— ¡Megan!— Se escuchaba el típico grito de su madre desde la sala de estar, y como hija obediente se levantó de su cama y bajó las escaleras hasta la sala de estar.
Megan había pasado la noche anterior buscando al chico de Target en google, Facebook y todas las redes sociales que s ele venían a la mente simplemente colocando todos los nombres y apellidos existentes de la Tierra pero no lo había logrado.
Intento fallido.
— ¿Qué quieres?— Preguntó para luego gruñir mientras se sentaba en el sofá.— No voy a ir a la Universidad si eso es lo que me vas a decir.
— No te lo iba a decir ya que eres una pérdida de tiempo— Respondió su madre tirándole un pañuelo encima— Tu vas a cocinar porque yo voy a hacer las compras, faltan algunas cosas que olvidé.
Esa idea ya no le gustaba a Megan, no desde que sabe la existencia de un chico atractivo en el Supermercado.
— ¡No!— Gritó levantándose de un golpe causándole un susto a su madre— Yo hago las compras, yo lo hago— Dijo arrodillándose.
— Tu odias hacer las compras, Megan— Respondió su madre intentado zafarse del agarre de su hija en las piernas. — Necesito que me sueltes, Meg.
— ¡Ya llegaron los hombres de la casa!— Exclamó Zach, uno de los mejores amigos de Megan al abrir la puerta mostrando de muy orgulloso la copia de las llaves que le había dado la madre de su amiga.
— Mi niña favorita— Dijo Kyle dándole un beso en la mejilla a Megan que aún seguía arrodillada rodeando con sus brazos las piernas de su madre.— Señora Juliet— Le guiñó el ojo a la mayor.
— Ustedes me dan asco— Dijo Megan con un gesto de asco.
— Estoy contigo, son un asco— Dijo Zach imitando el gesto de Megan.
— Ya llegué— Dijo Lilyane entrando por la puerta mirando de manera extraña a su mejor amiga en el suelo.— Cada día todos ustedes son más extraños y estos idiotas no cierran la puerta.— Se quejó.
— Quiero hacer las compras— Sonrió Megan y Lily se acercó hacia ella para tocarle la frente— Estoy bien— Gruñó.
— ¿Te drogaste?— Preguntó Zach para luego ganarse un golpe de su amigo.— Solo preguntaba— Pasó la mano por su brazo, eso duele.
— Yo acabo de darme cuenta de que quiero ser una chica responsable, no estoy estudiando así que lo mejor que puedo hacer es colaborar con la mujer que me dio la vida— Dijo Megan con toda su falsedad interior rogando para que su madre aceptara.
— Levántate del suelo y ve a hacer las compras— Respondió su madre cruzándose de brazos.
— Tu conduces— Le lanzó la llave a Lilyane.
El grupo de amigos con la ausencia de su otra amiga rubia se fueron en dirección a Target a hacer las compras, Megan estaba ansiosa cosa que sus amigos no entendían y presionaba a Lily para que aumentara la velocidad.
Como todo niño los dos hombres del grupo fueron directo hacia los carritos.
— ¿Por qué tanta emoción para hacer las compras?— Le preguntó Lily y ella sólo sonrió— Estás muy rara, pareces una psicópata.
— No está en las cajas— Dijo Megan parada de puntitas para intentar ver mejor.
Se llevó una pequeña decepción, el chico no estaba en la caja.
— Voy a buscar las papas fritas porque hoy me voy a deprimir— Hizo un puchero para caminar hacia el pasillo donde se encontraban las dichas papas.
Mientras ella tomaba las papas en exceso una figura masculina acomodando la mercancía en paquetes pesados se le hizo conocida. Inmediatamente lo reconoció cuando volteó y ella dio la espalda para acomodarse el cabello, se acercó hacia él y le sonrió.
Ella estaba apunto de decirle que necesitaba su número y por lo tanto se dio una cachetada mental.
No podía hablarle ya que las palabras no salían de su boca.
Uno de los amigos de el chico se acercó a ayudarlo justo cuando su amiga se acercó.
— ¿Sabes donde están las papas fritas?— Le preguntó Lily mordiendo su labio inferior al otro trabajador.
— Tienes las papas justo al frente— Le señaló— Y tu amiga tiene una en la mano.
Otra cachetada mental para la mejor amiga de Megan por no preguntar algo más inteligente que eso. Un momento vergonzoso, pensarían las dos.
Lily miró a su amiga que tenía la mirada justo hacia el callado chico ordenando los paquetes junto a su amigo.
Ya entendía la razón de Megan para querer hacer las compras.
— ¿Trabajas aquí?— Lily Rompió el silencio con otra pregunta.
— ¿En Target?— Le preguntó entre risas mostrando el logo de su camisa que llevaba como uniforme.— Si, creo que si ¿tú que opinas?— Megan golpeó su frente y se llevó a su amiga del pasillo.
El chico que llamaba la atención de Megan no respondía ninguna pregunta, solo seguía organizando mientras su otro amigo solo se reía de las preguntas tontas de Lily.
Idiota, idiota, idiota; pensaban las dos mientras se golpeaban con la bolsa de papas fritas. Ahora por tanta vergüenza Megan no iba a querer salir de compras.
— Ahora se golpean con una bolsa, esto es nuevo— Comentó Kyle.
— ¿Algún problema?— Preguntó Zach y Lily asintió.
— ¡No!— Exclamó Megan y sus amigos saltaron del susto— Yo puedo— Dijo alzando las manos, los veo en cinco segundos o minutos. Solo paguen todo eso— Le lanzó la bolsa de papas a Zach y se fue directo al pasillo anterior.
— ¿Podrías explicarnos?— Preguntó Zach.
— Creo que a Megan le atrae un chico de por aquí.
Cuando Megan llegó al pasillo el chico no estaba, al voltear lo vió organizando las almohadas, hasta unas almohadas le llamaban la atención solo si el estaba ahí. Suspiró y fue caminando directo hasta allá y se paró justo a su lado.
Él no notaba que ella estaba justo a su lado, solo ignoraba todo y se concentraba en su trabajo. Megan solo admiraba al chico cuyo nombre tal vez iba a seguir sin saber ya que no le podía hablar y si le pedía ayuda a Lily nunca iba a obtener respuesta.
Una mirada decía y expresaba muchas cosas.
Target se iba a convertir en su vida.Las compras en su salvación.
Y el en su fortaleza.
De regreso en el auto cuando llegaron a casa los chicos se bajaron con las bolsas y ella se quedó con Lily en el auto.Megan aún seguía pegada a su ventana, estaba recordando el rostro del chico de Target.
— ¿Qué te sucede?— Le preguntó Lily y Megan volteó a mirarla con una gran sonrisa.
— Es el chico de Target— Respondió.