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Tío no te metas, son cosas nuestras.- dijo Dylan mirando intensamente a Harry.

- No me meto, sólo te ha dicho que la sueltes y no lo haces.- dijo tranquilamente. Sonreí. Me encantaba su capacidad de no perder los papeles. Dylan me soltó al fin y yo le mire mal.

- Bien, ya esta, ahora largo.- dijo.

- No!- chille acercándome a Harry.- El que debería irse de aquí eres tu.- dije malhumorada. Dylan nos miro humillado y se dio la vuelta maldiciendo. Menudo gilipollas, me gire hacia Harry.- Lo siento, es que el es...

- Eh, Maya, tranquila.- dijo serio.- Tiene razón, es mejor que no seamos amigos. Hazme caso.

- ¿Qué? No.- dije ceñuda.- Me gustas.

El me miro asustado y me atragante con mi propia saliva.

- Quiero decir, me gustas como amigo, eres muy agradable.

- Me alegro, pero enserio, no se me da bien tener amigos. Es mejor dejarlo estar.- dijo rascandose la nuca.- Ha sido genial caerle a alguien bien.

Torcí el gesto y el se dio la vuelta.

- Harry no, enserio...- fui detrás de el, se giró y trague saliva.

- Maya, déjalo.- susurro dirigiéndose hacia su coche.

- ¡Esta bien! ¡Haz lo que quieras! ¡Cobarde!- se subió al coche y me ignoro por completo.- ¡joder!- chille dándole una patada a una lata de cerveza. ¿Por qué me estaba afectando tanto?

No lo se. Pero estaba muy cabreada.

Me gire hacia la hoguera de mis amigos y fui echa una furia hacia allí. Empujé a Dylan haciendo que caldera en la suave arena ya que no se lo esperaba.

- ¡Eres un completo capullo!- chille, el se levantó de inmediato y le volví a empujar.

- ¿Qué mierda te pasa?

- ¡ugh!- le empujé otra vez y el me agarro del brazo, le di un tortazo con la otra mano y el silencio inundo el ambiente.- ¡te odio!

Note unos brazos alrededor de mi y patalee para salir de su agarre, era Sofía. Cuando lo conseguí note otros brazos sobre mi, fuertes, me gire esperanzada. Era Scott, el hermano de Sofía. Me revolví en sus brazos para seguir pegando a ese imbecil pero el me sacó de allí y me llevo a la fuente de los muelles.

- ¡Quieres relajarte!- grito Sofía.

- Échate un poco de agua.- dijo Scott abriendo el grifo.

- ¡mierda! ¡No necesito agua! ¡Quiero matarlo!- chille mirándole, el negó con la cabeza y seguío hablando con el capullo de Calum, su mejor amigo.

- Vete a casa Maya..- dijo Scott.

- encantada.- dije rabiosa.

- Te llevo yo.- dijo Sofía ofreciéndome su mano, la cogí y fuimos hasta su deportivo, me subí gruñíendo y Sofía arranco el coche. No me hablaría en todo el viaje, eso ya lo se, tenía demasiado miedo a que la diera una contestación lo bastante dolorosa como para no hablarme en unas semanas. Y se lo agradecía.

¿Por qué Harry se quería alejar de mi? Es un chico genial, no se, un impulso interior me lleva a defenderlo a toda costa por muy enfadada que esté con el en estos momentos. Se le ve tan...infeliz, tan solitario..

Cuando Sofía me dejo en casa me despedí y entré en ella sin hacer mucho ruido, pero como no.., mi madre estaba sentada en la encimera de madera de roble carísima con papeles y con su bata de seda negra, tenía el pelo perfectamente peinado y escribía sin parar en sus notas.

Se giró como un resorte cuando me escucho y su cara se tornó enfadada.

- ¿Dónde narices estabas Maya?- dijo exigente.

- Disfrutando de mi tiempo, que es oro.- me burle, ella frunció el ceño.

- ¿te estas riendo de mi?- rugió, abrí la nevera y saqué la botella de agua.

- Lo que tu digas.

- Maya, algún día me tendrás que perdonar..- el sonido sordo del cristal estrellandose contra la vitro cerámica inundó la cocina.

- ¿¡Eso crees?! Vivo aquí porque mi padre fue un capullo asqueroso que no me llevo con el a Londres!- dije mientras aplastaba los cristales con la palma de la mano, notaba como los cristales se clavaban en mi piel. Ella me miro horrorizada.

- No me hables así!

- Odio estar cerca de ti, lo hago por Jackson. No te le mereces, eres una madre nefasta. Me das asco.- dije mientras un par de lágrimas rebeldes se deslizaban por mis mejillas.

Ella empezó a sollozar y me reí.

- Eres patética.- me acerque a ella. Me agache en el suelo cerca de ella que estaba de rodillas con la cara tapada.- ¿por qué no te vas a follar con el gilipollas de tu jefe?

Ella me miro y note la rabia en sus ojos.

- Eres cruel.- susurro.

- ¿crees que no te lo mereces?

- ¡Por supuesto que no!- dijo indignada, le levanté y pegue un puñetazo a la nevera metálica.

- ¿¡y yo?! ¿¡Yo merecía que me insultarás, que me pegarás, que me humillarás cuando era una indefensa niña?! ¿Eh? ¿Me lo merecía?

Ella sollozo y reí con lágrimas en los ojos, era una santa zorra.

- ¿me lo merecía, mama...?- dije con un asco tremendo en la última palabra.

- Maya...- dijo atragantando se con sus propias lágrimas.

- Pudrete.- la deje tirada en la cocina sollozando y subí a la planta de arriba, entré en el baño y me limpie la mano ensangrentada, gemi al sentir el tacto de la fría agua en mi piel. Me puse una venda y me acerque al cuarto de Jackson. Entré y le vi sentado en la cama mirando a la pared, me acerque a el.

- ¿podéis dejar de gritar?- pregunto sin mirarme, trague saliva.

- Jackson lo siento, de verdad..- el me miro y acaracio mi mejilla.

- No pasa nada, pero...¿puedes quedarte a dormir conmigo?- sonreí asintiendo mientras dos lágrimas resbalaban al compás por mi cara y me metí debajo del edredón con mi pequeño renacuajo.

El me miro y quitó mis lágrimas, le sonreí acariciando su pelo brillante y Rubio.

- ¿Nunca te vas a ir verdad?- dijo asustado.

- No..jamás.- dije frunciendo el ceño.- Y si me fuera, vendrías conmigo, por supuesto.- el sonreír y se abrazó a mi. Bese su frente.- Te quiero.

- Yo a ti también.- dijo acurrucandose junto a mi, suspire y note como poco a poco mis párpados pesaban más.

Miles to go.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora