Era de los partido más importantes de la temporada, no podíamos perder.
Volteé ligeramente hacía la reja que limitaba el campo de la escuela con la misma y ahí estaba él.
Mi chico lindo.
Tenía el último pase y no iba a perder, no iba a dejar que el me viera perder.
—¡VICTORIA PARA LA ESCUELA PREPARATORIA ANFITRIONA!
Su bella sonrisa era mi premio.