La hambruna era terrible en esas tierras. Los pequeños pueblos se consumían en su misma miseria, pues los pocos alimentos que se llegaban a producir no eran más que para los poderosos que no se compadecían de su gente al mando.
Esa misma miseria llevaba a la población, cada vez en mayor decadencia a los actos más crueles. Los robos y los homicidios no eran una gran noticia, puesto que la muerte ya era algo que ocupaba espacio en su término de "cotidianidad" todo era cuestión de la sobrevivencia después de todo.
Entre aquellas almas desesperadas estaban Stefan y Jaqueline Cipher, quienes, muertos de hambre y faltos de las necesidades básicas había decidido algo atroz en contra de su único primogénito: William Cipher. Bueno, se podría tomar como un acto cruel, no obstante en esos momentos ellos sentía que era lo mejor. Era correcto.
Habían escuchado rumores de varias parejas que dejaban abandonados a sus hijos en unos bosques ubicados en el sur de donde vivían. Los niños nunca volvían aparecer y ellos no tenían que preocuparse en alimentar a otra boca o simplemente tener que aguantar la agonía de ver a sus propios vástagos perecer por la inanición. Ellos tomarían esa decisión.
Todo estaba planeado. Lo llevaron a cabo y yendo a su pequeño hijo de ocho años le dijeron que hoy iban a pasear. Él, tan pequeño e ingenuo, acepto gustoso la oferta de salida de sus padres con un gusto tan típico en un infante. Después de todo, él había visto a sus padres tristes, ansiosos y prensaba que tal eso podría aliviarlos un poco.
Así la familia Cipher se dirigió al bosque y fue cuando se fueron adentrando en sus profundidades que a William no iba bien, mientras veía los altos pinos a su alrededor. Podía ser pequeño, pero no era ningún ignorante; aquel bosque era muy diferente al de todos los demás.
Muchas historias se contaban en torno a ella. Criaturas de todo tipo habitaban su tierra, o eso al menos había logrado escuchar. No le gustaba para nada ese lugar; sin embargo, cuando iba a presentar su inconformidad, sus padres se adelantaron. Querían jugar con él a las escondidas. No tuvo otra opción más que aceptar.
Él era el primero en contar y tras apoyarse en un árbol de tal forma en que no viera, comenzó a contar esperando a que sus padres hallaran un escondite. Por supuesto, no se daba cuenta de que los mismos ahora no estaban jugando con él: se dieron vuelta para marcharse y no volver. Sin despedidas y con los ojos llorosos los padres abandonaban a su hijo.
Cuando el chico termino su conteo y fue a su búsqueda, ellos estaban lejos para escucharlo. La única compañía del chico era el inquietante silencio del bosque. Después de todo moriría como todos los abandonados ahí. No sabían que él era una excepción.
Continuara.
Muy breve ¿no es así? Lo sé, pero bueno es el prólogo, lo siguientes serán más largos, se lo prometo.
Me inspire vagamente en los fundamentos de los hermanos Grimm para el cuento de Hansel y Gretel y lo ajustare con Monster falls, en resumen: no se droguen cuando escriban fan fics o terminaran escribiendo cosas como esta.
Sin más que decir me despido, nos vemos en el primer capítulo.
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En el bosque
أدب الهواةBill Cipher había sido abandonado en aquel denso bosque por sus padres solo con un objetico; morir. Sin embargo, su suerte no fue como la de muchos desdichados que caían en ese mismo paraje.