22. ¿Que Él Dijo Que Te Dijo Que Tu Dijiste Qué?

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Al día siguiente.

—No jodas... —niega con sorpresa. Asiento— No-jodas.

—Yo también pensé lo mismo.

—Con todo y todo, aun te odio por despertarme solo para que te cuente todo lo de ayer. Aun llevo pijama. —me reprocha. Me encojo de hombros inocente. Entrecierra los ojos—

—Oh vamos. —se cruza de brazos— Hay muchos mas días para que violes a tu novio. —me golpea leve— Menos mal que las paredes son a prueba de sonido. —susurro. Me golpea de nuevo. Me río—

—Cállate —dice con leve sonrojo. Río mas. Ella rueda los ojos—. Entonces, a ver si entendí. —se acomoda mejor y guarda algunos mechones de pelo detrás de su oreja— Llegó tarde al lugar dónde se iban a encontrar. —asiento. Enumera con sus dedos— Fueron a comer algo que odias. —sonríe divertida. Hago una mueca. Definitivamente, sushi sería lo ultimo que comería en esta tierra— Llovió. —ríe divertida. Pongo los ojos en blanco. Suprimo una sonrisa— ¿Se me olvida algo? —¿Que falta? ¡Ah!

—Antes de que lloviera, lo del beso...

—¡Oh, sí! —ríe— Intentó besarte en la primera cita, que no sé porque lo hizo porque nadie nunca besa en la primera cita, ¡NUNCA! ¡Es obvio! —asiento. Apoyo mis codos en mis rodillas. Toma aire, respira hondo. Suspiro— Fue un fracaso.

—Sep. —asiento. Ambas reímos—

—No quedaron para otra cita, ¿O sí?

—Claro que no.

—Pobre. —hace una mueca—

—Pero, aún así, Gabriel es un buen chico.

—Me imagino.

—Por cierto, —se gira a mirarme— aún no me has dicho como resultó la fiesta.

—Pues, para empezar, no vinieron 150, como dijeron los chicos.

—¿Y cuantos?

—Un poco más de 250, creemos. Quién sabe si un poco más. —abro los ojos como platos. Sí mi tía se llega a dar cuenta— Además, Chris y Crawf no aparecían por parte. —ruedo los ojos. Típico de ellos— Mitch y el resto andábamos buscándolos. ¿Y dónde crees que los encontramos? —niego divertida— En el techo. —estallo en risas. Ella sonríe— Así como lo oyes, en el techo. Dormidos, borrachos y semi desnudos.

—Eso no sorprende tanto. —digo con una sonrisa—

—Sí, eso lo sé, pero en Chris. No en Crawford. Aunque Chris era el que estaba más mal, tú sabes. —asiento.

—Aunque se puso sobrio desde que vio a Amy.

—¿Lo viste? Estaba que babeaba. —comenta con risas.

—Si, ella me cae bien.

—Si.

—No es plástica como la rubia aquella con la que teníamos que lidiar en la secundaria.

—Lo dices como si fue hace décadas. —dice con risas. Me encojo de hombros—

—¿Y a ti? —frunce el ceño. Ladea la cabeza— ¿Cómo te fue? —pregunto obvia. Alzo mis cejas repetidas veces traviesa. Yo sé que ella sabe a qué me refiero—

—Igual o peor que tú.

—¿En serio? —frunzo el ceño—

—Pues... —afina la voz. Evade la mirada. La miro con una sonrisa malévola. Se aclara la garganta. Río. Me froto las manos malévolamente y me acomodo mejor acercándome un poco mas a ella—

BFF Squad ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora