Cuando Todos Duermen- Editando

capitulo 4

Mis ojos se abren por completo tras verlo con su imponente figura y su elegante traje. Ante mi se encuentra ese imbécil.

Si, mi estúpido ex.

— ¿Que demonios él hace aquí? —le susurré a mi hermano. Este toma mi mano y me da un apretón.

—Tranquila, debes actuar con naturalidad, solo sé profesional —me dice  en voz baja.

Ahora mi tonto mi corazón empieza  a latir más rápido. El muy estúpido sigue siendo sexy para mí, creo que ahora lo es más. No evito observar cómo le queda esa camisa gris realzando sus músculos, combinándola  con un pantalón negro azabache, su cabello rubio peinado perfectamente hacia atrás, y esa estúpida sonrisa sigue en su rostro.  Y me maldigo por aún hacerme sentir algo por él.

—Hola,  señorita Stephens —me saluda  pasando una mano y respiro profundo correspondiendo.

—Hola, señor Danny  O'conner —le quito mi mano  y me cruzo de brazos.

—Buenos días, Danny, puede sentarse —dice mi madre con toda simpatía, ella sabe lo que este pedazo de idiota  me hizo, sin embargo no le importó, más le importaba seguir sus negocios con las empresas en que ella se asocia. Pero jamás me esperé que iba a encontrarlo en este lugar, y que aparte debamos firmar un contrato para asociarnos.

Eso es como firmar con el mismo demonio y darle mi alma a cambio de nada.

Danny administra una empresa de productos masculinos, esa empresa crea todos los productos personales de los hombres, tales como: perfume, crema  y ropa interior.

Danny se sienta sin dejar su típica sonrisa de perro feliz, porque eso es lo que es, un maldito perro.

No sé porque ofendo al pobre animal que no hizo nada.

Aun me duele lo que me hizo, aún me hace  daño su presencia.

—A ver, pues en este contrato se dice que debemos unirnos para hacer de nuestras  creaciones una sola —dice mi madre al leer la página del contrato. Yo leo  detenidamente, sin embargo siento mucha incomodidad, pensé que yo había olvidado a imbécil, pero creo que no, aun hay una atracción entre nosotros o quizá solo en mi.

—Eso significa que esta empresa será para crear productos de  hombres y  mujeres,  ¿cierto? —pregunto y ellos asienten.

—Así es señorita, pronto crearemos un producto nuevo, hecho por las dos empresas, se promocionará y le aseguro que el resultado sera sorprendente —concluye ese tinto.

Todos miramos  su expresión sobre este trato, en cambio yo estoy  confundida, no quiero ni un solo roce con este idiota, jamás lo perdonaré.

Los minutos corren y yo solo espero  terminar todo esto para irme de este lugar, no soporto la mirada acosadora de Danny.

—Perfecto, firma aquí —le dice  él a mi madre, ella firmó, luego mi hermano y para finalizar lo hago yo.

—¿Ya puedo irme? —le pregunto a mi madre, ella me mira con seriedad y estrecha  su mano con el sucio Dan.

No le queda mal el apodo.

—Si quieres vete, hermanita, estás de sobra —susurra,  le doy un golpe con el codo y se queja.

—Para que no molestes, adiós.

Camino hasta la puerta, salgo de ese espantoso infierno de junta y me dirijo  a mi oficina.

—Dile a todo el que llame, que estoy ocupada o que me morí —le pido a Grace y entro a mi oficina.

Ya sentada me pongo a pensar en todo lo que ocurre conmigo, no puedo sacarme la imagen sexual de Harry en mi mente,  pero también pienso en Danny, si, en ese idiota. No puedo negar que se ve súper  bien, está mas guapo que antes.