Capitulo 5

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-¿¿Alister??- pregunte perplejo.
Que era lo que estaba pasando, no entendía nada. Mi rostro estaba pálido como si hubiese visto a un muerto, era mi hijo, pensé que estaba muerto. Lo abrace con todas mis fuerzas y no lo solté por un rato.
- ¿Como es posible?- le pregunte a Gabriel.
- Sabia que tenias las piedras Richard, necesitaba que vuelvan a mi, así que hice un hechizo de ilusión haciéndote creer que había matado a Alister - dijo el.
- ¿Para que quieres las piedras? -
- Lucifer está en esas rocas Richard y necesitó a un Thalmor para poder encerrar para siempre a Lucifer - dijo.
Yo y Alister éramos los últimos Thalmor pero Alister no podía ayudar porque no estaba preparado para hacerlo y podría llegar a morir. Así que le pregunte a Gabriel que era lo que tenía que hacer para encerrar para siempre a Lucifer, y me dijo,
- Tienes que traer el alma de dios -
- ¿¿El alma de dios?? - pregunte confundido.
Como era eso posible, ¿el alma de dios?, ya no sabia que pensar en ese momento, todo pasaba tan rápido y todo lo que habíamos descubierto eran mis peores miedos.
- ¿Donde encuentro el alma de dios? - pregunté.
- El alma de dios esta en... En Lucy - dijo Gabriel.
Mi cuerpo se quedó inmóvil, no podía reaccionar, estaba petrificado. Lucy, mi querida amada llevaba el alma de dios dentro de ella, me sentía devastado, me había engañado todo este tiempo. Quiera respuestas de inmediato de que era lo que estaba pasando y porque era tan importante que tejiese el alma de dios.
Gabriel dijo que necesitábamos reencarnar a dios en el cuerpo de un humano para poder destruir así las rocas donde se encontraba Lucifer. Después de pensarlo muy bien, decidí que iría a buscar a Lucy pero que primero necesitaba que los ángeles me entrenasen para poder ser un mejor luchador y tener mas conocimiento de los demonios y todo lo que necesitaba saber al respecto. Gabriel decidió entrenarme en persona, a mi, a Alister, y a Cain para que los tres hagamos el viaje y estemos mas seguros así. Era todo una locura, ser entrenados por mismísimos ángeles del señor, luchar con demonios, derrotar a Lucifer... Era todo muy extraño. Yo no quería darle esta vida a Alister, ni siquiera la quería para mi, pero es lo que el destino nos deparo y ya no podíamos hacer nada al respecto.
Sin duda la capacidad de pelea de los ángeles era más superior a la nuestra por el simple hecho de eran ángeles, fueron largas semanas de entrenamiento, con poco descanso, sin duda Alister era el mas veloz y que peleaba mejor, incluso mejor que yo, Cain era el mas inteligente de los tres, cosa que iba a sernos muy útil, inclusive sus dotes de medicina, y yo era el líder, el que sabia por donde llevarlos, tomaba las decisiones y era el mas capaz de los tres. Los ángeles nos tenían mucha fe a nosotros para traer a Lucy, pero la duda siempre estaba. Nunca entendí muy bien porque nos mandaban a nosotros y no iban ellos a buscar a Lucy, pero lo dejé ahí. Gabriel nos dio muchos consejos a la hora de luchar contra demonios, pero nos recalco que no luchásemos contra Belcebú, porque íbamos a perder. Nos dijo que Belcebú era inmortal, que el único que podía vencerlo era Dios, ni siquiera los propios ángeles podían porque era demasiado fuerte. Pase todas las noches pensando porque Lucy me había escondido lo de Dios, era mi esposa y la madre de nuestro único hijo, yo estaba muy enojado porque me lo había escondido pero no por eso la había dejado de amar, todavía seguía queriendo estar cerca de ella siendo su esposo. Después de haber entrenado durante seis largas semanas Gabriel decidido que estábamos listos para partir en busca de Lucy. Partimos con Cain y Alister, íbamos bien armados y abastecidos, teníamos que ir a Londres y el viaje no era corto.
Los caminos parecían interminables, uno mas largo que el otro, pero los paisajes que habían eran sin dudarlo hermosos.
Teníamos un viaje de tres días hasta Londres y cada día era mas largo igual que los caminos, los segundos se pasaban como minutos, los minutos como horas y las horas como días. Al tercer día de viaje nos topamos con Ichabod en el camino, que estaba en busca de un libro antiguo. Necesitábamos a Ichabod porque sabíamos de que en algún momento nos iba a servir de ayuda en algo, Ichabod no dudo en contestar y se subió al carruaje.
Ichabod era un hombre muy simpático y carismático, nos contaba historias de sus aventuras en el camino y así se nos pasaba mas rápido el viaje. Ibamos divirtiéndonos en el viaje hablando de nuestras vidas y que haríamos cuando salvemos al mundo, nosotros sabíamos que nadie iba a saber que nosotros salvamos al mundo pero sabíamos que si lo logramos con excito el Dios nos iba a agradecer por nuestra valentía y demás. Ya estábamos cerca de Londres por suerte, solo faltaban unas horas para llegar, algo me sabia medio raro, pero era costumbre a esta altura del partido por todo lo que había pasado y lo que estaba por suceder.
- Va a ser difícil encontrar a Lucy - dijo Ichabod.
Tenía razón, iba a ser difícil pero teníamos que hacerlo si o si, necesitábamos salvar el mundo.
Ya estábamos llegando a Londres, pero de repente... Toda la cuidada estaba destruida por completo.

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⏰ Última actualización: Nov 23, 2020 ⏰

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