ø Chiquillo Insolente ø

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Pasó una hora, y Louis se ofreció a ayudar a la Señora Styles a guardar las compras en los respectivos lugares de la casa.

Pasaron dos horas, y la Señora Styles le preguntó a Louis a qué se dedicaba, desencadenando una larga charla sobre sus diversos cursos y ocupaciones, entre los que mencionó lo que actualmente lo tenía ocupado; un seminario de cocina.

Fue así que pasaron tres horas, y Kendall le rogó a Louis que le enseñase algún platillo sabroso.

Finalmente, pasó una cuarta hora, durante la cual cocinaron y charlaron de moda, política y estupideces, descubriendo que habían ido a la misma secundaria cuando eran pequeños, antes de que a ella la transfirieran.

Pasaron cinco horas, y como se hizo oscuro ella lo llamó 'un muchacho adorable' y lo invitó a cenar con ellos.

Así que ahí se encontraba el de los ojos azules como piedras. A su derecha, el fornido y excitante rizado que apenas conocía, pero que lo había dejado en necesidad de una polla a muerte. A su izquierda, su maravillosa esposa, algo creída y mimada pero igual de divertida que cuando era solo una pequeña zorra, años atrás, en la escuela.

Harry comía con la mirada fija en el plato, incapaz de articular palabra, sintiendo la mirada preocupada de su mujer sobre su rostro pálido. "Cariño ¿todo está bien?" en contestación, el ojiverde a duras penas asintió.

"¿Te gustó mi chorizo relleno?" inquirió inocente el castaño, casi batiendo las pestañas, logrando que Harry trague de manera errónea y largue un pedazo de comida por la nariz, teniendo que cubrirse automáticamente la boca con la mano.

Tomó su vaso de agua y lo acercó a su boca, sin dejar de mirar nunca al infinito.

"Yo creo que nos quedó delicioso." Sonrió la pelinegra, y ella agradeció que fuese algo tonta, o tal vez genuinamente distraída.

Louis asintió. "Si hubiese tenido tiempo hubiera preparado un rico postre con leche." Jugueteó, mirando al ruloso mientras llevaba un pedazo de comida a su boca sensualmente y lo arrancaba con los dientes contra el tenedor.

Él, torpe, escupió todo el vino que estaba tomando, ensuciándose, obteniendo una risita por parte de los otros dos.

Se levantó sin decir palabra, y se dirigió a la cocina para enjuagarse.

"Kendall querida, ¿puedo usar el baño?" pidió Louis, claramente con segundas intenciones.

Ella le indicó por donde quedaba, pero estaba bastante atenta a los acontecimientos en su celular, y no prestó demasiada atención.

Al llegar a donde estaba Harry, éste estaba por volver a la mesa, pero el castaño no se la iba a dejar tan fácil.

Atrapando su boca en un urgido beso lo aplastó contra la pared, deslizando tan rápidamente su mano hasta su miembro que el rizado casi olvida que no podía gemir ahí.

No se negó al contacto, notablemente excitado, pero al caer en cuenta de que ese chiquillo insolente estaba en su casa, jugando al amiguito con su señora, haciéndolo calentar sin su permiso, se separó bruscamente y casi gritó en un susurro "¿A qué mierda de juego estás jugando?"

Lo frustraba.

Lo frustraba porque, en primer lugar, solo lo había traído ahí para ayudarlo y fue él quien transformó las cosas en algo sexual.

Lo frustraba porque Louis era tan atractivo que le hacía arder la ingle con solo mirarlo, recordándole cuán redondo y perfecto es su culo.

Lo frustraba porque siempre se había sentido atrapado con Kendall, y cuando miraba al del cabello emplumado, se sentía libre.

Pero era un hombre casado. Serio.

No podía tener aventuras.

Esto NO estaba bien.

Louis solo sonrió, uniendo sus labios una vez más por una milésima de segundo, dejando a Harry, quien esperaba otro beso largo, con la boca abierta y los párpados cerrados. Se glorificó con éxito. "Al parecer, justo al juego que te gusta"

ø BY MISTAKE ø larryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora