Capitulo 12.

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~Og:

Estaba sentado, recargando mi espalda contra un pilar de ladrillos. Estaba sangrando, pero nada comparado con ellos, reí al imaginarlos desangrarse en el suelo. Escuché el sonido de la policía  llegar, estaba en un vecindario tranquilo ellos nunca intentarían buscarme aquí. Además, por la manera en que dejé los cadaveres hacía parecer como si hubieran tenido una pelea entre ellos.
Jamás sabrían que fuí yo.
Miré mi cuerpo, se estaba debilitando a cada segundo que pasaba, cerré mis ojos con fuerza y dejé que el dolor en mi estomago ahogara mis pensamientos... se lo prometí, le prometí a ella que la vería de nuevo.
Me levanté lentamente y continué caminando. Traté de caminar recto y no encorvarme para no levantar sospechas. Estaba por la esquina de su casa, entonces saqué mi arma, y apunté hacia alguien que estaba alado de mí, venía cruzando la esquina donde yo estaba. Me dí la vuelta en cuestión de un segundo y bajé mi arma. Éra Almendra.
Sus ojos estaban muy abiertos de la impresión, y se quedó boquiabierta y congelada cuando vió que la apunté con la pistola, élla no se acercó a mí. Tiré la pistola al suelo y caminé hacia élla. ~

~Alme:

Había visto a og cruzando la calle y corrí hacia él para alcanzarlo. Estaba caminando muy raro y me detuve, el se dió la vuelta y apuntó hacia mí con una... con una pistola. Me quedé paralizada y no me moví, él se dió cuenta del terror en mi y la bajó. Se quedó mirandome y tiró la pistola al suelo, después caminó hacia mí.

-¡¡¿Acaso iba a disparar?!!! ¿Me iba a disparar a mí? ¿Porqué Og llevaba una pistola consigo?-

Og era claramente el único sobreviviente de la pelea, Ogge era un asesino.
Llegó cerca de mí con sus ojos llenos de preocupación y pidiendome disculpas, él estaba vivo. Fué entonces cuando me dí la vuelta y caminé de regreso.

El no era la persona que yo pensaba.

- Olly:  Almendra!

Comenzé a correr

- ¡¡¡Almendra!!!.- escuché de nuevo gritar y correr detrás de mí.

Corrí hacia mi casa y entré, estaba a punto de cerrar la puerta cuando sentí a Olly ya casi adentro, dejé la puerta y corrí hacia mi habitación.

-¡Por favor!.- me decía, aún siguiéndome

Corrí hacia las escaleras cuando de repente sentí sus brazos alrededor de mí

- ¡Déjame ir !.- le dije

Og me llevó hacia la pared y me sujetó fuertemente, yo estaba a punto de llorar. Tenía miedo. Él levantó su mirada y miró mis ojos, le temía a él por primera vez. No quise escuchar a nadie, todos tenían razon sobre él.

-Og:  Oh lo siento de verdad. Por favor escúchame
- No, déjame ir.- le dije y caí, escondí mi rostro entre mis rodillas y comenzé a llorar.

-Og: Volví porque te prometí que lo haría.
-Era verdad, yo lo sabía. Yo quería que regresara, pero no hasta que descubrí que en realidad el era un asesino. - Debería estar muerto ahora, pero hice todo esto por ti- continuó diciendo.

Yo sabía que el tenía razón pero no quería escucharlo porque estaba demasiado enojada, y triste.

- Yo te salve - exclamó. Cuando dijo eso, su voz se escuchaba muy debil, él estaba vivo, pero herido.

Quité mis manos de mi rostro, y lo ví apoyándose en la pared cerrando sus ojos, se estaba presionando su estomago.

Rápidamente me paré y levanté su camisa, estaba sangrando mucho... Era una puñalada. De nuevo me levanté rapidamente y fuí al baño, donde estaba el botiquín de emergencias. Hice un desorden terrible pero encontré lo que estaba buscando, regresé con el y lo ayudé llevandolo hacia el sofá, cuidadosamente empece a limpiar su herida. Me recordó al día anterior, cuando él limpiaba las mías, ahora todo había dado un giro.

- Almendra.- susurró mi nombre.

Yo lo ignoré y seguí vendandolo. Guardé las cosas y regresé con él. Me incliné para ver la herida de nuevo y asegurarme de que estuviera bien vendada.
Tuve cuidado de limpiar la sangre que aún quedaba, y de repente sus manos apretaron las mías. Traté de no mirarlo, pero él siguió mirando mis ojos, hasta que yo lo hize también.

-Og: No deberías tenerme miedo, tú eres la ultima persona a la que podría herir

Bajé de nuevo mi mirada y derepente me tomó en sus brazos, no pronuncié palabra alguna porque yo en verdad necesitaba ese abrazo. En verdad necesitaba que me dijera que todo iba a estar bien.

-Og: Te amo.

Cuando dijo eso, me lanzé hacia él, olvidandome de repente de su herida. Mis labios se encontraron con los suyos y lo besé. Yo sabía que también lo amaba, y no me importaban los errores que pudo haber cometido, aún estaría siempre ahí para el.

Enamorada de Oscar MolanderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora