4. Jugo de naranja

2K 46 3
                                    

Narra Sofia:

-Che, Guido ¿podes llevarme al departamento de tu hermano?

-Si, no hay problema, pero déjale una nota a Natalia, no quiero que se preocupe.- asentí con la cabeza.- Me quedaría, pero tengo que hacer algunas cosas del trabajo.- hizo carita de perrito al decir las últimas palabras, reí y asentí.

Era de los pocos, o mas bien el único que paso la noche en la casa, fue muy educado y no toco nada, le invite a desayunar algo pero se negó, según él no quería "molestar", por más que le insistiera en que no era así.

Le escribo la nota a Nati en una libreta que encuentro y puse "voy a una misión llamada 'recuperar mi celular', no me tardo hay para desayunar en la heladera. Te quiero".

En el transcurso del "viaje" digamos, no hablamos de otra cosa que el golpe de anoche y reíamos. Cuando llegamos al edificio de unos treinta pisos, el menor de los Sardelli me indico que presione el timbre número 3, que ahí se encontraba Pato. Me despedí y le agradecí por haberme llevado al lugar.

Narra Patricio:

Al ver las fotos más detenidamente en mi computadora y con la mente mas sana que anoche y esta mañana, divise dos fotos de tantas, una con su padre (lo cual supuse que era militar por su uniforme), ella debía tener no más de catorce años y también una con su madre, lo note por el parentesco en el rostro de ambas, estaban abrazadas y Sofia se veía muy feliz, después había unas en las que estaba con su amiga dándole de comer a chicos en un comedor llamado "Arcoirís de sonrisas" un mal nombre para mi gusto, también estaba con algunas fundaciones y vestida de payasa.

-¿Es una buena chica y yo el malo de la película? .- pensé después de cerrar mi computadora, me estaba comportando como un estúpido y ella no me caía tan mal después de todo. Quiero conocer a esta chica.

Suena el timbre.

Narra Sofia:

Toque el timbre y contesto él.

-¿Quién es?

-Sofia, la chica del accidente de anoche.

-Ahora bajo. - se escucho por el parlante.

Cuando bajo y abrió la puerta lo vi con su melena suelta, remera blanca, jeans oscuros y zapatillas oscuras. Estaba limpio y sin una gota de alcohol, otro tipo diría yo comparado al de anoche y el de los escenarios, si vi sus concierto por ya saben quién.

-Hola. - digo yo y nos saludamos.

-Hola, pasa sos bienvenida. - era otro tipo ahora definitivamente.

-Solo buscaba mi celular.

-Sería mal educado de mi parte no invitarte a tomar algo, ¿te va un jugo de naranja?

-¿No fue "mal educado" llevarte mi celular para empezar?

-Buen punto, ¿podemos empezar de nuevo?, anoche estaba borracho.

-Para empezar, un jugo de naranja me parece bien. - el rió, me dejo pasar y cerro la puerta tras de mi.

Subimos las escaleras que estaban echas de madera, el lugar tenía una luz tenue y una tranquilidad soñada, había cuadros con mapas viejos y paisajes de atardeceres. Su habitación también daba esa impresión de tranquilidad, el piso de madera, ventadas enormes, el color marrón claro abundaba.

- Que hermoso departamento. -dije mientras Patricio prendía algo que hacía el jugo.

- ¿Te gusta? - pregunto mientras se tiraba en el sofá color blanco.

- ¡Me encanta! -río yo, a pesar de todo no era tan "malo" como pensaba.

- Estas mas linda, esa combinación de top rosa con jeans negros te queda espectacular.

- Emm, gracias. -sentía como me ardían las mejillas.- Vos también estas muy bien.

- Claro, lo mio es normal. - ríe -Tomá tu celular, es mejor que llames a tu mamá, seguro se preocupo.

- Seguro llamo a Natalia.

- ¿Eso es más seguro?

- En parte si, Natalia es como una segunda hija.

- Y Guido me dijo que viven juntas, ¿que tal les va eso?

- A nosotras re bien, nos llevamos bien, las dos trabajamos,salimos juntas. Ambas tuvimos novios y nos hemos llevado bien pero no pasan las noches en casa.

- ¿Salen seguido? - se levanto para ver el jugo y ponerlo en un vaso, me hizo señas para preguntarme si esa cantidad estaba bien, le asentí con la cabeza.

- Casi cada fin de semana, a veces trabajo más tiempo en un café.

- Ahora estas tomando jugo de naranja, seguro venden eso también ¿no?

- Cierto.

- ¿No te asquea en algún momento?

- No, aprendí a convivir con ello. - reí.

Después de charlar un rato, hice yo el otro jugo de naranja con indicaciones que me dio él, al terminar lo serví en un vaso y le entregue uno a Pato.

-Brindemos Sofia, por un nuevo comienzo. -me dijo en un tono más alto, y choque mi vaso junto al de él, a decir verdad me sorprendía el chico que tenía en frente ahora.




Enamorada de un imbécil (Patricio Sardelli) TERMINADA #TFAwards2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora