Capitulo 3.

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Estaba en clase de Karate. Mi rival me arrojo al suelo cuando estuve tirado voltee a ver al chico de cabello negro que peleaba contra su contrincante a unos metros de donde yo estaba era Zayn él iba ganando su rival era un poco más pequeño y débil que él.




Estaba en las duchas, en la ducha continua se encontraba Zayn.

-¿Con quién iras a la promoción?. – me pregunto.

-Con Eleanor.

-Está muy buena.

No supe que responder, así que mejor decidí preguntarle -¿Y tú?

-... muy buena – volvió a repetir. – Bueno, bailare con Magda, peor iré solo.

Termine de ducharme y me retire del lugar.




Iba en el auto, estaba demasiado cansado iba con los ojos cerrados tratando de descansar, cuando sentí que el automóvil detenía su marcha abrí los ojos y esboce un gran bostezo.

-Llegamos – escuche como se dirigía a mí el chofer.

Mire por la ventana y no, esa no era mi casa. -¿Qué hacemos aquí?.

-Venimos a la oficina de tu madre para recoger tu traje para el baile. – Lo escuche decir mientras tallaba un poco mis ojos.

-¿No puede llevarlo ella después? – Exprese un poco de molestia estaba demasiado cansado como para estar en ese lugar solo para recoger un traje, un jodido traje que mi madre podía llevarme a la casa.

-Llamo y dijo que no iría a casa. Tiene sesión de fotos.

Volví a mirar por la ventana me molestaba eso, ni mi padre ni mi madre pasaban tiempo en casa siempre estaba solo, estaban demasiado ocupados en sus trabajos como para ocuparse de su hijo.

-¿No hay nadie que lo pueda llevar? – suspire y negué con la cabeza no me agradaba estar en el lugar de trabajo de mi madre.

Baje del auto y me dirigí a aquel edificio hasta llegar a la recepción donde estaba la estúpida recepcionista, sentada en el estúpido gran escritorio, hablando por el estúpido celular.

-Nadie atiende el teléfono, debe de estar en reunión. – me dijo. -¿Por qué no subes tú? – me extendió una tarjeta con una gran y estúpida sonrisa, era tan jodidamente amable que me molestaba.

La mire directamente a los ojos - ¿Por qué no subes tú?, ya que trabajas aquí y deja de hablarme como si fuésemos amigos – tome la tarjeta y comencé a jugar con ella – "¿Por qué no sube usted Sr?" – me di la vuelta para solo susurrar un "Gracias".

Camine por el pasillo hasta llegar al elevador, y subí hasta donde se ubicaba la oficina de mi madre.

No sabía dónde estaba me sentía confundido mire para varios lados volví al elevador y comencé a teclear todos los botones quería volver a la recepción aunque ahí estuviese aquella estúpida señorita tratando de ser amable a mí me parecía hipócrita. Me rendí ninguno de los dos elevadores que estaban a los costados abrió.

Recordé la tarjeta que me habían dado en la recepción y la use para ver si podría abrir la puerta que daba hacia la sala de juntas pero de nuevo fracase, nada se abrió.

Segundos después decidí llamarla para ver qué era lo que podía hacer.

-Louis no puedo hablar ahora. – escuche su voz a través de la bocina para que después colgara el celular.

La sala del suicidio  || Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora