A eso era a lo que le temía, a lo estaba sintiendo ahora, tenía miedo de que el fuera demasiado para ella, tenía miedo de ser atraída por su brillo metafórico, y justo eso estaba pasado, ahora le temía a dejarlo ir.
Ese día, ese libro tirado en el césped, ese árbol y la cara de sorpresa de Isaak, se le quedarían grabados para toda la vida.
- Si, así van a ser todos los días que me quieras, voy a pensarme lo de soportar que me odies el otro tercio del tiempo.- Eso fue lo que dijo después del largo rato que pasaron sin dirigirse la palabra sentados a la sombra de su árbol.
- Seguiste viniendo a correr, ¿Por que?
- Ya te había dicho que mi casa no queda muy lejos.
- Si quedara cerca no vendrias en auto.
- Pues en auto, no me queda muy lejos. Espera, ¿Como sabes que vengó en auto?¿Como sabes que tengo un auto?.
- Las llaves en un tu bolsillo, además se que no caminarías más de tres cuadras para venir a este parque.
- Y mira que soy yo el psicópata.
- No evadas mis preguntas, ¿Por que seguiste viniendo?
- Sabía que un día ibas a salir, y quería ver tu cara de miedo cuando me vieras.
- No tenía cara de miedo.
- No lo se, no alcanze a ver que cara ponias, por que estaba demasiado cerca de la mía. - Tenía una sonrisa en su rostro y el libro de ella en sus manos.
- Creó que empiezo a odiarte de nuevo.
- Deberías darme un cronograma, necesitó estar preparado para tus reacciones y cambio de humor repentino.
- Eso sería imposible mi odio hacia ti es directamente proporcional con cada estupidez que dices.
El estiró el brazo que tenía al lado suyo, lo paso por su cuello y la atrajo hacia si mismo para darle un beso en la frente.
Fue en ese momento en el que se dio cuenta que iba a ser muy difícil escapar de él, principalmente por que no tenía intención alguna de hacerlo.
Entonces fue ahí donde comenzó una historia de amor atípica típica, en esas en las que piensas que no va a suceder nada malo y que se van a amar para siempre, pero todo era mucho más complicado de lo que ambos imaginaban, comenzando por que ella vivía a muchos kilómetros y un mar de distancia y por que él no era un un hombre a el que le encantara decir la verdad.
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Lúcian
General FictionTal vez huir no sea la mejor manera de solucionar los problemas, tal vez enamorarse de un tipo a el que apenas conoces tampoco lo sea. Lucía era esa chica Colombiana con apellido Inglés que vivía en México. Si, ella era consiente de lo patético que...