Capitulo 9.

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Estaba acostado, miraba al techo, no podía dormir así que me levante de la cama y me senté en el escritorio de la computadora. Abrí mi perfil, al parecer todos hablaban de un vídeo que había subido Zayn, se llamaba "fight". Lo puse al principio apareció un título "Zayn vs. Louis" y quede totalmente pasmado.

No puede ser. Pensé.

Era un vídeo sobre el Karate, Zayn había usado sus dedos para crear sombras y crear un vídeo imitándolo. Cada vez era peor, cada vez era más realista y dolía.

Las lágrimas comenzaron a caer, no podía evitarlas, me levante y camine hacia alguna parte de la habitación sin saber qué hacer. Escuche un "¿Hola?.. ¿Hola?" era Harry ya había iniciado otra vídeo llamada, me acerque y me acomode frente a la cámara.

-¿Cómo estás?.

-Bien – respondí.

-Muéstrame tus labios – dijo mirándome y le muestre mis labios – Miedo.... ¿tienes miedo?, ¿tienes miedo?.. lo tienes, veo temor.

-Por favor me estas torturando y tengo que salir, tengo que ir al colegio.

-Louis no tienes que hacer nada.. Louis – susurro. – Realmente te lastima porque eres sensible, igual que yo, yo también soy muy sensible. Ellos no nos entienden, son muy débiles, son fenómenos, raros, fuera de lo común, ¿Louis? ... eres diferente, atesora eso, todo lo que es fuera de lo común.. todo está en peligro no podemos tener miedo.

-¿Y qué hago? – le pregunte.

-¡Espántalos!.

Saque una pistola de emergencia de un cajón de mi escritorio, había una de esas por toda la casa mi padre siempre las dejaba ahí por si había un ataque o un asalto.

-Se un terrorista, eres un terrorista – dijo Harry.




Ahí me encontraba yo, tras las paredes de una absurda escuela. Caminando, completamente solo, algunos se reían de mí, otros me miraban raro o con miedo.

Entre a clases, Zayn me miro, yo le devolví la mirada pero esta vez seria, diferente. Negué con la cabeza y sonreí irónicamente.




Terminaron las clases, como siempre el grupo de Zayn estaba en la salida, pase de largo sin siquiera mirarlos y camine recto, ellos se percataron y comenzaron a seguirme. Yo ya me había dado cuenta de que me seguían. Por dentro de mi sostenía esa arma, la asome en mi bolsillo respire profundo y apreté los dientes ahogando un grito en mí, corrí al auto de mi chofer.

Me senté en el asiento trasero, tenía puestos mis audífonos, miraba a un punto fijo, no podía evitar que las estúpidas lagrimas salieran de mis ojos, Harry tenía razón; soy débil, somos débiles.. seque mis lágrimas y me dedique a observar por la ventana.




-Fui al colegio camine por los pasillos, entre a clases, los mire a los ojos, mire a ese estúpido y el me saco la mirada – le contaba a Harry ya llevaba un par de minutos hablando con él.

-¿Tuvo miedo? – dijo riendo.

-Si

-¿Lo tuvo? – rio.

-Fue increíble – sonreí – tuve la situación completamente controlada.. estaba... estaba ¡no sé cómo describirlo!, me sentí un animal... ¡como un asesino! – reímos a carcajadas - ¿De eso me hablaste a eso te referías?.

-Sí, exactamente eso.

-Tenías razón, ellos no saben nada. Interpretan patéticos y ridículos roles en una ridícula y vacía obra.

-Eres un héroe – dijo Harry después de lamer su labio inferior y sonreír para que se le notaran aquellos bellos hoyuelos.

-Vamos – dije sonriéndole.

-Quiero abrazarte – dijo Harry – entra.


Entramos a Suicide Room y Harry me abrazo, yo le devolví el abrazo.

-Quizá podríamos conocernos, ¿Qué dices? – sugerí.

-Ya nos conocemos.

-Sí, aquí adentro, yo digo en otro lugar, puedo buscarte.

-Mmmh, bueno eso será un problema – dijo mirando al suelo.

-De verdad me encantaría

-No, no, no hay oportunidad.

-Pero.... – alegue.

-Odio la realidad, ¿sabes?... nunca salgo al mundo real – dijo decaída.

-Pero tienes que salir – le respondí.

-¿Para que?

-Para vivir – respondí obvio.

-No quiero vivir.

-¿A qué te refieres con no salir? – volví a preguntar me causaba mucha intriga.

-No salgo – dijo como si fuera simple.

-¿No sales de tu casa? – pregunte.

-Para nada....

-Ok, ¿hace cuánto no sales? ¿una semana, dos? – dije apostando. - ¡Tres!.

-Tres es un lindo numero – dijo Harry riendo.

-¿No sales hace tres meses?

-¿Cuánto llevas tú? ¿Tres?

-No, no debes de estar bromeado – reí.

-Si – dijo calmada.

-¡¿No has salido por tres años?! – pregunte asombrado - ¿Cómo es posible? ¿Nadie ha intentado sacarte?.

-¿Crees que no? – pregunto.

-Creo que sí.

-Y tienes razón...

-Y como les dijiste... ¿Cómo no saliste?.

-Simplemente les dije que no, solo no quería salir... ¿Qué pueden hacerme?.... ¿pegarme?, ¿matarme? – Harry solo reía – Si lo hacen mucho mejor, eso es lo que quiero, soy libre, recomiendo ese estado. Todo lo que necesita está dentro tuyo, no necesitas la escuela, a tus padres... aquellos a los que quieres, no necesitas a nadie.

Y así pasaron los días, yo no salía de mi habitación para nada, mis padres ni siquiera estaban en casa y no se daban cuenta de la situación en la que estaba, todo estaba bien, tenía a Harry y eso me era suficiente.

La sala del suicidio  || Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora