Me desperté de repente por un intruso dolor en la cabeza, ¡Ay que dolor!
Decidida a seguir durmiendo, giro en la cómoda cama.
Siento un perfume exquisito, suspiro y casi me da un infarto. Estaba desnuda y un dolor punzante, fuerte y ardiente en mi zona baja, por lo que abró mis ojos y ¡ay!
Está no es la habitación que conocía.
Vuelvo a girar, casi caigo de la cama, veo mis zapatos, ropa de hombre, el sol que amenaza con rayos fuertes y me levantó, no me queda de otra.
Busco mi celular, pero lo que encuentro es una aspirina, de Bayer en algunos momentos hubiera dicho: ¡La pastilla del chicharito!
Pero estos no son momentos así que me la tomo de un sólo saque y me levantó desesperada, casi caigo, me levante algo mareada.
Cervezas corona y vasos de trago y margaritas por toda la habitación.
Me pongo los zapatos de tacón a las apuradas y corro por mi vestido. Quiero salir de allí lo más rápido posible.
Me pongo mi vestido y no encuentro ni mi celular, ni la ropa interior que llevaba la noche anterior.
¡Oh Shit!
¿Que pinche hice la noche anterior?
Salgo de la casa, no tengo dinero, no tengo mi celular y ni se donde estoy.
Pero camino hasta que por fin llegó a una esquina y veo la numeración y el nombre de la calle.
Suspiro, volveré algún día con las chicas y recogeré mi celular.
En lo pronto, busco gente, encuentro una mujer y le pregunto para donde estaba exactamente la capital.
La mujer me mira y sigue su camino.¿Tanta pinta mala tengo?
Obvia sigo mi camino apurada, no hay casi nadie en la calle, pero encuentro una verdulería.
Le pregunto al tipo sentado en su vereda, me dice que su hijo me va a explicar mejor, veo a dos personas dentro de la verduleria y uno se acerca me explica y se va.
Entonces vuelvo a mi camino.
Diez cuadras derecho, tres a la izquierda, una a la derecha y ¡once derecho!
¿Como rayitos llegue la noche anterior aquí?
Lo peor es que tengo una mínima memoria que no recuerda casi nada, sólo del oso por mis dieciocho, las chicas y un bar que no recuerdo su nombre.
Prácticamente corro con mis tacones que agradezco a todos que hallan sido cómodisimos.
Me siento incómoda, no llevó ropa interior.
Y lo peor, mi mente anda como una maquinita, creo que ayer perdí mi virginidad. Con alguien que seguramente no conozco y me da algo de pena, por que ni lo recuerdo.Llegó a caminar diecisiete cuadras y me siento en el sofá que tiene la vereda en una casa de venta de ropa.
Me miro perpleja, me asusto tengo marcas en mi cuello, labios hinchados, maquillaje algo corrido y un completo desorden de cabello.
¡¡Ha Mamá!!
Aterrorizada corro por las calles, no quiero que nadie me vea, aún creo que es peor.
No se en cuanto, ni se como, llegó al edificio del hotel, subo y llegó a mi habitación, suspiró ya no corro cuando veo el número 518 en la puerta, buscó la llave.
-¡MIERDA! ¡MIERDA!-Grito furiosa
¡Dejé la llave en la casa de ese imbécil!
Despierto a todos prácticamente. El entrenador Facundo, se ríe y me tranquiliza, me da una copia de llaves de mi habitación y hace que las muchachas vuelvan a sus habitaciones, me dice que duerma un poco y luego hablamos.
Quiero mirar mi reloj e insulto a todos, sumado que pateo la alfombra blanca del suelo.
¡No tengo mi puto reloj!
Ese imbécil se las va a ver y se va a tragar todos mis insultos.
Ese día no duermo, tengo la sangre en la cabeza.
Por el celular de una de mis amigas habla mamá, me dice que porque no contesto y le miento que lo dejé sin batería a mi celular, luego me entero que allí está Ted, mi novio y casi prometido por intermedio de papá y mamá. Me lo pasa.
Muerdo mi labio, cada vez que el dice una palabra y a la vez siento besos mojados del imbécil de la noche anterior.
Lo despido rápido, no quiero pensar ni en el ni en nadie.
Sólo voy al entrenamiento y se que una compañera sabe algo o mucho, entonces entrenó con ella y trato de que la conversación no me de vergüenza, así que decido ir al punto.
-Exactamente ¿Que pasó anoche?-le pregunto y ella ríe, recuerdo la película "que pasó anoche" de los cuatro tontos y también río.
-Mirá, exactamente no se, por que después del boliche no se que hicieron...-me dice con una tonada picara Julieta.
-¿Qué?-le pregunto-¿Hice con quien?-asustada al máximo y concentración 0%. Salimos a comer.
Me explica que bailamos y tomamos mucho, que un tipo me alejo de ella y me dejó con su amigo un tal "doble ve" me dice que no quería que sepa su nombre, que el tipo que me había llevado quería bailar, dice que vestía con una gorrita negra al igual que una remera negra-la cual había visto esta mañana-. Me dijo que después de un rato nos dimos algunos besos, que seguimos bailando y que me fui colgada de sus brazos, hasta un super autazo negro.
Decidida a investigar más, en la tarde entrenamos, me baño y con un peine de cabello trató de sacarme los chupetones de mi cuello pero es imposible.
Por suerte, encuentro una remera mangas cortas y me pongo unos shorts de Blue Jeans, salgo y prometo volver a las chicas. Tomó un taxi y le doy la dirección al hombre.
-¿Como en cuanto llegamos?-le pregunto algo nerviosa.
-En 10 minutos, señorita-me dice el hombre.-¿Le puedo hacer una pregunta?-me pregunta e instantáneamente en mi mente le contestó "Ya la esta haciendo, hombre" pero me detengo, nada de sarcasmo.
-Por supuesto-vuelvo a aclararle.
Estoy nerviosa.
-¿Usted es la afortunada que anduvo con el cantante maluma, anoche?-me dice.
Niego al instante.
-No-río a carcajadas-¡Ojalá!
Maluma, cantante colombiano muy conocido en argentina, he escuchado algunos temas de él y me han encantado.
Pese a estar muy segura de eso, el tipo del taxi no vuelve a hablarme y yo me distraigo cantando "Yoyoyo paro el taxi". Jodiendo a lo argentino, por que no me queda nada más.
El del taxi, me dice que llegamos a destino, y es verdad, estoy en la esquina, le pagó y bajo.
Esta vez llevó zapatillas, unos shorts y una blusa cualquiera, además de una coleta atada de un moño.
Algo típico de las adolescentes, la noche pasada lleve tacones, vestido y pelo lacio.
¿Me echarán a patitas?
No se, sólo quiero mi celular.