III

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Era de noche y mis padres aún no habían aparecido, así que decidí aprovechar para ver un poco la televisión.

Al encenderla apareció la cara de la niña que había visto esta mañana en el estadio. Interesado, subí el volumen y escuché con atención lo que una mujer decía:

–La pequeña Maddie Ziegler aún no ha aparecido. Según las estadísticas el secuestro o despaarición de niños y niñas famosas ha aumentado un 26% desde que ha empezado este 2016. La última desaparición ha sido la de Jean-Baptiste Maunier, un actor y cantabte que participó en la...–cerré la televisión.

Al parecer esa niña se llamaba Maddie.

Busqué en internet su nombre y aparecieron un montón de fotos sobre ella, su hustoria, al parecer era una bailarina y tiene mi misma edad.

Ahora pregunto: ¿la habrán secuestrado o, simplente, ha querido desaparecer de la sociedad y no tener fama como yo?

Eso lo descubriría, pero mejor al día siguiente.

Me levanté del sofá y fui hacia la cocina. Pasé por al lado de unas gemelas, cogí un vaso de agua y bebí.

Espera.

Un momento, ¿unas gemelas?

Me giré y las vi ahí, observándome con sus caras simétricas entre sí.

Mi fuerte chillido rompió el silencio que se había creado y, asustado, me fui corriendo hacia fuera.

¿Por qué siempre tenía que salir corriendo?

En fin.

Me tocaba huir de las gemelas y Maddie, que por lo visto también estaba con ellas.

El Pueblo De Los Talentos PerdidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora