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El viernes cuando amanezco me siento más ligera y libre. Así que como estoy de humor, pongo música en mi celular y lo conecto con mi parlante amplificador a todo volumen.

Hago la cama, limpio mi cuarto y lavo mi ropa en la lavadora. Me encuentro con indicaciones de mi madre pidiéndome que limpie la casa, pongo los ojos en blanco pero decido hacerle caso.

Carol, está donde mi abuela, hoy iba a ir a pasar el día con ella. Subo a mi cuarto me pongo el brazalete de salir a correr colocando el celular ahí y poniéndome los auriculares y a paso de bailes voy poco a poco limpiando la casa. Me desconecto de todo y de todos, tanto que cuando suena el timbre de la casa me voy a abrir directamente sin meditar en cómo estoy vestida.

Cuando abro la puerta (sin fijarme por el visor antes, mi madre me mataría) me topo con Luke.

Le sonrío mientras me quito un auricular pero su cara pasa de la sonrisa a la congoja y se ruboriza. Es cuando caigo en cuenta de cómo ando vestida. Me doy un repaso rápido, solo ando puesta una camisa vieja que me regaló mi abuela y que siempre me quedó grande, mis piernas están desnudas. Tengo un moño que me sostiene el pelo algo deshecho porque mi pelo se rehusa a mantenerse sujeto.

- mierda!!!- digo mientas cierro un poco la puerta y me escondo tras la puerta solo dejando la cabeza afuera. - dame un segundo - Le digo y sé que estoy roja como un tomate.

Luke asiente sin decir nada más y yo subo a mi habitación. Me pongo los short que me puse el día anterior, un sostén y unas tennis, le hago un nudo a mi camisa de dormir para mantenerla en mi abdomen y bajo rápidamente. La puerta está entreabierta y Luke continúa en el porche.

Respiro hondo tratando de borrar así mi vergüenza y abro la puerta.

- disculpa - le digo inmediatamente - estaba...yo estaba haciendo el aseo y oyendo música...me desconecté completamente y olvide que todavía tenía la ropa de dormir puesta - digo sumamente ruborizada
-no te preocupes - dice educadamente - ha sido entretenido - pero todavía se ve afectado, fijo no le gustó lo que vio.
- si claro, debes de estar pensando que le abro la puerta a cualquiera casi semidesnuda y...
- no - me interrumpe - jamás pensaría eso de ti.
- pues...ummmm... Gracias - le digo - luego recuerdo mis modales - pasa abro más la puerta para que entre.
- gracias - dice, parece dudar unos segundos pero luego entra decididamente.

Se queda de pie en la sala de estar mirando la casa.

- vaya es bastante grande - dice al cabo de unos minutos

Yo me encojo de hombros.

- a mis padres les gusta la comodidad y la hostentocidad. No es algo que me haga sentir orgullosa pero...
- así son ellos - termina la oración que yo iba a decir.

Asiento.

- siéntate - le ofrezco un asiento en el sofá. Él se sienta y yo me siento en el otro sofá lateral al que él está sentado.

Yo espero a ver qué me va a decir.

- me contó mi mamá que ayer estuviste en casa - me dice
- y te contó porque, me imagino - le respondo
- no del todo - dice haciéndose hacia el frente y colocando sus codos sobre sus rodillas - me dijo que estabas discutiendo con un chico y me pidió que viniera a verte para ver cómo estás.
- ahhhh... - exclamo algo desanimada. Ha venido porque su madre se lo ha pedido. Claro como no - estoy bien, gracias.
- ese chico era Gabriel, cierto? -me pregunta.

Asiento.

- quieres hablar de ello?

Yo suspiro, es la segunda vez que le cuento la historia de ayer a un Parker solo que esta vez Luke cuenta con ventaja pues ya sabe parte de la historia.

Las frikies se enamoranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora