Prólogo

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Era la 5 vez que se iba a inducir una enfermedad en su vida, 3:30 de la madrugada, novela romántica y depresiva en mano, Madrid estaba demasiado fría para esta época del año, apenas era septiembre, tal vez no era Madrid, tal vez era ella la que simplemente se estaba congelando. Su autoinfringida enfermedad se sentía diferente, el dolor de espalda aún no había comenzado y aunque no podía dormir como era costumbre cuando decidía que estaba enferma no tenia los síntomas típicos que ya conocía tan bien, esta vez tenía la camisa empapada pero no de sudor si no de llanto, no sabía cuando había comenzado, podrían haber pasado horas por que parecía que un diluvio estuviera sucediendo justo en su cara, pero estaba tan concentrada recordando lo que había sucedido en los últimos dos años que no se había dado cuenta que por tercer vez en mucho tiempo había empezado a llorar y que hacían ya varios años que no lo hacia por dolor
- El dolor es psicológico. Se repetía a si misma el estúpido mantra
Pero esta vez no podía pararlo, ya era demasiado tarde, lo estaba sintiendo, el dolor no era psicológico y era más difícil cuando no era físico. Entonces recordó como hace exactamente dos años creyó que si no se quedaba a su lado sentiría que se iba a ahogar. Ahora después de tanto tiempo, realmente se estaba quedando sin aire.

LúcianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora