7. Princesa

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Era martes y me levantaba apenas de la cama. Ocho de la mañana para ser exactos, estaba fresco y la brisa corría y por la ventana entraba una tenue luz. Me levante y mientras me cepillaba los dientes me llega un mensaje, era de Patricio. Ni siquiera me pregunte de donde saco mi número ni nada.

-Buenos días, princesa.

Me quedé mirando el celular por unos segundos con el cepillo en la boca, leyendo nuevamente cada palabra hasta que reaccione. 

-Buenos días ¿cómo estas Patricio?

-Muuuuy bien ¿vos?

-Bien jaja gracias por preguntar.

-¿Sigue en pie lo de esta noche?

-Si, a las 8:30 pm ¿te va?

-Me va, nos vemos Sofia.

Me cambie para ir a desayunar, de camino a la cocina me encuentro con Guido y Natalia quienes ya estaba allí preparando algo juntos.

-Buenos días. - saludé para que notaran mi presencia. 

-Buenos días Sofia. - saludo Guido.

-Buenos días amiga ¿cómo estas?

-Muy bien, gracias.

-Che, allá en la cocina te dejaron algo. - me dice el rubio.

-¿Para mi? -pregunté sobresaltada y confundida.

-Si, tiene tu nombre.

Mientras caminaba hacía la cocina me imagina que o quien, y al llegar me encuentro con un ramo de flores, un hermoso y colorido ramo de flores. Sentí algo en el pecho y los ojos húmedos ¿qué me pasaba? había una carta.

No sabía cuales eran tus preferidas.    -Patricio

Corrí a la cocina como una nena de ocho años con regalo nuevo y abrace a la pareja que se encontraba allí.

-¿Con que Patricio eh? - me pregunto el menor de los Sardelli muy divertido.

-Bueno, no es para tanto quizás lo hace con cada chica.

-Nunca vi que hiciera eso con nadie, por eso me sorprende. 

Nos sentamos en la mesa y desayunamos juntos los tres. Se hicieron las diez y era hora de mi ejercicio diario, levante mis platos y los lave, me despedí de los chicos mirando a Guido y amenzandolo de que si le pasaba algo a mi amiga iba a sufrir, no se porque pero me gusto a verlo echo. 

Mientras corría me encontré con el chico el cual salía conmigo antes de que conociera a Patricio, pensé que no me había visto pero me equivoque.

-Hey, Sofia hola

-Hola Stevie

-¿Cómo estas? Hace tiempo que no hablamos, ni señal de vida.

-Si lo sé, estuve algo ocupada.

-¿Te parece salir en estos días? Si no estas tan ocupada.

-Quizá no es mala idea, Stevie tengo que irme.

-Nos mensajeamos entonces, cuidate Sofi.

-Vos igual. - sonreí y me despedí con la mano.

Mi relación con Stevie no había ido muy bien debido a sus celos, por mas que lo hubiéramos intentado unas veinte veces nunca funcionaba y la relación se tornaba enfermiza. Ya llevábamos tres años, realmente lo quería pero como pareja no íbamos. 

Llegue al departamento, los chicos no estaban así que decidí ducharme. Al finalizar no había mucho que hacer por lo que me puse a ver unas películas hasta que se hiciera la hora de salir. Recordé sus ojos negros cuando me miraron en el baño de damas, esos delicados ojos negros, cerré mis ojos y suspiré contra una almohada.





Enamorada de un imbécil (Patricio Sardelli) TERMINADA #TFAwards2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora