5. Tonta amabilidad

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Narra Sofia:

Al terminar de brindar me levante para hacer una pregunta.

-¿A qué se debe todo esto Sardelli? .- él me miraba con cara rara, no sabría decir como mientras yo pasaba en frente de él para darle la vuelta a la barra de la cocina.

-No se de que me hablas. -me contestó poniéndose más cómodo en el sillón con sus brazos extendidos y sus piernas cruzadas.

-A esto, que me invites a pasar, me devuelvas mi celular, esta educación que te dio de golpe, inclusive el brindis. -dije mientras apoyaba mis codos en la barra y tomaba asiento

-Supongo que pareces una buena chica, no te ilusiones. -dijo señalándome y riendo al final.

-¿Una buena chica?

-Investigue de vos y vi que ayudas a muchas personas, ya sabes... mis contactos.

-¿Contactos? .- justo cuando terminó de decir eso recordé las fotos en mi celular, "¡no puede ser!" Retumbaba en mi cabeza aquella frase.

-Lo bueno de ser famoso, creo. No diría famoso pero no se me ocurre otra palabra justo ahora.

-Lo entiendo. - dije mientras asentía.

Este chico me estaba mintiendo, obvio vio mis fotos lo cual por algún motivo me daba vergüenza, no muchas personas sabían de donde venía, de mi infancia o mi familia y no es un tema que hablase con muchas personas, Patricio se estaba metiendo en mi intimidad y yo no le había dado permiso. Aquello me estaba molestando, ni siquiera mi actual "casi" novio sabía tanto de mi.

-¿Te parece ver una película? .- me pregunta y me saca de mis pensamientos.

-No, es muy tarde y tengo cosas que hacer. Natalia debe estar preocupada ya son las cinco de la tarde. - eran las tres cuando llegue.

-Esta bien, te dejo ir. Pero quiero que algún día salgamos ¿si te parece bien?

-Me lo voy a pensar, no suelo salir con rockstars.

-Después del accidente de ayer, quiero saber en donde te metes y cómo .- ambos reímos, para ser sincera él tenía una linda y contagiosa sonrisa.

-Es una buena historia que quizás te cuente. - conteste y reí.

Él se levanto del sofá y camino hasta la barra, apoyo sus codos al igual que yo en frente mio y rió divertido, luego dio la vuelta y se puso tras mio mientras yo pensaba que iba a lograr con todo eso. Apoyo su mentón en mi hombro, sentía su pecho en mi espalda y sus brazos me rodeaban, no le dije nada por el solo hecho de saber a que quería llegar, aunque creo que lo tenía muy claro.

-De verdad quiero que salgamos Sofia, quiero que te lo pienses y no lo descartes. - susurro al decirlo en mi oreja.

No me gire para contestarle, solo agache la cabeza y me puse un tanto colorada, podía sentirlo.

-Prometo que me lo voy a pensar, ¿feliz? Ahora tengo que irme.

-Oles muy bien. - empece a reír y me levante de mi asiento.

- Gracias, ¿podes abrirme la puerta por favor?

-¿Y si no lo hago que?

-Llamo a la policía.

-Pero que mala. - comenzó a reírse pero hizo lo que le pedí.

Bajamos por el ascensor y me abrió la puerta estaba tronando y seguro se largaba a llover ¡que bien Sofia! Me decía mi subconsciente. Me despido y cuando salí a caminar me toma del brazo, me giré.

-¿Dónde vivís? .- me pregunta él con un tono preocupado.

-No muy lejos, solo unas cuadras. -contesto para intentar que nadie me vea con él.

-La calle y la altura Sofia. - sonaba serio al decir esas palabras.

-Córdoba al 3500

- Córdoba... ¡Eso queda muy lejos! Y va a llover te podes enfermar o algo.

-No va pasarme nada, quédate tranquilo no quiero traerte problemas.

-Si no me trajiste problemas ayer menos ahora, vamos que te alcanzo.

Narra Patricio:

Pasamos una buena tarde con Sofia, a veces solía ser un poco desafiante pero me gustaba, me gustaba más intimidarla como cuando la abrace, para ser sincero ella olía muy bien y me gustaba. A pesar de a verla visto solo dos veces me gustaba ella y no me importaba si ese otro chico estaba con ella o no porque yo la quería para mi, aunque eso sonará un poco posesivo. La quería y era como si ya la conociera. Al despedirnos le pregunte donde vivía para al menos saberlo, para visitarla o algo. Por algo evitaba decírmelo pero trate de ser más firme hasta que termino diciéndome. Quedaba muy lejos y estaba a punto de llover, mi lado protector salió al instante.

-¿Cuál es tu auto? .- se escucho en el garaje donde retumbaba la voz. - Que divertido como se escucha mi voz. - rió, tenía una sonrisa encantadora. - Ecooooooo, wooooooo hoooola. - ahora más que divertida sonaba tonta, era como una niña de ocho años.

-Es este, dale subí adelante y te pones el cinturón.

-Uy bueno, más tranquilo ni que fueras policía.

-Dale vamos.

En el viaje pusimos música en la radio y en un momento sonó por mil noches, le subí el volumen y me puse a cantar para ella. Ni siquiera me miro.

-¿No te gusta nuestra música?

-Si, claro que me gusta tienen canciones hermosas, es que no quiero que pienses que soy una fan loca y quiero acostarme con vos.

-Nena, eso lo supe desde que te conocí, dale hagamos un dúo. - no me contesto y tampoco cantó, solo miraba por la ventana y movía la mano en contra del viento, desde mi punto de vista era algo como angelical y distante.

Llegamos al lugar, era una casa medianamente grande tenía ventanas adelante, un cantero muy cuidado y rejas negras. Antes de que baje le agarre para que esperara.

-¿Qué pasa? .- me preguntó.

-¿Tenes planes para el martes?

-En realidad no. ¿por qué?

-¿Vemos películas? Yo invito todo no te hagas drama si querés vengo para acá o vamos a mi departamento, como quieras pero tenemos que vernos de nuevo, te lo ruego.

Ella río divertida de la situación y empezó a asentir con la cabeza.

-El martes estoy libre, te parece buscarme ¿ocho y media quizás?

-Me parece perfecto, cuidate. -me saludo y no me fui hasta que entro en la casa, para vivir solo con su amiga tenían una casa bastante linda y cuidada.

Después de manejar durante casi una hora y sin ningún destino, pase por un bar y me quede unas horas pensando en esa chica no había intentado nada y agradecí de alguna manera, no quería apresurar nada y creí que ya era hora de tener una relación seria.

Arranque para mi departamento y pensé en su espalda soñada, se me hacía agua la boca de solo pensarlo, cuando llegue subí por el ascensor apoyado contra un barandal, una chica subió y se me acerco rápidamente cuando las puertas cerraron. No me negué y entramos a mi habitación, tenía los labios húmedos, no los que cualquier persona querría, no sentía nada y me sorprendió, ¿desde cuando yo buscaba algo? Pasamos la noche teniendo sexo y se retiro de mi casa en la madrugada.

-Si buscas algo serio de esta manera no vas a llegar a nada nunca Patricio. - me decía a mi mismo.

Enamorada de un imbécil (Patricio Sardelli) TERMINADA #TFAwards2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora