Nuestra graduación y nuestra primera noche juntos.
Cuando pedí la mano de Sungjong en una de nuestras citas; nunca podré olvidar su precioso rostro lleno de lagrimas aceptando.
Nuestra boda y noche de bodas. Sungjong siempre decía que era un pervertido, aunque él no se quedaba atras.
Cuando decidimos adoptar un lindo niño, era exactamente igual a Sungjong, igual de lindo.
Habíamos formado una familia, la familia Kim.
Sungjong y nuestro pequeño Dae Soo, eran mi felicidad.
Cuando llegaba del trabajo y llegaba a nuestro hogar, los veía, a mis razones de ser.
Todos los domingos Dae Soo y yo nos poníamos a jugar videojuegos, mientras que mi Sungjong observaba y nos ánimaba, algunas veces intentamos enseñarle, pero no era lo suyo.
Cuando nuestro hijo se fue a la universidad, una vez más estabamos los dos solos; como en la preparatoria.
Y yo seguía igual de loco por mi chico lindo, por mi Sungjong.