadio no está enamorado de ella eso tenlo por seguro y fue lo que le dijo hace rato y por esa razón se fue llorando. Dije segura, pero creo que es porque no me gustaría saber que el sí siente algo por ella. ¿" Por qué digo y pienso en estas cosas"?
- No estés tan segura de eso, creo que Leocadio si siente algo por ella, pero n lo quiere aceptar. Cuando discutieron vi como él se quedó mirándola mientras ella se iba y él se giró para marcharse también pero ahí el general lo llamo. Dijo María.
- ¡Yo también opino lo mismo! Replico Ángel.
Sentí un poco de dolor en el pecho y comencé a caminar más rápido para dejarlos a ellos atrás e irme para mi habitación, escucho las voces de ellos diciéndome que camine más despacio, pero los ignoro completamente y me escondo de ellos y pongo una mano en mi pecho. Y me pongo a recordar algunas cosas de Leocadio.
Narra Andrea
Ya era tarde de noche y yo estoy acostada en mi cama llorando, las lágrimas no cesan de caer por mis mejillas aún quedan el eco de sus palabras resonando en mi corazón más las palabras que me dijo ese hombre de los ojos plateados, - ¿" Como él sabe eso"? pensé. No podía dejar de pensar en la mirada de Leocadio cuando me dijo esas doloras palabras que desgarraban mi corazón. Decido levantarme de mi cama para ir al comedor a comer algo ya que no había comido en todo el día y el comedor estaría vacío. Cuando voy al comedor veo a solamente una persona y era Hannah cuando me giro para irme ella me llamo. – "Andrea espera." Dijo Hannah levantándose del asiento.
- Si, presidenta en que puedo ayudarle. Dije tímidamente.
- ¿Es...es cierto que tu está enamorada de Leocadio? Dijo un poco apenada.
- Si es cierto, pero...pero él no siente lo mismo por mí. Dije con una punzada de dolor en mi corazón.
- ¡Ah, ya veo! "Lo sabía" pensé mientras volvía a la mesa. – No te preocupes alguien llegara a quererte como te lo mereces. "Que estoy diciendo" pensé.
- Sí, pero a quien quiero que me ame de verdad es a Leocadio y siento que el siente algo hacia mí también pero no lo quiere aceptar. Dije y comencé a caminar hacia fuera cuando entro el hombre de los ojos plateados.
- Mm...no me digan que se están peleando por el tonto de Leocadio. Déjenme decirles algo a las dos, ese niño no es alguien con quien deberían juntarse si es que aprecian sus vidas (jajajaja) dijo mientras me acaricio en la cara.
- ¿Qué estás diciendo General? Pregunto Hannah.
- ¡Hum! El tiempo les dirá, si es que Andrea...(jajaja) mejor no digo nada y dejare que curiosidad te consuma Hannah. Dijo mientras se marchaba riéndose maléficamente.
- ¿Qué quiso decir con eso de que si es que tú qué? Pregunto un poco alterada.
- ¡No...no sé qué fue lo que quiso decir con eso, talvez te quiere poner en mi contra! Conteste a su pregunta y me marche del comedor al jardín.
Una vez en el jardín comencé a mirar el cielo lleno de estrellas y la gran luna que alumbraba claramente el jardín.
Castillo de los dioses
En el espacio hay un gran pedazo de tierra con ríos y aguas cayendo al abismo y esa gran isla de tierra tiene un gran castillo en la cual los dioses habitan, la tierra se ve cerca de ellos. Hay un hombre con una armadura de oro y el cabello largo color plateado y ojos dorados y abre una gran puerta con diseños en oro y dentro de la habitación hay muchos dioses elevados en el aire rodeado de una luz brillante.
- Neos el séptimo dios de la guerra ha roto el sello que sellaba sus poderes. Dijo el dios del hielo Glacius.
El dios del viento está seriamente escuchando la conversación al igual que los demás dioses como el del fuego, suerte, trueno y los otros dioses. Todos los dioses tienen armaduras hermosas con diseños hermosos y de distintas formas.
- Solamente ha despertado a uno de sus poderes, pero ya hay un plan en movimiento Glacius. Airis si algo ocurre y tu hijo amado despierta su otra mitad serás tú quien descienda a terminar con su existencia diosa del agua. Dijo Neos con voz de autoridad.
- Si, Neos como usted diga. Dijo Airis. – "Arius no despiertes tu otra mitad por favor." Pensó mientras miraba la tierra.
Neos camina hacia afuera y sube a la cima de una montaña para apreciar la tierra junto a su bestia que esta junto a él en la cima de la montaña el cual es un dragón con plumaje blanco y sonríe.
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El Septimo dios de la Guerra
FantasyLeocadio es un joven que no recuerda su pasado ni de que familia proviene. Estudia en el colegio para heroes del reino de Eastoldes donde muchas cosas sucederan que llevaran a Leocadio a descubrir la verdad.