Toque timbre, después de contar hasta ciento treinta y siete.
¿Nerviosa, yo? Pff. Ni que fuera mi último punto en voley.
¿¿Sarcasmo detectado?? Pff... bueno si.
Alguien me contesta, dicendo "¿A quien busca?". Es una mujer.. No se si decirle "Al imbécil de tu marido" pero no se si es su marido. Así que no contesto nada y me hundo en hielo.
Camino en la misma dirección que me dejó el taxi.
Compró de un negocio, caramelos, y un cigarro, con algo tengo que sacarme los nervios.
El joven del negocio es amigable, así que me quedo 30 minutos allí.
Luego regreso a la casa.
Presionó nuevamente el timbre y alguien sale, me asusto ¡Hay Caramelos de menta y chocolate!
¡Es una mujer!
Cuando se acerca, abre la puerta y recién me ve, también se asusta, me animo a preguntarle.
-¿Quien vive aquí?-la miro, tiene el pelo rubio y lleva unos pantalones blancos con una blusa rosa.
-Eso no está en tu importancia, muchacha...-me dice y yo me muerdo la lengua, asiento y ella se aleja. Cruzó al frente.
Y luego de 5 minutos regresa con algo en sus manos.
Espero, espero, espero y así.
Es un barrio muy bonito, mi madre hubiera querido vivir allí de seguro, las casas son amplias, con mucho jardín, vecindario tranquilo todo lo que mamá siempre quiso para mi y mi hermano.
Al parecer casi me duermo y veo que del frente sale una camioneta, es negra. Sale y se va.
Veo que en el segundo piso prenden una luz y abren una ventana.
Corro y cruzó la calle, tocó por tercera vez el timbre.
-¿Hola?-me responde. No se que decir-¿Hola? ¿Hola?
-Pizza, señor.-le digo asustada. ¿Que dije?
-¿Pizza?-vuelve a preguntar-Yo no ordene pizza.
-Está pagada y en esta dirección.-le digo aún temblando. Me dice que ya sale.
Y veo a alguien abrir la puerta.
¿Será él?
Cuando se acerca, no puedo ver su cara por la oscuridad.
-Tu no traes pizza.-me dice y me descubre.
-No-entonces se da vuelta-No te vallas.-le digo y el congelado se da vuelta.
-¿Liz?-Un escalofrío recorre mi cuerpo.
-¿Como sabes mi nombre?-le digo y esté apurado abre la puerta.
Dirige sus brazos a mi cintura y yo retrocedo y giro de donde el acaba de salir.
-Mirá, no se quien eres, ni quien eres, sólo quiero mi celular, mi reloj y mis llaves, no quiero saber que sucedió anoche, no recuerdo nada y no me interesa-le digo clara, se que es él, huelo su perfume.
-¿Como así que no te acuerdas?-me pregunta.
¡Hay Marte, Júpiter, Saturno, Plutón!
-No quiero saber nada de ti.-le vuelvo a decir, yo sólo quiero mi celular.
-¿Como que no me conoces?-vuelve con sus preguntas.
-¡Ah!-me cabreo, me asusta-¡Ya no quiero nada!-Le digo y camino el me detiene pero no me toca, entiende.
-Me interesas-me dijo.
No soy ni un saco de papás ni de bananas.
-No te atrevaz a tocarme imbécil-le digo y me voy son las 00:10.
