Ya teníamos todo preparado para nuestro viaje a Paris. Alister estaba muy preocupado por su madre y yo también. El viaje en carreta fueron horas interminables con un lago silencio incomodo, yo sabia que Alister tenia muchas preguntas pero el sabia que era mejor no preguntar. Al llegar a París me dedique a mostrarle donde estaba el punto de encuentro por si nos separábamos, haría todo lo posible para que no pase, pero es de emergencia. Una vez todo listo fuimos a la mansión Sandler, tardamos mas de lo habitual porque yo no recordaba bien las calles de esa hermosa ciudad. Al llegar a la mansión Sandler a las 21:43 horas, entramos sigilosamente para que nadie nos oyera, pero no había nadie y eso era muy raro. Buscamos por toda la casa pero no encontramos nada. Hasta que encontré algo muy raro, eran tres piedras raras en una vitrina muy protegida, no sabia para que eran esas rocas pero igual las saque muy cuidadosamente sabia que para algo me iban a servir. Seguimos buscando a Lucy por un buen rato pero era inútil, cuando no teníamos mas esperanza se escucho un grito en el sótano.
- Era la voz de Lucy- le dije a Alister
- ¿Que esperamos?- grito el
Al cabo de terminar la frase corrimos hacia al sótano y Lucy estaba ahí, atada a una cama, protegida con cinco guardias, arrancamos a luchar con los guardias, lo cual fue sencillo. Desatamos a Lucy y tratamos de salir lo mas rápido posible pero, Elvio, el padre de Lucy, atrapo a Alister y sin pensárselo dos veces lo mato.
Me quede petrificado al ver eso, sentí como mi corazón se rompía en mil pedazos. Fui acabar con Elvio pero logro escapar. Nos fuimos lo mas lejos posible de la casa, y Lucy y yo arrancamos a llorar, no podíamos creer que nuestro hijo había muerto, todo esto era mi culpa, yo lo deje venir. Caí en una depresión profunda y Lucy también, nuestro hijo estaba muerto. Al estar los dos muy mal decidimos separarnos e ir cada uno por su lado, yo volver a la finca y Lucy mudarse con su madre a España. Al volver a la finca me lleve las tres rocas conmigo y como no tenia otra cosa que hacer empece a averiguar que eran esas rocas, necesitaba despejarme de mi mente, necesitaba dejar de pasar en lo sucedido, no podía dormir, cada vez que soñaba era siempre esa imagen de Elvio asesinando a Alister, me sentía fatal. Al cabo de unas semanas no podía averiguar que eran estas rocas, eran demasiado raras pero algo me decía que eran útiles. Investigue e investigue pero nada, le dedicaba diecisiete horas al día a esas rocas sin descansos. Un día salí a ver un circo que estaba dando su obra justo debajo de la montañas, así que sin pensarlo demasiado fui. Era muy lindo, era grande y tenia asientos cómodos, eso era raro de un circo, al pasar la obra pude notar que el payaso, que sin duda lo maltrataban, estaba leyendo un libro muy avanzado para esta clase de personas. Al terminar la obra me acerque al payaso, pero no se nos permitía hablar con ellos, así que me acerque muy despacio sin que nadie me viera y pude hablar con el.
-¿Como es tu nombre?- le pregunte
-Soy Cain Bardford- me respondió tímidamente
-He visto que estabas leyendo ese libro, ¿Lo entiendes?- le pregunte entusiasmado
-Si señor- afirmó con claridad
-Que increíble, ¿Y porque estas aquí?- pregunté nuevamente
-Soy del circo, les pertenezco- dijo
-Patrañas, vendrás conmigo esta misma noche- exclamé
Sabía que quizás Cain podría ayudarme a averiguar algo sobre estas piedras.
-Ya he pagado por ti- le dije
Me miro sorprendido
-Ahora trabajas para mi, ¿si?- pregunte
El asintió entusiasmado.
Después de aquella noche lo lleve a la finca, le di buena comida y una habitación para que durmiese. Al otro día nos levantamos y fuimos a comprarle ropa, estaba entusiasmado Cain. Le compre una casa cerca de la finca para pudiera tener su privacidad, el me lo agradeció contentísimo y me ayudo con este proyecto. Cada vez que me venia ayudar me asombraba de su inteligencia, lastima que era tímido y no hablaba mucho. Un día decidimos viajar a España porque Cain aseguraba que conocía a alguien que seguramente podía saber algo de estas rocas. Viajamos a España y fuimos directo a una iglesia chica y casi vacía que quedaba en un pueblito chiquito de España. El sacerdote Raul Ortiz, amigo de Cain, dijo que el conocía estas rocas pero que no sabia lo que eran, pero sin duda eran algo maldito -dijo el sacerdote- nos mando a Londres a visitar la universidad de Oxford y que preguntemos por I.C y que dijéramos que íbamos en el nombre de Raul Ortiz. Tuvimos que hacer otro viaje, largo como ningún otro para llegar a Londres. Una vez llegado fuimos de inmediato a la universidad, preguntamos por I.C pero nos dijeron que no estaba en ese momento así que decidimos esperar, esperamos y esperamos, largas horas en ese hermosa universidad, hasta que de repente apareció.
-Hola caballeros, Soy el profesor Ichabod Cran, ¿A que debo su visita?- pregunto el demasiado formal.
-Hola señor Crane, soy Richard Thalmor y el es mi ayudante Cain- respondí rápidamente.
-Nos manda Raul Ortiz, y dice que usted nos puede ayudar con esto- le dije.
Saque rápidamente las rocas de mi bolso, y el miro sorprendido.
-Son... Son las piedras de Lucifer- respondió tartamudeando.
Cain y yo nos miramos perplejos.
-¿Disculpe? ¿Como ha dicho?- pregunto Cain.
-Son las piedras de Lucifer- repitió
Seguíamos sin entender que era lo que estaba sucediendo, que era lo que realmente hacían estas roca.
-¿Que hacen estas rocas señor Crene?- pregunte.
-Estas rocas... Estas rocas mantienen encerrado a Lucifer- dijo con la cara pálida.
-¿Lucifer? ¿El rey del infierno?- pregunto Cain.
-El mismo- dijo Crane
Como era posible que tres rocas encerraran a Lucifer. El señor Crane dijo que las tres rocas encerraban una parte de Lucifer. La mas grande encerraba el alma, la mediana encerraba el cuerpo y la mas chica encerraba su voz. Yo estaba desorientado, no sabia lo que era lo que tenia.
-¿Porque estaría esto en la mansión Sandler?- Me pregunte.
-¿Acaso Sandler es un demonio?- me quede paralizado.
Crane nos advirtió que cuidemos las rocas con nuestras vidas, si Lucifer lograba escapar de las rocas estábamos perdidos.
Volvimos a la finca, y con Cain empezamos a construir una caja donde ningún demonio pudiera tocarla, donde solo los mortales podían, y la enterramos justo debajo de la finca. Nos miramos uno al otro y empezamos a pensar.
-¿Que pasaba si los demonios venían a atacarnos?-
-No estábamos preparados para pelear contra ellos-
Así que con Cain hicimos un perímetro para que cualquier persona que intente pasar, sea demonio o no, nos avise a travez de campanas, a eso lo llamamos "Alarma". Buscamos la iglesia mas cercana y fuimos a preguntar como hacemos para protegernos de demonios, nos dio todo lo necesario, libros, consejos, agua bendita, y volvimos a la finca. No tuvimos actividad de nada durante un tiempo, hasta que un día sonó la alarma, era Ichabod Crane.
-¿Que necesita señor Crane- le pregunte.
-Tengo información de la roca- me dijo.
Lo deje entrar y nos sentamos a platicar, me quede atónito con lo que me dijo.
-Señor Thalmor esas rocas pueden ser utilizadas para viajar en el tiempo- Dijo.
-¿Como?- mi cara era pálida, sabia que las podía usar para poder detener la muerte de mi hijo, y que no secuestren a Lucy.
-No las use para nada señor Thalmor, si las usa liberará el caos en esta tierra- me advirtió
No sabia que hacer, si evitar el caos o salvar a mi hijo, era una decisión muy difícil, creo que era hora de hablar con Lucy. Viaje a España con mi leal servidor Cain y fuimos a buscar a Lucy, no sabia en que ciudad estaba realmente, pero si mal no recuerdo una vez había llegado una carta de su madre que provenía de Madrid. Al dirigirnos allí fuimos con el único objetivo de encontrar a Lucy, pero Madrid era demasiado grande y desconocida para mi, iba a ser imposible hallarla. Buscamos durante días preguntábamos en todos lados pero era inútil. Un día salí solo a un bar a relajarme, al salir de la casa que habíamos estado alquilando y dirigirme directo al bar, me cruce con una chica, hermosa, no tenia descripción para ella, me acerque como un tonto y le hable. Era Lucy, seguía igual de hermosa que la ultima vez que la vi. Nos abrazamos nuevamente pero fue una situación incómoda, le dije que teníamos que hablar y que era necesario que sea ya. Le conté todo lo que sabia sobre las piedras y el fin del mundo, Lucifer, el viaje en el tiempo, todo.
-¿Que hacemos Lucy?- le pregunte
-Es nuestro hijo Richard- me dijo
-Lo se Lucy, pero es demasiado riesgoso, Lucifer estaría libre, el rey del inframundo- le dije.
-Por favor Richard, quiero verle una vez mas- me dijo tristemente.
-Esta bien, intentare descubrir la forma de volver y te avisare- le dije
No tenia ni idea de como hacerle para viajar en el tiempo, pero iba a buscar una manera. Todo era muy confuso,
-¿Realmente tengo que volver?- me pregunte.
La humanidad estaría perdida si desato las cadenas de Lucifer, no era lógico que salve a mi hijo para que después lo vuelva a ver morir. Volví para poder hablar con Lucy y me negué a viajar en el tiempo. Lucy se molesto mucho, y quería arrebatarme las piedras pero no le dije donde estaban, agarre mis cosas y me fui de vuelta a la finca, acompañado de Cain.
Estaba muy triste, como era posible poder ver a Alister sin liberar a Lucifer.
-Creo que se quien sabe esa respuesta- dije en voz alta.
Tania que volver a París pero ya estaba cansado de viajar, así que me dedique a leer mucho y aprender un poco mas sobre demonios, ángeles, dios y Lucifer, quería saber todo lo necesario para que no se me pase nada de alto. Para poder identificar a un demonio tenia dos formas.
1) Podría llegar a tener los ojos completamente negros.
2) Tirarle agua bendita para estar seguro.
Encontré un montón de libros que me explicaba como hacer armas para matar demonios, armas que los maten para siempre. Cain y yo armamos varias de estas armas, cuchillas, espadas, pistolas, definitivamente todo lo necesario. Le enseñe a Cain como usar estas armas y aprendió muy rápido, sin duda este chico era un genio. Había encontrado en un libro que decía que era imposible matar a Lucifer, solo se podía encerrar una vez, y parecía que esta es la única vez. No encontré nada de estas rocas, nada que me pudiera decir como crear unas nuevas. Estaba hecho polvo, mi mente no podía mas, los días pasaban y cada día era peor. Me sentía muy mal, terriblemente mal, sentía que algo andaba mal. Fui al médico y me diagnosticaron con Tuberculosis, una infección en los pulmones.
-¿Porque me pasa esto a mi?- dije
El medico trato de hacer todo lo posible para poder curarme, pero solo retraso mi muerte. Supongo que era suficiente para poder vengarme de Elvio, y poder traer de vuelta a Alister, tenía otra opción, pero no era muy conveniente, era venderle mi alma a un demonio, no era mala idea, ya que tenía tuberculosis y eventualmente me iba a morir, pero no sabía como realizar ese mismo pacto. Busque y busque pero nada encontré, no me quedaba otra cosa que ir a buscar a Elvio. Así que nos preparamos, agarramos todo lo que necesitábamos, libros, agua bendita, espadas, todo, y salimos. Partíamos nuevamente para París para poder hablar con ese desgraciado. Antes de partir, llego Ichabod y dijo que quería acompañarnos en nuestra aventura, así que lo aceptamos y parimos rumbo a París.
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El Amor Prohibido
Bilim KurguHistoria basada en el año 1826. Trata de un amor prohibido entre dos personas que poco a poco se van enamorando mas y mas. Pero las cosas se empiezan a complicar y encuentran objetos raros, tratando de evitar el fin del mundo.