2.Origen. Pt 2

74 8 3
                                    

Intenté permanecer quieta, tranquila e inflexible. Pero los portazos cada vez sonaban con más intensidad. Podría seguir pasando de esa niñata. Pero me estaba poniendo nerviosa. Que más dá, seguro que se gastarían mi dinero en gilipolleces; juguetes de mierda por ejemplo, regalices, o vete tú a saber. Pero que coño, yo también lo hacía de niña. Abrí la puerta por sorpresa y la niñata se me quedó mirando con los ojos como platos.
-P-pensaba que no abrirías.
-Pues gritabas más que mi madre al depilarse macho.
Se me quedó mirando como si fuera un extraterrestre.
-Bueno. ¿Compras o qué?
-¿Cuánto es?- Me dieron ganas de decirle "Acabo antes comprándote el puto juguete que quieres." pero permanecí 'agradable'.
-5 euros cada chocolatina.
Me empecé a reir. Supuse que estaría de broma. Porque, ¿Era una broma, no?
-¿Qué te hace tanta gracia?
Me miró seria. Como si ahora estuviera obligada a comprarle la puñetera chocolatina. En mi mente pensaba: "¿Es eso lo que cuesta el puñetero juguete que quieres niñata?" Pero seguí sin vacilar.
-Me parece un robo. Vete a otro lado.
-Por favor.-No parecía la misma, ahora parecía un cordero degollado, pero como si lo hubieran torturado 3 semanas seguidas. Y eso que he visto muchos corderos degollados en mi vida.- No hemos vendido ni una.
Solté una risilla. En serio. ¿Les extraña? Para eso me compro yo chocolatinas en el super. Que hay que pagar impuestos niñata.
-Te lo dejo a 4'50.
-3€ o nada.
Suspiró.
-Eso no me llega para la medicina.
Me quedé de piedra. No parecía ir de coña. Si estaba actuando se merecía el Oscar que Johny Deep nunca logró conseguir. (Antes tenía a Dicaprio pero ya no es el caso.💕)
-Que sean 3 chocolatinas.
-¿¡Tres?!
-No.-Reí.- Que sean 5.
Sonreí. Después de mucho tiempo había sonreído. Supongo que me gusta hacer feliz a los demás. En vez de preocuparme tanto por mí, por mis problemas de niña de 8 años. [...] Le compré las chocolatinas y estaba apunto de irse juntos a los niños con los que venía.
-Gracias.-Me dijo esbozando una sonrisa. Una sonrisa que me valió para todo el día. Esa sonrisa era capaz de curar el cáncer.
-No las dés. Pero. Si no es de mala educación. ¿Para quién es la medicina?
Ahora mantenía la sonrisa forzada y bajó la mirada.
-¿Para qué quieres saber eso? (jaja salu2)
-Lo siento. Yo... Yo no quería...
-No, no te preocupes. Son... Son para mí.-Se le esfumó la sonrisa.
Me entró el gusanillo de la curiosidad.
-¿Para ti?
-Sí.
-¿Qué te pasa?
Suspiró.
-Quieres saber demasiado.
-Lo siento...
Y se fue. Sin decir nada más. Peché la puerta y agarré las 5 chocolatinas. Las miré detenidamente.
-Soy gilipollas.
[...]
Estaba casi durmiendo, pero me retumbó en el tímpano la voz del tipiño del telediario. Su voz era tan, pero que tan irritante que preferiría poner substítulos y quitarle volumen a la tele al completo. Y de echo estaba a punto de hacerlo, pero oí decir:
-Se ha encontrado a una mujer decapitada en el bosque Ancares. Al parecer a decidido quitarse la vida, o eso dice la autopsia. Les seguiré informando. Gracias.
Me partí en dos. Se me paró la circulación más de 5 segundos. Por un momento pensé que me iba dar un infarto.
Me sentí como si me atravesaran una katana en todo el costado. Ya no hablamos de una navaja, no, una katana.
Ahora mismo sólo quiero quemarme viva.

Why Me?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora