El viajero se recostó luego de una eterna jornada de caminata. El mundo, la noche, las ideas, todo al mismo tiempo giraba alrededor de su cabeza. Lo único que debía hacer era cerrar los ojos y dejar que la historia corriera.
Parecía un estacionamiento, o un campo desolado, o las orillas de un lago al anochecer. Las aguas calmas le tocaban los pies, el aire húmedo chocaba su rostro y la soledad de la oscuridad desgarraba su alma. Él no recordaba ni de donde venía ni hacia donde iba. Pero la pregunta correcta sería saber si tenía alguna certeza a la hora de pensar si ese mundo en el que estaba era real. El mismo señor extraño de la montaña apareció desde detrás de un árbol que casualmente apareció.
-Otra vez por aquí pibe...-dijo.
-¿Disculpe? yo no sé quien es usted.- remató el viajero con voz miedosa.
-Dale, no te hagas el tonto. Si en la cumbre te quedaste pensando en mí y sobre mi pregunta.
-Bueno, puede ser. Pero me da miedo, no sé qué estaría dispuesto a hacer por ello- el hombre rió, suspiró y continuó.
-Un pacto con el diablo...-el viento frenó, las aguas se pausaron.
Pasó un tiempo de miradas cruzadas hasta que el viajero entendió que de ahí no saldría ileso. Cada tanto la realidad volvía a aparecer, pues ya había amanecida y cada tanto los ojos tendían a abrirse, pero una fuerza intensa no le permitía volver.
-Bueno, esta bien. Haría un pacto con el diablo, pero a cambio de que.-finalmente respondió
-Él te facilitará tus aventuras. Siempre y cuando tu le facilites las suyas. No te preocupes, volverás a saber del asunto...-un estruendo sonó, como una puerta que se cierra de golpe. La luz penetro en los ojos del viajero y él despertó.
Era hora de desayunar...
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Cronicas De Un Viajero Solitario
De TodoTodos cargamos con fantasmas. Fantasmas como miedos bien profundos a enfrentar en momentos de severa soledad. A eso se expone un viajero solitario, al karma, al pánico y finalmente a la verdadera libertad. ¿Qué estarías dispuesto a hacer por felicid...