2.

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Ahora todos los días le dedicaba mis miradas a ella aún estando en clase o no, tal vez parecía un chico enamorado por la manera en que suspiraba al verla cada segundo, cuando caminaba en los pasillos se sentía ese poder que ella tenía, su forma de caminar como si fuera una princesa, no había visto ningún día en el que ella no sonriera. Gordon me decía que era un estúpido ya que había pasado mucho tiempo y ella aún no me miraba y mucho menos se tropezaba por accidente conmigo, me gustaba pero sabía que no tenía oportunidades con ella ya que tenía novio y era mucho más grande que yo.


 

Sam era muy popular y muy inteligente, y Gordon y yo éramos solos unos nerds extremadamente muy malos en todo lo demás y no hablábamos casi con nadie, solo nosotros dos sentados en una mesa hablando de cosas estúpidas, yo ignoraba lo que me decía mientras miraba a Sam y el entendía esa rutina mejor que nadie.
 


 — Van a pasar los años, te vas a graduar y vas a ir con una chica que ni conocías al baile y estarás lamentándote toda tu vida, ¿por qué no le hablas?—Me dijo mientras yo seguían con una manzana en la mano mirando a Sam desde una gran distancia.— Es linda— Comentó— Tiene unos ojos hermosos, parecen el color verde de la luz del semáforo—Bromeó.


 — Cállate— Le lancé la manzana y el la logró atajar para luego darle un mordisco.— Tiene novio, no va a funcionar. Se sienta a mi lado y no sabe que existo.


 — Bieber, Dennison— Nos saludó el novio de Sam, cosa extraña para nosotros— Los invito a formar parte del equipo de futbol, si logran hacerlo bien hoy formaran parte del equipo.— Gordon y yo nos miramos el uno al otro y luego asentimos. — Bien, los veo luego— Me dio una palmada en la espalda y luego se fue.


— Es una mala idea, nos van a  destrozar.— Dijo Gordon comiendo más rápido de lo normal y yo negué.


— ¿Sam, vas a ver a Billie destrozar a los nuevos?— Escuché la voz de una de las amigas de Sam.


— Claro, es mi novio— Respondió Sam entre risas.


Si ella iba a estar ahí tenía que dar lo mejor de mí, Sam pasó justo a mi lado con su bandeja, quería saludarla pero nunca habíamos hablado.

Estaba muy seguro de que ni me había notado en las clases.


Muy distraído en clase, como todo este tiempo. El profesor me obligó a pasar a la pizarrón a hacer uno de los peores ejercicios de matemáticas de la historia contra Sam, no quería ganarle pero necesitaba puntos extra.


— Vaya que eres bueno y apenas estamos comenzando— Dijo Sam mirando de reojo mi ejercicio.— Soy Sam, creo que no nos conocemos.


 — Yo te conozco, tú no me conoces a mí.— Le respondí mientras seguía escribiendo en el pizarrón los números de las cuentas que sacaba.


Ella era muy rápida.


— Claro, eres Jacob— Dijo con una sonrisa y yo la miré con el ceño fruncido soltando la tiza al suelo.


 — ¡Soy Justin!— Exclamé furioso.


— Terminé— Dejó la tiza en el escritorio del profesor, moviendo su cabello y soltándome un guiño.— Fue un placer competir contigo, Jacob.


 — Mala en conducta y muy lista para estas áreas, señorita Williams.— Ninguno de los profesores tenían algo bueno que decir de Sam, pero cuando ella entraba verdaderamente en las materias siempre dejaba algo bueno que decir sobre ella.


Es muy lista y no le gusta demostrarlo fuera de clases.


Ella verdaderamente es muy lista, estuvo distrayéndome para poder terminar más rápido que yo pero ella me había hablado y era lo que más me importaba. Me senté nuevamente en mi asiento y miré a Gordon quién ya tenía una gran sonrisa marcada en su rostro.


 — Creo que ahora me voy a llamar Jacob— Le dije y el soltó una gran carcajada llamando la atención de todos.


 — Señor Dennison, háganos los honores de pasar a hacer un ejercicio matemático por primera vez y no nos decepcione con la respuesta.— Dijo señalando el pizarrón y Gordon me miró con el ceño fruncido por haberlo hecho reír.


 

Todos esperábamos una buena respuesta por parte de Gordon pero lo único que hizo fue quedarse parado frente al pizarrón mirando el ejercicio, a veces solía ser listo pero tenía sus momentos de ser un completo estúpido en las clases de matemáticas.


 — Oh vamos Gordon— Dije casi en un susurro colocando las manos en mi rostro.


— ¿Ese es tu amigo?— Preguntó Sam señalando a Gordon que estaba mordiendo su lápiz y yo asentí, no podía negar a Gordon ya que después de todo siempre estaba conmigo todo el tiempo.— Suerte con eso— Dijo para luego voltear a ver el sufrimiento de Gordon,  ni aunque la clase durara cuarenta y ocho horas el nunca iba a lograr hacerlo.


Sam me había hablado, las cosas iban avanzando y eso me gustaba. Todo gracias a Gordon y los ejercicios de matemáticas.


— Este es un ejercicio interesante— Comentó Gordon — Claro que sería más interesante si pudiera resolverlo.


 Y fue en ese momento cuando todos empezaron a reírse, Gordon nunca era una persona seria en clases y tal vez nunca iba a serlo fuera de eso.


Después de clases nos dirigimos al campus donde el novio de Sam estaba destruyendo a todos los chicos que estaban demostrando sus "habilidades". Creo que más bien estaban siendo explotados al llevar tantos golpes en una simple prueba.


— No vamos a terminar vivos de aquí.— Dijo Gordon levantándose de las gradas y yo lo jalé del brazo.— Vamos a morir.


— Estaremos bien— Respondí.— Solo evita que no te golpeen tanto— Bromeé y el frunció el seño.— Tu eres mucho mejor para hacer bromas, solo estoy aquí para verla a ella o tan solo para demostrarle que soy un deportista.


— No eres un deportista, Justin.— Dijo Gordon.


— ¿Puedo sentarme?— Escuché aquella voz femenina que tanto deseaba escuchar.


Alcé mi mirada hacia ella asintiendo como respuesta ante su pregunta.


— Como detesto estas cosas— Comentó Sam al sentarse a mi lado, ninguna palabra salía de mi boca.— Ustedes dos deben ser chicos listos, no hagan estas pruebas porque al estar en el equipo van a terminar tan idiota como mi ex novio.


Las palabras que quería escuchar, todo lo que deseaba era que me hablara y lo hizo, ya no tenía novio lo cual era mi oportunidad de avanzar y acercarme más a ella.

Se había convertido en mi amor a primera vista.


— Lindo cabello, Jacob— Me dedicó una sonrisa y luego miró hacia el frente donde estaban los demás chicos.


Ella no sabía que yo la seguía mirando, nunca en mi vida podría dejar de hacerlo.


No me importaba que me llamara Jacob, ella se fijó en mí y eso era lo que más me importaba.


Sabía de mi existencia.

Daddy and Momma teacher; jbDonde viven las historias. Descúbrelo ahora