COMPAÑERO DE CUARTO(MinJun)[EDITANDO]

CAPITULO N° 12 "Preparandose para el cumpleaños"

Ha pasado un mes, estamos en lunes y comienzó a alistarme para ir a clases.

—¿Vamos?— susurró Jung Min a mi espalda.

—Si.— di medía vuelta chocando con él, lo mire y sonrió.

—Cuidado tortuguita.

—Perdón. — solté una sonrisa.

Sólo asintió y abrimos la puerta.

—Se tardaron un montón. — dijo Young Saeng que trataba de safarce del agarre de Hyun Joong, que lo tenía preso por la cintura. Esboce una sonrisa y salude a todos los que estaban afuera de mi puerta.

—Perdonen.— murmuré.

—Deberíamos de irnos, las clases comenzarán y aún debemos recoger a Hong Ki. —habló KiBum.

Asentí y di un paso pero las manos de Jung Min me apresaron por la cintura.

—Jung Min...— susurre.

—Debo cuidarte. —me sonrió y rode los ojos.

—Pero no todo el tiempo.

Miré a los demás que sonreían y algunos me mirarán raro sobre todo Kyu Jong.

—Vámonos.

Avancé unos cuántos pasos seguidos con los de Jung Min, ésto de verdad era vergonzoso, todos dirigían su vista a mi, pero que más podía hacer.

—Me vas a asfixiar si sigues así.— balbucee.

—Oh, perdón. — liberó un poco su agarré pero no me soltó.

Los demás conversaban entre sí y yo seguía preso en los brazos de Jung Min sin poder hablar más que con él.

Llegamos a la puerta del cuarto de Hong Ki, Bum golpeó unas dos veces y el salió.

—Pensé que se habían olvidado de mi...— hizo un puchero.

—Claro que no, solo que éstos dos.— Ki Bum señaló a mi y a Jung Min. —se tardaron más de lo esperado.

Soltó una pequeña risa para luego asentir.

—Todos estamos completos, ahora en marcha.— Jung Min movió su mano señalando el camino, librandome unos segundos de su agarre pero luego volvió a abrazarme.

—Es necesario que estés todo el tiempo abrazado a mi.— susurre. No es que ésto no me guste, pero de cierto modo comenzaba a ser molestoso.

—Shhh...

Bufé y comenzamos nuestro camino, llegamos al salón, nos despedimos de KiBum ya que el iba en otro salón y se fue.

Entramos y nos sentamos en nuestros pupitres. Las clases continuaron un poco aburridas, me la pasé jugando con mi lápiz  o rayando mi cuaderno, incoherencias que ni yo mismo entendia, pero salían de mi cabeza, o cuándo el profesor decía que anotemos algo, cambiaba de página y anotaba lo que había explicado, para después volver a mi hoja anterior y seguir rayoneando.

—Deja de torturar a la hoja ten compasión por ella. —murmuró Kyu Jong cerca de mi oído.

Lo miré detenidamente y volví a rayar la hoja con un gran “NO”.

Rodó los ojos y continuó atendiendo a la clase.

Cuando por fin la campana sonó, salimos todos hacía fuera.

—Vamos a la cafetería, tengo hambre. — Hong Ki señaló directo a la cafetería.

—Bién.— todos nos dirigimos a la cafetería, buscamos un lugar vacío y por suerte lo encontramos.