Note como mi móvil vibro entre las mantas del sofá, le rebusqué y cuando la pantalla se ilumino vi el nombre de Sofía.
- ¿dónde esta mi zorra favorita?- reí nada más escuchar su chillona voz.
- Hola querida amiga.- dije sonriente.
- ¿Vendrás a la fiesta de hoy, verdad?- pregunto esperanzada.
- Estoy con Jackson..- suspire metiéndome una palomita a la boca.- Le acabo de subir a la cama. Estaba frito.
- En 15 minutos estoy allí!- chillo.
- No! Sofía no!- dije autoritaria, el molesto pitido de que había colgado me taladró el oído. Joder.
No tenía cuerpo para una fiesta y menos ahora, Jackson estaba dormido, no podía dejarle sólo. No, no, no. Sofía era muy insistente pero aún así no era una posibilidad lo de ir a la fiesta.
A los 15 minutos una chica con el pelo negro como la noche y labios rojos como la sangre apareció en mi puerta. Iba vestida con un vestido negro de encaje y unos tacones con detalles plateados a juego con su bolso.
- Nena, ¿por qué no te has vestido todavía?- dijo entrando en mi casa. Sus tacones resonaron por todo el pasillo.
- No puedo ir...enserio.
- Venga Maya, arreglare un poco y vente aunque sea hasta las 4:00.- dijo haciendo puchero. Negué con la cabeza. Ella rodeó los ojos.- mmm 2:30?
Suspire.
- 1:30 y ni vestido, ni tacones.- advertí subiendo a mi cuarto a cambiarme, ella ahogó un grito de emoción y me siguió hasta mi cuarto. Se sentó en la cama y me observo.
- Por lo menos maquíllate.- me pidió rogándome.
- No.- me reí.
- Colorete, sombra y pintalabios, es lo básico.- rodee los ojos cansada y me di por vencida.
- Rímel y colorete.- ella asintió no muy convencida. Me puse unas medias transparentes negras de puntitos negros con unos shorts vaqueros, una camiseta blanca metida por dentro y mi chaqueta de cuero. Metí mis pies en mis botas hasta medio gemelo de cuerda. Ni siquiera se como se llaman, pero se que tienen un nombre especial. En fin.
Me aplique el rímel y el colorete y quite el colorete, estaba bien así. Me acicale el pelo y cogí mi móvil.
-¡Vamonoooosss!- exclamo Sofía en tono fiestero.
- Sofía, como Jackson se despierte te juro que te mato.- dije cerrando la puerta de casa. Ella bufó molesta ante mi falsa amenaza y nos subimos en su dulce y bonito deportivo blanco.
En cuanto pisamos esa fiesta ya me estaba arrepintiendo, el olor a alcohol, marihuana y hormonas me estaba empezando a marear y no llevaba ni cinco minutos ahí dentro. Mi cuerpo se pegaba a la gente sudorosa y no podía contener el asco. Me acerque a la barra con Sofía y negué con la cabeza dándola a apeen tender que no quería beber. Ella me entrego una copa de color naranja y me guiñó un ojo. Suspire dándole un sorbo, joder, sabía a Ginebra y vodka.
Me lo termine de beber y vi como Sofía bailaba con un chico castaño de ojos azules. Negué con la cabeza y me escabullí entre la gente saliendo al patio trasero.
Cerré los ojos al sentir el aire fresco agradable sobre mi rostro y suspire, camine por el jardín observando el bonito paisaje nocturno. ¿Enserio? ¿Para qué quería Sofía que viniera si no iba a hacerme caso?
Negué con la cabeza y me apoye en la barandilla mirando el lago que se haya a a lado de la casa. Note una presencia y mire sin mucho descaro a mi derecha. Una silueta, era un chico, sacó un cigarro de su cajetilla y me mordi el labio. Se llevo el encendedor a los labios y cuando este se prendió para encender el cigarro mi sonrisa interna se ilumino.
Era el chico de el supermercado. Reconocería esos tatuajes llamativos en cualquier sitio.
Imito mi postura a unos metros de mi con los codos en la vaya de madera y soltó el humo de sus labios. Sentía curiosidad por el, y no siquiera se porque.
- ¿Quieres un cigarro? Sólo te falta la baba colgando.- musito sin mirarme, su tono era neutro, no sabría descifrarlo.
- No te lo voy a negar.- dije sonriente, el me miro y río sarcástico.
- No puede ser..- dijo pasándome el cigarro, me acerque a el colocándome el cigarro entre los labios, el saco su encendedor y me le puso enfrente del cigarro, le encendí y me separe de el.- ¿Niña dulce de día, fiestera descontrolada de noche?- dijo mirando al frente.
- Algo parecido.- reí.
Oí unos silbidos masculinos detrás de mi y frunci el ceño.
- Con ese culo te invito a cagar en mi casa!- chillo uno, me gire y vi como rieron todos. Me reí en su cara.
- Dan asco..- oí susurrar al chico misterioso.
- A mi tu cara me da ganas de vomitar, cielo.- dije con un tono falso de seducción. El se quedo un momento en silencio y después se dio la vuelta, seguro que iba demasiado borracho para buscar una contestación buena.
Me gire de nuevo mirando al chico.
- Soy Maya, Maya Giggins.- dije dando una calada a mi cigarro.
- Harry Styles.- contesto. Mmm "Harry Styles" hasta su nombre era extremadamente sexy.- ¿Una chica como tu no debería estar en casa estudiando?- dijo burlón.
- ¿Una chica como yo? ¿De qué clase piensas que soy?
- Bueno, ya sabes, una rica mimada de papa.
- ¿Eso parece?- pregunte riendo.- Interesante.., quizás no soy una chica de esas.
- ¿y de que tipo eres? Esta claro que como las de aquí no.
- ¿Qué te hace pensar eso?
- Bueno, empecemos porque tu cara está básicamente limpia de productos químicos repugnantes, no llevas un vestido que deja hasta tu rompa interior a la vista y bueno...puede que te acabes de fumar un cigarro, pero no estas colocada, ni mucho menos colgada del cuello de algún niñato hormonado.
- Y no sabes cuanto me alegro.- dije, el me dirigió una sonrisa torcida.- y, bueno...¿tu de que tipo de chico eres?
- No me consideró de ninguno, no quiero ser de ninguno. El mundo esta lleno de gente horrible, por no decir que todos son iguales. Pasa lo mismo con los tipos de chicos o chicas.
- Tienes razón.- el me miro algo inseguro y me dedico una pequeña sonrisa.
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Miles to go.
FanfictionHarry Styles es el chico más deprimido y solitario de todo Chicago. Esta sólo. No tiene familia, a excepción de su padre al cual odia por todo lo ocurrido en su macabro pasado. Odia a las personas, odia a el mundo y todo lo que tenga que ver relacio...